El problema más enorme es el de llegar a ser humano de Dios en Jesucristo. Y, sin embargo, un ser humano con fe infantil puede superarlo sin ninguna dificultad intelectual; puede parecerle sencillo, precisamente porque cree.... para él Jesucristo es Dios, y lo cree con plena justificación, porque lo divino es lo que se ha unificado con Dios por el amor. Sin embargo, que esta unión es el fin último del ser humano, alcanzado por el hombre Jesús en muy poco tiempo, sigue siendo, sin embargo, también una verdad que ni la mente más aguda ni el corazón más creyente pueden negar, porque para alcanzar el grado de perfección que hace divina a un alma, se tiene que llevar una vida de amor en libre albedrío, por propia voluntad, y esto en la etapa humana y la voluntad no debe ser influenciada de ninguna manera en un cierto estado de compulsión.
Un ser ya completamente perfecto sólo entra en la Tierra con el propósito de una misión. También cumplirá esta misión, pero nunca por la razón de su ya elevado grado de madurez antes de la encarnación como ser humano, sino que su vida tiene que ser, como la de otro ser humano, una lucha librada en libertad de voluntad contra sus debilidades y errores de todo tipo. Tiene que desear, esforzarse y alcanzar libremente el grado de perfección que lo convierte en un ser divino a través de obras de amor, de las que también puede abstenerse, como también puede dirigir su voluntad hacia abajo, porque puede usar su voluntad libremente. Él también puede ser malo al mismo tiempo que bueno, así como cada decisión que tome algún día le será atribuida.
Dios no influye de ninguna manera en esa alma, pero tampoco permite que caiga en manos del adversario involuntariamente, es decir, que sea obligada por éste a apostatar de Dios o actuar en contra de Su voluntad. Esta libertad de elección tenía que ser concedida también al hombre Jesús, para que Su obra de Redención no perdiera valor, como Su Divinidad debía ser mérito de un hombre luchando por la perfección, Que debía servir de ejemplo a toda la humanidad y estimularla a imitar Su forma de vida.
(27.11.1947) Jesús mostró a la gente vivir según la voluntad divina, por lo tanto también tiene que ser posible para un ser humano alcanzar la misma perfección. Él era mediador ente Dios y los seres humanos, por lo tanto tiene que ser posible llegar a Dios con la ayuda de Jesucristo; Por eso Jesús también tenía que estar humanamente cerca de la gente, tenía que haber recorrido el mismo camino en la Tierra y haber mantenido una relación cercana tanto con Dios como con los humanos, una relación que nació del amor más profundo, de modo que sintió un amor tan grande por los humanos que quería ayudarlos; cómo sintió también ese amor también por la Deidad Eterna, que Dios exige para darle poder y fuerza ilimitados, que Él Mismo Se unió con Él, lo que, sin embargo, siempre presupone que Jesús era un ser humano, Que logró Su objetivo.... nació como ser humano y ascendió al Cielo como Dios en toda gloria.
No tuvo ningún privilegio por haber alcanzado el éxito de Su existencia humana sin ningún esfuerzo como algo natural; más bien tuvo que luchar excepcionalmente contra las tentaciones de espíritus impuros que conocían Su misión en la Tierra y trataban de impedirla. Las tentaciones Le llegaban por todos lados, y necesitaba de toda Su voluntad para mantenerse firme y ajustar sus deseos físicos a los deseos de Su espíritu y de Su alma, pues Su cuerpo exterior era de un ser humano de carne y sangre, Sus sentidos sentían la belleza y el encanto del mundo terrenal en un grado inusual, y anhelaban su realización y, sin embargo, Él se lo negaba a Su cuerpo por amor a la humanidad sufriente, a la que sólo podía ayudar sacrificándose, a través de la renuncia y abstinencia y así alcanzando un grado superior de madurez de Su alma, la que Lo llevó a la unificación con Dios.
La unificación con Su Padre desde la Eternidad Le capacitó por primera vez llevar a cabo Su misión de difundir la Enseñanza divina del amor en la Tierra y dar a conocer la Voluntad divina a la humanidad, así como también Le dio la fuerza para hacer el sacrificio más difícil que jamás ha dado un ser en la Tierra a Dios y a la humanidad.... soportar la muerte en la cruz sin culpa y sufrir inimaginablemente mental y físicamente, por amor a la humanidad, para llevar ayuda a aquellos, a quienes, a causa de su gran pecado, tenían que esperar un destino terrible en el más allá, y para protegerlos de la condenación eterna, de hundirse en las tinieblas más profundas.
El hombre Jesús puso la vida espiritual antes de la vida terrenal, Su voluntad fue más fuerte que sus deseos físicos, y así venció en la batalla contra Sí Mismo y a través de eso ganó el premio más alto.... el amor de la Deidad Eterna, Que Se entregó a Él, Que fluyo hacia Él sin restricciones y obró sobre Él como una fuerza. Y llegó a ser poderoso y sabio, Se llenó de luz y poder, la Esencia de Dios tomó completa posesión de Él. Es decir, cuerpo y alma se formaron al amor y así llegaron a ser divinos, porque la sustancia original de la Deidad Eterna es el amor y, en consecuencia, tiene que ser un Ser divino, que lleva el amor en sí mismo y, por lo tanto se une con Dios, el Amor Eterno....
Jesús era Dios y hombre.... Dios era Su Esencia, el hombre era Su cuerpo, que contenía dentro de Sí la Esencia divina, el amor. Cuando se habla de Jesús como Dios, se refiere a Su Esencia, la formación espiritual de Su alma, la absorción en el amor puro y desinteresado y, por tanto, la formación de Su alma a imagen de Dios.... Y puesto que Jesús había obtenido la victoria sobre Sí Mismo, Su cuerpo se espiritualizó y se sometió completamente a la voluntad del alma.... Y así Jesús estaba irradiaba de luz, rodeado de luz, y como el Espíritu más puro, pero también visible para los discípulos, ascendió al Cielo después de Su muerte.... Porque había vencido a la muerte, había redimido al mundo del estado de debilidad en el que había caído por el pecado.... Había cumplido la obra de la Redención como ser humano, porque de lo contrario no habría sido una muerte sacrificial y no habría borrado la enorme culpa del pecado en la que había caído la humanidad....
amén
TraductorIl più imponente problema è la Divenuta Uomo di Dio in Gesù Cristo. E malgrado ciò, un uomo con fede infantile può passarvi oltre senza difficoltà d’intelletto, gli può sembrare semplice appunto perché crede, per lui Gesù Cristo E’ Dio e lo crede anche con pieno diritto, perché E’ divino ciò che Si unisce con Dio tramite l’Amore. Che quest’unificazione raggiunta dall’Uomo Gesù nel breve tempo terreno era in genere la meta finale di un uomo, rimane comunque anche una Verità che non può essere negato né dall’intelletto più acuto né dal cuore più credente, perché per raggiungere il grado della perfezione che rende divina un’anima, dev’essere condotta assolutamente una vita nell’amore nella libera volontà, per propria spinta, e cioè nello stadio come uomo, e non dev’essere agito in nessun modo sulla volontà in un certo stato di costrizione. Un essere già perfetto viene sulla Terra solo allo scopo di una missione e l’adempirà anche, ma mai in base al suo alto grado di maturità già raggiunto prima dell’incorporazione come uomo, ma la sua vita come quella di ogni altro uomo, dev’essere una lotta condotta nella libertà della volontà contro le debolezze ed errori di ogni genere. Deve voler liberamente il grado della perfezione che lo timbra ad un essere divino, tendervi e raggiungerlo tramite l’agire nell’amore, che può anche omettere, come potrebbe anche rivolgere la sua volontà verso il basso, perché può usare liberamente la sua volontà. Deve poter essere tanto cattivo quanto buono, come gli viene anche messo in conto una volta ogni decisione. Dio non agirà in nessun modo su una tale anima, come però non permette nemmeno che cada all’avversario senza libera volontà, quindi che venga costretta da costui alla caduta da Dio oppure all’agire contro la Sua Volontà. Questa libertà della decisione doveva essere concessa anche all’Uomo Gesù, se la Sua Opera di Redenzione non doveva perdere nel valore, come anche la Sua Divinità doveva essere il Merito di un Uomo che lottava per la perfezione, il Quale deve servire come esempio per l’intera umanità e spronare all’imitazione del Suo Cammino di Vita. (27.11.1947) Gesù ha vissuto per gli uomini una Vita d’esempio secondo la Volontà divina, di conseguenza dev’essere anche possibile per un uomo giungere alla stessa perfezione. Egli Era un Mediatore fra Dio e gli uomini, di conseguenza dev’essere possibile giungere a Dio con l’Assistenza di Gesù Cristo; quindi Gesù doveva anche stare umanamente vicino agli uomini, Egli doveva aver percorso lo stesso cammino sulla Terra e stare verso ambedue, verso Dio e gli uomini, in un rapporto confidenziale, in un rapporto che era supportato dal più profondo Amore, che sentiva per gli uomini un così grande Amore, che voleva aiutarli; come però Egli sentiva anche per l’eterna Divinità l’Amore che Dio esige, per darGli illimitata Potenza e Pienezza di Forza, che Egli Stesso Si univa con Lui, cosa che però premette sempre che Gesù Era un Uomo il Quale ha raggiunto la Sua Meta, Che Era nato come Uomo ed E’ asceso al Cielo come Dio in tutta la Magnificenza. Egli non Era provveduto in nessun modo privilegiato, che Gli fosse riuscito il successo della Sua Esistenza umana senza qualsiasi fatica ed in tutta la naturalezza, Egli aveva piuttosto da lottare in modo insolito contro le aggressioni degli spiriti impuri che sapevano della Sua Missione sulla Terra e che cercavano di impedirla. A Lui si avvicinavano le tentazioni in ogni modo e ci voleva tutta la Sua Forza di Volontà per resistere e di adeguare i Suoi desideri corporei ai Desideri dello Spirito e dell’Anima, perché il Suo Corpo esteriore era Uomo con Carne e Sangue, il Suoi Sensi percepivano in misura insolita la bellezza ed il fascino del mondo terreno e desideravano l’esaudimento, ed Egli lo ha comunque negato al Corpo per Amore per l’umanità sofferente di miseria, alla quale poteva portare l’Aiuto solamente attraverso il Sacrificio di Sé Stesso, mentre attraverso la prestazione di rinuncia ha ottenuto un grado superiore di maturità della Sua Anima, che Lo ha portato all’unificazione con Dio. L’Unificazione con il Padre Suo dall’Eternità però Lo ha reso primariamente capace per la Sua Missione di diffondere la divina Dottrina dell’amore sulla Terra e di annunciare agli uomini la Volontà divina, come però d’altra parte Gli dava anche la Forza di portare il Sacrificio più difficile che un Uomo sulla Terra ha mai portato a Dio ed agli uomini. Prendere su di Sé senza colpa la morte sulla Terra e soffrire inimmaginabilmente nell’Anima e nel Corpo per Amore per l’umanità, per portarle l’Aiuto, che nella grande colpa di peccato aveva da aspettarsi una orrenda sorte nell’aldilà, per preservarla da una eterna dannazione, dallo sprofondare nell’oscurità più profonda. L’Uomo Gesù ha posto la Vita spirituale davanti a quella terrena, la Sua Volontà era più forte che il Suo desiderio corporeo e così Egli ha vinto nella lotta contro Sé Stesso ed ha conquistato così il Premio più sublime, l’Amore dell’eterna Divinità, la Quale Gli Si E’ data, Che affluiva a Lui senza restrizione ed agiva su di Lui come Forza. Ed Egli divenne potente e saggio, Era colmo di Luce e Forza, l’Essere di Dio prendeva totalmente possesso di Lui. Cioè, il Corpo e l’Anima si sono formati nell’Amore e diventavano così Divini, perché la Sostanza Primordiale E’ l’Amore dell’eterna Divinità e di conseguenza dev’essere un essere divino, chi porta in sé l’amore e quindi si unisce con Dio, l’eterno Amore. Gesù Era Dio e Uomo. Dio Era il Suo Essere, Uomo Era il Suo Corpo che celava in sé l’Essere divino, l’Amore. Se quindi si parla di Gesù come Dio, E’ inteso il Suo Essere, la formazione spirituale della Sua Anima, il sorgere nel puro Amore altruistico e da ciò il formare della Sua Anima nell’Immagine di Dio. E dato che Gesù ha conquistato la Vittoria su di Sé, si è spiritualizzato il Suo Corpo e si è subordinato totalmente alla Volontà dell’Anima. E quindi Gesù Era compenetrato, circumfluito dalla Luce, e come purissimo Spirito, ma attraverso la Sua Volontà, anche contemplabile dai discepoli; dopo la Sua morte E’ asceso al Cielo. Perché Egli aveva vinto la morte, Egli aveva redento il mondo dallo stato di debolezza nella quale era capitata attraverso il peccato, Egli aveva compiuto l’Opera di Redenzione come Uomo, perché diversamente non sarebbe stata una morte di Sacrificio e nessuna estinzione dell’immensa colpa di peccato nella quale era capitata l’umanità.
Amen
Indicazione:
Il libro 50 termina con la Comunicazione 4176, il libro 51 comincia con la Comunicazione 4287, le Comunicazioni mancanti sono andate perdute.
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