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El amor y la misericordia de Dios.... Profundidad...

Es la gran misericordia de Dios, que Él levanta a los débiles, a los caídos hacia Él y les hace gustar las alegrías del cielo. No los deja en las profundidades, sino que Él Mismo desciende a las profundidades para ofrecer la mano a los caídos y llevarles hacia la cima. Y lo que no le pone resistencia abierta, que también recorre el camino desde lo más profundo hasta lo más alto; se transforma, aunque en un tiempo infinitamente largo, en amor y entra en intima unión con el Amor eterno. Sin embargo, no es por la propia fuerza sino por la fuerza de Dios que obra en el espíritu que se esfuerza hacia arriba, y el hecho de que Dios les transmita esta fuerza es gracia... Es prueba de Su amor infinito, que siempre y para siempre se volverá hacia aquellos que salieron de Él.

Este amor nunca puede alejarse de lo que ha sido creado, sino que siempre y para siempre se aplicará a ello y este amor exige una asimilación del ser a Dios... porque tal asimilación, una unión con el Amor eterno, desencadena una felicidad inimaginable. Es por eso que Dios no condenará nada para siempre, pero pueden pasar eternidades antes de que el ser haya establecido la asimilación a Dios y por lo tanto tiene que languidecer en un estado de agonía lejos de Dios... Puede pasar eternidades donde el ser carece de cualquier conocimiento de Dios y esto significa un estado de extrema oscuridad para lo espiritual, que originalmente pudo disponer de fuerza en luz y libertad, lo que lo hizo feliz.

Y Dios quiere devolverle estad felicidad en el estado de perfección, porque su amor y su misericordia no conocen límites. Y es por eso que Él le otorga Su gracia primero... Él le da fuerza para vivir y luchar... Porque esto es un don, ya que el ser no hace nada por sí mismo para ganarse este suministro de fuerza, sino el ser recibe esta fuerza y, a menudo, ni siquiera la usa para el propósito que se supone que esta fuerza sirve. El ser ha caído por propia culpa, en cuanto su voluntad se volvió al adversario de Dios, pero nunca dejaría que su voluntad se activara para volver a subir si Dios no quisiera darle Su gracia.

Pero el amor y la gracia de Dios no deja al ser en su estado autoinfligido, sino que trata de ayudarlo a levantarse. Y por eso reparte gracia por gracia, que el ser ahora puede usar en la última etapa según su voluntad. Pero la libertad de la voluntad ahora es a menudo un peligro porque se usa mal, porque la voluntad se usa incorrectamente y esto significa que no hay un desarrollo superior. Pero el amor de Dios está siempre dispuesto a impartir al ser Su gracia y Su fuerza... porque no quiere dejar en la profundidad lo que no se esfuerza hacia arriba por sí mismo... Él agarra, lo que quiere ser agarrado, no obliga al ser a seguirlo, pero Su amor sigue enfrentándolo para persuadirlo de que acepte Su ayuda.

Porque lo que creó estaba destinado a la bienaventuranza y permanece en la profundidad por el hecho, porque no sabe de la bienaventuranza de la cercanía de Dios... pues es señal de hundimiento que viva en la ignorancia, que la noche completa rodee al ser y no pueda salir por su propia fuerza de su estado de oscuridad. Y por eso la luz misma desciendo a lo profundo, no irradiando en su plenitud, sino despertando en el ser una anticipación para que se esfuerce hacia la luz... Y esta es la gracia que nunca se retira del ser, siempre se le enseña al ser el camino hacia la luz, solo según de sus grado de madurez diferente en medida y efecto.

Pero siempre es la fuerza vital la que fluye hacia el ser caído hasta que alcanza un grado de madurez en el que se vuelve consciente de esta fuerza vital, que puede estar activo a través de ella en libre albedrío, por lo que ahora también puede esforzarse conscientemente hacia arriba. Porque el amor de Dios continua rodeando al ser y lo ayuda a alcanzar la meta... La misericordia de Dios se apodera del indigno y le da nuevas oportunidades para hacerse digno de Su amor. E incluso si el ser amenaza con hundirse una y otra vez porque opone su propia voluntad al amor y la misericordia de Dios... siempre será levantado una y otra vez, Dios Mismo siempre lo pondrá en un nivel donde puede empezar su ascenso hacia arriba él mismo, porque no deja nada en lo profundo...

Su amor nunca se separa de Sus criaturas, y sus criaturas son todos los seres que llegaron a existir usando Su fuerza, incluso si la voluntad de Su oponente estuvo activa en su creación y colocó su voluntad apartada de Dios en estos seres. Su amor no cesa en subir y levantar lo caído, y Su misericordia Lo determina a utilizar siempre nuevos medios para redimir a los seres de las tinieblas y poder introducirlos en el reino de la luz, del que han huido por su propia voluntad, por falta de ignorancia de su naturaleza y su propósito. Pero Dios los conduce de nuevo a esta determinación, aunque pasen tiempos interminables... porque Su amor y misericordia no dejan nada en lo profundo para siempre, no destierra nada de Su cercanía para siempre, lo que Le pertenece desde siempre..._>amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Gottes Liebe und Erbarmung.... Tiefe....

Das ist die große Erbarmung Gottes, daß Er das Schwache, Gefallene emporhebt zu Sich und es die Wonnen des Himmels verkosten läßt.... Er beläßt es nicht in der Tiefe, sondern Er steigt Selbst in die Tiefe hinab, um dem Gesunkenen die Hand zu bieten und es zur Höhe zu führen. Und was Ihm nicht offen Widerstand entgegensetzt, das legt auch den Weg aus der Tiefe zur Höhe zurück, es wandelt sich, wenn auch in endlos langer Zeit, zur Liebe und tritt mit der ewigen Liebe in innigen Verband. Doch nicht aus eigener Kraft, sondern die Kraft Gottes wirket in dem zur Höhe strebenden Geistigen, und daß Gott ihm diese Kraft zuleitet, ist Gnade.... Es ist ein Beweis Seiner nie endenden Liebe, die immer und ewig sich dem zuwenden wird, was aus Ihm hervorgegangen ist. Diese Liebe kann sich niemals von dem Geschaffenen abwenden, sondern wird ihm immer und ewig gelten, und diese Liebe fordert eine Angleichung des Wesens an Gott.... weil eine solche Angleichung, ein Zusammenschluß mit der ewigen Liebe, unvorstellbare Seligkeit auslöst. Darum wird Gott auch nichts auf ewig verdammen, nur können Ewigkeiten vergehen, ehe das Wesenhafte die Angleichung an Gott hergestellt hat und darum ferne von Gott in einem qualvollen Zustand schmachten muß.... Es können Ewigkeiten vergehen, wo dem Wesen jegliche Erkenntnis mangelt von Gott und dies ein Zustand äußerster Finsternis bedeutet für das Geistige, das ursprünglich in Licht und Freiheit über Kraft verfügen konnte, die es selig machte. Und diese Seligkeit im Stadium der Vollkommenheit will Gott ihm wieder zurückgeben, weil Seine Liebe und Seine Erbarmung keine Grenzen kennt. Und darum wendet Er ihm zuerst Seine Gnade zu.... Er schenkt ihm Kraft zum Leben und zum Streben.... Denn es ist dies ein Geschenk, da das Wesen aus eigenem Antrieb nichts macht, um sich diese Kraftzufuhr zu verdienen, sondern das Wesen nimmt die Kraft in Empfang und nützet sie oft nicht einmal zu dem Zweck, dem diese Kraft dienen soll. Das Wesen ist gefallen durch eigene Schuld, indem sein Wille sich dem Gegner Gottes zuwandte, doch es würde nimmermehr seinen Willen tätig werden lassen, um wieder zur Höhe zu steigen, so Gott ihm nicht Seine Gnade zuwenden möchte. Gottes Liebe und Erbarmung aber lässet das Wesen nicht in seinem selbstverschuldeten Zustand, sondern Er sucht ihm zur Höhe zu verhelfen. Und darum teilet Er Gnade über Gnade aus, die das Wesen im letzten Stadium nun nützen kann nach seinem Willen. Doch die Freiheit des Willens ist nun oft eine Gefahr, weil sie mißbraucht wird, weil der Wille verkehrt genützet wird und dies keine Höherentwicklung bedeutet. Doch immer wieder ist die Liebe Gottes bereit, Seine Gnade und Seine Kraft dem Wesen zu vermitteln.... weil Er nicht in der Tiefe belassen will, was nicht von selbst zur Höhe strebt.... Er erfasset, was sich erfassen lassen will, Er zwingt das Wesenhafte nicht, Ihm zu folgen, aber Seine Liebe tritt ihm immer wieder entgegen, um es selbst zu bewegen, Seine Hilfe anzunehmen. Denn es ist das von Ihm Geschaffene bestimmt gewesen zur Seligkeit, und es verharret darum in der Tiefe, weil es nicht um die Seligkeit der Nähe Gottes weiß.... weil dies das Merkmal der Gesunkenheit ist, daß es in der Unkenntnis lebt, daß völlige Nacht um das Wesen ist und es aus eigener Kraft nicht herausfindet aus seinem Dunkelheitszustand. Und darum kommt das Licht selbst in die Tiefe, zwar nicht in seiner Fülle strahlend, doch in dem Wesen ein Ahnen erweckend, auf daß es dem Licht entgegenstrebt.... Und dies ist Gnade, die niemals dem Wesen entzogen wird, es wird ihm der Weg zum Licht stets gewiesen, nur seinem Reifegrad entsprechend verschieden in Maß und Auswirkung. Immer aber ist es die Lebenskraft, die dem gefallenen Wesenhaften zuströmt, bis es einen Reifegrad erreicht hat, daß ihm diese Lebenskraft bewußt wird, daß es durch diese selbst tätig sein kann im freiem Willen, es also nun auch bewußt zur Höhe streben kann. Denn die Liebe Gottes umgibt das Wesenhafte fortgesetzt und hilft ihm, daß es sein Ziel erreiche.... Die Erbarmung Gottes erfaßt das Unwürdige und gibt ihm neue Möglichkeiten, Seiner Liebe würdig zu werden. Und wenn auch das Wesenhafte immer und immer wieder abzusinken droht, weil es seinen eigenen Willen der Liebe und Erbarmung Gottes entgegensetzt.... es wird immer wieder emporgehoben werden, immer wieder wird Gott es auf eine Stufe stellen, wo es seinen Aufstieg zur Höhe selbst beginnen kann, denn Er lässet nichts in der Tiefe.... Seine Liebe trennt sich ewig nimmer von Seinen Geschöpfen, und Seine Geschöpfe sind alle Wesen, die unter Nützung Seiner Kraft hervorgegangen sind, selbst wenn der Wille Seines Gegners bei ihrer Erschaffung tätig war und seinen Gott-abgewandten Willen in diese Wesen gelegt hat. Seine Liebe lässet nicht ab, zu heben und aufzurichten das Gefallene, und Seine Erbarmung bestimmt Ihn, immer neue Mittel anzuwenden, um die Wesen aus der Finsternis zu erlösen und in das Lichtreich einführen zu können, dem sie aus eigenem Willen entflohen sind in Unkenntnis ihrer Beschaffenheit und ihrer Bestimmung. Doch Gott führet sie dieser Bestimmung wieder zu, wenn auch endlose Zeiten vergehen.... denn Seine Liebe und Erbarmung lässet nichts ewiglich in der Tiefe, er verbannet nichts auf ewig aus Seiner Nähe, was Ihm angehört seit Ewigkeit....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde