3351 El amor y la misericordia de Dios.... Profundidad...

30 de noviembre de 1944: Libro 43

Es la gran misericordia de Dios, que Él levanta a los débiles, a los caídos hacia Él y les hace gustar las alegrías del cielo. No los deja en las profundidades, sino que Él Mismo desciende a las profundidades para ofrecer la mano a los caídos y llevarles hacia la cima. Y lo que no le pone resistencia abierta, que también recorre el camino desde lo más profundo hasta lo más alto; se transforma, aunque en un tiempo infinitamente largo, en amor y entra en intima unión con el Amor eterno. Sin embargo, no es por la propia fuerza sino por la fuerza de Dios que obra en el espíritu que se esfuerza hacia arriba, y el hecho de que Dios les transmita esta fuerza es gracia... Es prueba de Su amor infinito, que siempre y para siempre se volverá hacia aquellos que salieron de Él.

Este amor nunca puede alejarse de lo que ha sido creado, sino que siempre y para siempre se aplicará a ello y este amor exige una asimilación del ser a Dios... porque tal asimilación, una unión con el Amor eterno, desencadena una felicidad inimaginable. Es por eso que Dios no condenará nada para siempre, pero pueden pasar eternidades antes de que el ser haya establecido la asimilación a Dios y por lo tanto tiene que languidecer en un estado de agonía lejos de Dios... Puede pasar eternidades donde el ser carece de cualquier conocimiento de Dios y esto significa un estado de extrema oscuridad para lo espiritual, que originalmente pudo disponer de fuerza en luz y libertad, lo que lo hizo feliz.

Y Dios quiere devolverle estad felicidad en el estado de perfección, porque su amor y su misericordia no conocen límites. Y es por eso que Él le otorga Su gracia primero... Él le da fuerza para vivir y luchar... Porque esto es un don, ya que el ser no hace nada por sí mismo para ganarse este suministro de fuerza, sino el ser recibe esta fuerza y, a menudo, ni siquiera la usa para el propósito que se supone que esta fuerza sirve. El ser ha caído por propia culpa, en cuanto su voluntad se volvió al adversario de Dios, pero nunca dejaría que su voluntad se activara para volver a subir si Dios no quisiera darle Su gracia.

Pero el amor y la gracia de Dios no deja al ser en su estado autoinfligido, sino que trata de ayudarlo a levantarse. Y por eso reparte gracia por gracia, que el ser ahora puede usar en la última etapa según su voluntad. Pero la libertad de la voluntad ahora es a menudo un peligro porque se usa mal, porque la voluntad se usa incorrectamente y esto significa que no hay un desarrollo superior. Pero el amor de Dios está siempre dispuesto a impartir al ser Su gracia y Su fuerza... porque no quiere dejar en la profundidad lo que no se esfuerza hacia arriba por sí mismo... Él agarra, lo que quiere ser agarrado, no obliga al ser a seguirlo, pero Su amor sigue enfrentándolo para persuadirlo de que acepte Su ayuda.

Porque lo que creó estaba destinado a la bienaventuranza y permanece en la profundidad por el hecho, porque no sabe de la bienaventuranza de la cercanía de Dios... pues es señal de hundimiento que viva en la ignorancia, que la noche completa rodee al ser y no pueda salir por su propia fuerza de su estado de oscuridad. Y por eso la luz misma desciendo a lo profundo, no irradiando en su plenitud, sino despertando en el ser una anticipación para que se esfuerce hacia la luz... Y esta es la gracia que nunca se retira del ser, siempre se le enseña al ser el camino hacia la luz, solo según de sus grado de madurez diferente en medida y efecto.

Pero siempre es la fuerza vital la que fluye hacia el ser caído hasta que alcanza un grado de madurez en el que se vuelve consciente de esta fuerza vital, que puede estar activo a través de ella en libre albedrío, por lo que ahora también puede esforzarse conscientemente hacia arriba. Porque el amor de Dios continua rodeando al ser y lo ayuda a alcanzar la meta... La misericordia de Dios se apodera del indigno y le da nuevas oportunidades para hacerse digno de Su amor. E incluso si el ser amenaza con hundirse una y otra vez porque opone su propia voluntad al amor y la misericordia de Dios... siempre será levantado una y otra vez, Dios Mismo siempre lo pondrá en un nivel donde puede empezar su ascenso hacia arriba él mismo, porque no deja nada en lo profundo...

Su amor nunca se separa de Sus criaturas, y sus criaturas son todos los seres que llegaron a existir usando Su fuerza, incluso si la voluntad de Su oponente estuvo activa en su creación y colocó su voluntad apartada de Dios en estos seres. Su amor no cesa en subir y levantar lo caído, y Su misericordia Lo determina a utilizar siempre nuevos medios para redimir a los seres de las tinieblas y poder introducirlos en el reino de la luz, del que han huido por su propia voluntad, por falta de ignorancia de su naturaleza y su propósito. Pero Dios los conduce de nuevo a esta determinación, aunque pasen tiempos interminables... porque Su amor y misericordia no dejan nada en lo profundo para siempre, no destierra nada de Su cercanía para siempre, lo que Le pertenece desde siempre..._>amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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