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Refutación de la doctrina de la reencarnación.... Justicia....

Os llegará una luz brillante si tenéis la voluntad de dejarla brillar.... Un tiempo de confusión también confunde el pensamiento de los humanos, su capacidad de pensar se debilita y ya no pueden reconocer las verdades espirituales como tales, por lo que es necesario una transmisión constante de ellas y esto requiere a seres humanos dispuestos a recibir a través de quienes el conocimiento espiritual pueda transmitirse a quienes lo buscan. Una instrucción como tal sólo puede realizarse de diversas maneras, puede complementar un conocimiento que ya existe, puede ofrecerse como un conocimiento completamente nuevo si el humano anteriormente se encontraba en un pensamiento erróneo, pero también puede aclarar un área como refutación de enseñanzas falsas bajo el cual todavía reina la falta de conocimiento entre los humanos.

Pero siempre es un requisito previo que las fuerzas dirigidas hacia Dios transmitan las ideas espirituales al ser humano que, como receptáculo del espíritu divino, se declara dispuesto a servir a Dios difundiendo la verdad. Y este requisito previo se da tan pronto como la oración sincera por el suministro de la verdad pura procede a cada instrucción espiritual.... Todas las buenas fuerzas espirituales tienen un solo objetivo.... unificar a la esencia encarnada en la Tierra con Dios, es decir, para ayudarla al respecto. Pero una unificación espiritual sólo es posible en el estado de luz, es decir, en el estado de conocimiento, que es el resultado de una vida de amor.

Para lograr este estado, se le ha dado la vida terrenal al ser humano en la que puede desarrollar sus capacidades, que sólo están débilmente desarrolladas al comienzo de su encarnación, pero que pueden experimentar un desarrollo ascendente o descendente dependiendo de su voluntad. Su vida le da plena oportunidad para este desarrollo, pero no depende de dones de la mente más o menos desarrollados, sino que únicamente por la voluntad del bien, de la actitud hacia Dios y por tanto del obrar en el amor.... el esfuerzo por la alineación con Dios a través de las buenas obras.... Sólo a través de esto el humano puede lograr un nivel tan alto de desarrollo espiritual que entre en una etapa de luz ya en la Tierra, es decir, para que llegue a la cognición....

Entonces ya se ha producido la asimilación a Dios, y este estado asegura la entrada del alma humana al reino de la luz después de su muerte corporal, en esferas donde puede participar en la obra redentora de Cristo, donde puede ayudar nuevamente a otras almas a llegar a la sabiduría y a la luz enseñando el amor y, por lo tanto, será activa redentoramente. Este grado de perfección puede ser alcanzado fácilmente por humanos que sólo tienen la voluntad de hacer el bien y establecen una conexión con Dios a través de la oración íntima....

El hecho de que los humanos tienen diferentes capacidades de comprensión, que sean más o menos inteligentes, no es en modo alguno un factor determinante de esta voluntad del bien. Porque la chispa espiritual en la persona se despierta a través del amor. Pero el amor nace en el corazón y puede ser extremadamente activo en un ser humano cuya actividad intelectual está considerablemente por detrás de otro humano. E incluso la luz, la cognición de la verdad, no sale a la luz extraordinariamente durante la vida en la Tierra, el alma puede estar rodeada de luz cuando entra al reino del más allá, es decir, la cognición puede llegar a ella en un instante y un conocimiento abundante puede ahora permitirle ser celosamente activo en el amor en el más allá.

Y es por eso que las preocupaciones de que un pensamiento intelectual menos desarrollado podría perjudicar la maduración del alma, y que a cada alma se le tendría que dar la oportunidad de aprovechar las capacidades físicas avanzadas para lograr una mayor madurez en la Tierra. Probablemente estas almas pueden tener un efecto extremadamente beneficioso en la Tierra al poner sus extraordinarias capacidades intelectuales al servicio de sus semejantes para impartirles conocimiento espiritual y así estimularlos a una mayor actividad amorosa.

Pero un ser humano también puede llevar el amor al más alto desarrollo sin ningún estímulo especial, y ese humano sin duda alcanzará la más alta madurez. Pero su pensamiento puede ser completamente sencillo, no necesita revelar ninguna sabiduría superior y, sin embargo, es guiado en su pensamiento y en sus acciones por buenas fuerzas espirituales que lo consideran según su capacidad de comprensión y lo impulsan constantemente a su obrar en amor, para lograr su unificación con Dios. Porque el amor es lo primero, de ello nace la sabiduría y esta sabiduría es parte del alma tan pronto como entra en el reino espiritual.

Pero el amor puede llevar a una única encarnación en la Tierra a su pleno desarrollo, porque el amor puede ser practicado en cada situación de la vida, en cada destino de la vida, en cada condición física o mental, porque esto sólo requiere que la chispa divina se encienda en el ser humano y sea encendida a la llama más alta, y esto lo puede hacer el humano más primitivo en términos de pensamiento, siempre que sólo tenga la voluntad de ser bueno. Pero el conocimiento del bien y del mal está en él porque ambas fuerzas, el bien y el mal, luchan por su alma y por eso su pensamiento es influenciado por ambas fuerzas espirituales, y las fuerzas hacia las que se dirige su libre albedrío logran la victoria sobre él.

Pero cómo se decide su voluntad depende en cierta medida de su fe, de su actitud hacia Dios y hacia la Obra redentora de Cristo, siempre que tenga conocimiento de ella. Jesucristo murió en la cruz por los débiles que no pudieron reunir la voluntad para hacer el bien. Pero nadie piensa que sea fuerte.... Aunque tiene altas capacidades espirituales, todavía necesita las gracias de la obra de Redención, la voluntad fuerte adquirido por Jesucristo, para poder madurar hasta convertirse en un ser de luz durante su vida en la Tierra.... Y por eso Jesucristo creó el equilibrio para que todo el que tenga buena voluntad pueda ser salvo....

(13 de agosto de 1944) La humanidad está muy atrasada en su desarrollo espiritual y no presta atención a ninguna posibilidad de progreso. Se trata de un proceso de enfriamiento inequívoco, que tiene su causa en el libre albedrío del ser humano y para la cual también tiene que responsabilizarse. En consecuencia, un ser humano no puede esperar ningún beneficio por algo que ocurrió por su propia culpa. Pero sería un beneficio si pudiera recuperar el desarrollo que perdió o descuidó por su propia culpa en otra encarnación en la Tierra. Porque no utilizó su libre albedrío de la manera correcta, del que era capaz en cada situación dela vida gracias a la Obra redentora Jesucristo, Quien mediante Su muerte en la cruz rompió el dominio de Su oponente sobre la voluntad de los humanos.

Por lo tanto, no hay justificación para una vida repetida en la Tierra de un alma imperfecta, lo que podría basarse en la justicia divina, porque tan pronto un ser humano ha fallado a pesar de recibir la gracia, no puede pretender ninguna repetición de una encarnación en la Tierra para poder alcanzar el mismo grado de madurez que un humano con buena voluntad puede alcanzar durante su vida en la Tierra, sino que tiene que tomar el ascenso mucho más difícil en el más allá como justa compensación por su voluntad equivocada.

Ciertamente, los humanos tienen diferentes ideas, diferentes conocimientos y diferentes habilidades terrenales, y esto a menudo los lleva a la opinión errónea de que el alma madura correspondiente a estas capacidades. Pero entonces se ignora que sólo la actividad en el amor es decisiva, por lo que sólo la actividad en el amor promueve el desarrollo ascendente. Pero cada humano puede practicar el amor, porque sólo es necesaria la voluntad del hombre; éste es un impulso del corazón que no está en ninguna correlación con un cierto grado de conocimiento o una actividad intelectual especialmente desarrollada. Es innegable que el enfriamiento del amor, comprensiblemente, también resulta en una reducción del conocimiento, y por eso el estado oscuro de la mente es particularmente notable, porque es el resultado del desamor, del cual el alma debe ser responsable....

(14 de agosto de 1944) Sólo se puede hablar de un desarrollo superior cuando el alma se ha conectado con el espíritu, es decir, cuando practica el amor y con ello trae a la vida la chispa espiritual dentro de sí misma, que ahora permanece en constante actividad, es decir, el alma alienta al constante obrar en el amor. En consecuencia, sin la obra del amor se produce un estancamiento en el desarrollo o incluso una regresión en los casos de desamor evidente. Pero cada humano tiene a su disposición la misma cantidad de gracia y se le dan las mismas oportunidades para la maduración de su alma. Si no las utiliza e ignora las gracias, que no puedan surtir efecto en él, entonces, según la justicia divina, también debe aceptar las consecuencias, es decir, en el más allá, él mismo tiene que aceptar la situación en la que se ha metido por su propia culpa, es decir, merecidamente....

Sería entonces una injusticia, por así decirlo, si a él, que no ha utilizado la gran gracia de la encarnación para la salvación de su alma se le ofreciera una vez más la misma oportunidad para compensar lo que ha perdido.... Sería una injusticia para quienes hacen pleno uso de su vida terrenal ignorando sus cuerpos, haciendo renuncias y abstinencias constantes de los placeres del mundo. El conocimiento más profundo no es absolutamente necesario, pero la actividad del amor si lo es, y es por eso que incluso el ser humano más ignorante puede desarrollarse hacia arriba si sólo está activo en el amor, porque el conocimiento le llega tan pronto como lo necesita para sus semejantes o él entra en el reino espiritual. Porque entonces podrá hacer felices a las almas en el más allá con su conocimiento, que ahora le es impartido en un instante para que pueda volverá obra en amor como portador de luz en el reino espiritual....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Widerlegung der Wiederverkörperungslehre.... Gerechtigkeit....

Ein helles Licht wird euch gegeben, so ihr den Willen habt, es leuchten zu lassen.... Eine Zeit der Wirrnisse verwirrt auch das Denken der Menschen, die Denkfähigkeit wird schwächer, und sie können geistige Wahrheiten nicht mehr erkennen als solche, weshalb ein immerwährendes Zuleiten derer nötig ist und dies aufnahmewillige Menschen erfordert, durch welche geistiges Wissen den Suchenden übermittelt werden kann. Eine solche Unterweisung kann nun verschiedentlich stattfinden, sie kann ergänzen ein Wissen, das schon vorhanden ist, sie kann als völlig neues Wissen geboten werden, so der Mensch vorher in irrigem Denken stand, sie kann aber auch als Widerlegung falscher Lehren ein Gebiet klären, über welches noch Unklarheit herrscht unter den Menschen. Immer aber ist Voraussetzung, daß Gott-zugewandte Kräfte das geistige Gedankengut dem Menschen vermitteln, der als Aufnahmegefäß des göttlichen Geistes sich bereit erklärt, Gott zu dienen durch Verbreiten der Wahrheit. Und diese Voraussetzung ist gegeben, sowie inniges Gebet um Zuführen der reinen Wahrheit einer jeden geistigen Unterweisung vorangeht.... Alle guten geistigen Kräfte haben nur ein Ziel.... das auf der Erde verkörperte Wesenhafte mit Gott zu vereinen, d.h., ihm dazu behilflich zu sein. Eine geistige Vereinigung besteht aber nur im Zustand des Lichts, d.h. im Zustand des Erkennens, das die Folge eines Liebelebens ist. Um diesen Zustand zu erreichen, ist dem Menschen das Erdenleben gegeben, in dem er seine Fähigkeiten ausbilden kann, die am Anfang seiner Verkörperung nur schwach entwickelt sind, aber je nach seinem Willen eine aufsteigende oder auch absteigende Entwicklung erfahren können. Sein Lebenslauf gibt ihm vollauf Gelegenheit zu dieser Entwicklung, sie hängt aber nicht von mehr oder weniger entwickelten Gaben des Verstandes ab, sondern allein nur vom Willen zum Guten, von der Einstellung zu Gott und also dem Wirken in Liebe.... dem Streben nach Anschluß an Gott durch gute Werke.... Nur allein dadurch kann der Mensch eine so hohe geistige Entwicklungsstufe erreichen, daß er in ein Lichtstadium eintritt schon auf Erden, d.h., daß er zur Erkenntnis gelangt.... Dann ist die Angleichung an Gott schon vor sich gegangen, und dieser Zustand sichert der Seele des Menschen bei seinem Ableben den Eingang in das Lichtreich, in Sphären, wo sie sich an dem Erlösungswerk Christi beteiligen kann, wo sie fähig ist, anderen Seelen wieder zur Weisheit, zum Licht zu verhelfen, indem sie Liebe lehrt und also erlösend tätig ist. Diesen Grad der Vollkommenheit also können die Menschen mit Leichtigkeit erreichen, die nur den Willen haben zum Guten und die Verbindung mit Gott herstellen durch inniges Gebet.... Daß die Menschen verschiedene Auffassungsfähigkeiten haben, daß sie mehr oder weniger intelligent sind, ist keineswegs bestimmend für diesen Willen zum Guten. Denn der Geistesfunke im Menschen wird durch die Liebe zum Erwachen gebracht. Die Liebe aber wird im Herzen geboren, und sie kann überaus rege sein in einem Menschen, dessen Verstandestätigkeit beträchtlich hinter der eines anderen Menschen zurücksteht. Und selbst, wo das Licht, die Erkenntnis der Wahrheit, nicht außerordentlich zutage tritt während des Erdenlebens, kann die Seele beim Eintritt in das jenseitige Reich lichtumflossen sein, d.h., die Erkenntnis kann ihr blitzschnell kommen und ein überreiches Wissen sie nun befähigen zu eifriger Liebetätigkeit im Jenseits. Und darum sind die Bedenken hinfällig, daß ein weniger entwickeltes Verstandesdenken das seelische Reifen beeinträchtigen könnte, daß also einer jeden Seele einmal die Gelegenheit geboten werden müsse, vorgeschrittene körperliche Fähigkeiten auszunützen, um eine erhöhte Reife zu erlangen auf Erden. Es können zwar solche Seelen auf Erden überaus segensreich wirken insofern, als daß sie ihre außergewöhnlichen Verstandesfähigkeiten in den Dienst des Mitmenschen stellen, um ihm geistiges Wissen zu vermitteln und ihn dadurch zu erhöhter Liebetätigkeit anzuregen. Es kann aber ebenso ein Mensch ohne besondere Anregung die Liebe zu höchster Entfaltung bringen, und es wird dieser Mensch unstreitbar zur höchsten Reife gelangen. Sein Denken kann aber gänzlich unkompliziert sein, es braucht keine höhere Weisheit erkennen zu lassen, und dennoch wird er gelenkt in seinem Denken und Handeln von guten geistigen Kräften, die ihn bedenken seiner Auffassungsgabe gemäß und ihn ständig antreiben zu vermehrtem Liebeswirken, um seine Vereinigung mit Gott zu erreichen. Denn die Liebe ist das Erste, aus ihr wird erst die Weisheit geboren, und diese Weisheit ist der Anteil der Seele, sowie sie in das geistige Reich eingeht. Die Liebe aber kann eine einmalige Verkörperung auf Erden voll zur Entfaltung bringen, weil die Liebe in jeder Lebenslage, in jedem Lebensschicksal, in jeder körperlichen und geistigen Verfassung geübt werden kann, weil dies nur zur Voraussetzung hat, daß der göttliche Funke im Menschen entzündet und zur höchsten Flamme entfacht wird, und dies der im Denken primitivste Mensch kann, so er nur den Willen hat, gut zu sein. Die Erkenntnis von Gut und Böse aber ist in ihm, weil beide Kräfte, gute und böse, um seine Seele streiten und also sein Denken von beiden geistigen Kräften beeinflußt wird und die Kräfte den Sieg über ihn tragen, denen sich sein freier Wille zuwendet. Wie aber sich sein Wille entscheidet, das ist bis zu einem gewissen Grade abhängig von seinem Glauben, von seiner Einstellung zu Gott und zu dem Erlösungswerk Christi, sowie er davon Kenntnis hat. Jesus Christus starb den Tod am Kreuze für die Schwachen, die aus sich nicht fähig waren, den Willen zum Guten aufzubringen. Niemand aber dünke sich, stark zu sein.... Wenngleich er hohe geistige Fähigkeiten aufzuweisen hat, bedarf er doch der Gnaden des Erlösungswerkes, den von Jesus Christus erkauften starken Willen, um zum Lichtwesen reifen zu können während seines Erdenlebens.... Und darum hat Jesus Christus den Ausgleich geschaffen, auf daß alle selig werden können, die eines guten Willens sind.... (13.8.1944) Die Menschheit ist in ihrer geistigen Entwicklung zwar sehr zurückgeblieben, und sie beachtet keinerlei Fortschrittsmöglichkeiten. Es ist dies ein unverkennbarer Erkaltungsprozeß, der aber im freien Willen des Menschen seine Ursache hat und für den er sich auch verantworten muß. Folglich kann für etwas, was aus eigenem Verschulden eingetreten ist, der Mensch keine Vergünstigung erwarten. Eine Vergünstigung aber wäre es, wenn er die aus eigenem Verschulden versäumte oder vernachlässigte Entwicklung beliebig nachholen könnte in einer nochmaligen Verkörperung auf Erden. Denn er hat seinen freien Willen nicht in der rechten Weise gebraucht, wozu er aber in jeder Lebenslage fähig war durch das Erlösungswerk Christi, Der die Übermacht Seines Gegners über den Willen der Menschen gebrochen hat durch Seinen Tod am Kreuze. Es gibt darum keine Begründung für einen nochmaligen Erdenlebenswandel einer unvollkommenen Seele, die auf göttlicher Gerechtigkeit fußen könnte, denn sowie der Mensch versagt hat trotz Zuwendung von Gnaden, kann er nicht eine beliebige Wiederholung einer Verkörperung auf Erden beanspruchen, um zu dem gleichen Reifegrad zu gelangen, den ein Mensch mit gutem Willen während seines Erdenlebens erreichen kann, sondern er muß dann den weitaus schwereren Aufstieg im Jenseits zurücklegen als gerechten Ausgleich für seinen verkehrten Willen. Es haben die Menschen wohl verschiedene Erkenntnisse, verschiedenes Wissen und verschiedene irdische Fähigkeiten, und dies läßt sie oft zu der irrigen Ansicht kommen, daß das Reifen der Seele entsprechend diesen Fähigkeiten sich vollzieht. Es wird aber dann außer acht gelassen, daß nur die Liebetätigkeit ausschlaggebend ist, also nur das Liebeswirken die Aufwärtsentwicklung fördert. Liebe aber kann ein jeder Mensch üben, denn dazu ist nur der Wille des Menschen nötig, es ist dies ein Trieb des Herzens, der in keinerlei Zusammenhang (Abhängigkeit?) steht mit (von?) einem bestimmten Wissensgrad oder einer besonders entwickelten Verstandestätigkeit. Daß das Erkalten der Liebe verständlicherweise auch ein verringertes Wissen nach sich zieht, ist unbestreitbar, und darum tritt auch der finstere Geisteszustand besonders in Erscheinung, weil er die Folge der Lieblosigkeit ist, für die die Seele sich daher verantworten muß.... (14.8.1944) Von einer Höherentwicklung kann erst dann gesprochen werden, wenn die Seele sich mit dem Geist verbunden hat, wenn sie also die Liebe übt und dadurch den Geistesfunken in sich zum Leben erweckt, der nun in ständiger Tätigkeit bleibt, d.h. die Seele anregt zu immerwährendem Liebeswirken. Folglich ist ohne Liebeswirken ein Stillstand der Entwicklung oder gar bei offensichtlicher Lieblosigkeit ein Rückgang zu verzeichnen. Es steht aber jedem Menschen das gleiche Gnadenmaß zur Verfügung, und die gleichen Gelegenheiten sind ihm gegeben zum Reifen der Seele. Nützet er nun solche nicht und lässet er auch die Gnaden ungeachtet, daß sie nicht an ihm wirksam werden können, so muß er auch laut göttlicher Gerechtigkeit die Folgen auf sich nehmen, d.h., er muß im Jenseits selbst mit dem Zustand fertig werden, in den er aus eigener Schuld, also verdientermaßen, geraten ist.... Es wäre dann gewissermaßen eine Ungerechtigkeit, wenn ihm, der die große Gnade der Verkörperung nicht zu seinem Seelenheil ausgewertet hat, noch einmal die gleiche Gelegenheit geboten würde, nachzuholen, was er versäumt hat.... Es wäre dies eine Ungerechtigkeit gegenüber denen, die ihr Erdenleben voll ausnützten unter Nichtbeachtung ihres Körpers, unter Verzichtleistung und ständiger Enthaltsamkeit der Freuden der Welt. Das tiefere Wissen ist nicht durchaus nötig, jedoch die Liebetätigkeit, und darum kann auch der unwissendste Mensch sich zur Höhe entwickeln, so er nur liebetätig ist, denn das Wissen geht ihm dann zu, sowie er es benötigt für seine Mitmenschen oder er in das geistige Reich eingeht. Denn dann kann er die Seelen im Jenseits beglücken mit seinem Wissen, das ihm blitzschnell nun vermittelt wird, auf daß er als Lichtträger wieder in Liebe wirken kann im geistigen Reich....

Amen

Traductor
This is an original publication by Bertha Dudde