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Tiempos de necesidad... Tiempos de gracia...

Los tiempos de necesidad también son tiempos de gracia, porque Dios en Su amor trata constantemente de llevar la salvación a los hombres, y utiliza todos los medios para darse a conocer a ellos, a fin de que Lo encuentren y se salven de la muerte y de la ruina... cada sufrimiento es una gracia, porque es un medio que Dios usa para cambiar el pensamiento de las personas. Dios llama al corazón de las personas, Él Mismo se acerca a ellas y espera que Lo invoquen, que lo dejen entrar en sus corazones, para que luego pueda seguir obrando con Su gracia y Su amor.

Porque el amor de Dios nunca se acaba, no es limitado como el amor de los hombres, no tiene fin y está destinado eternamente sólo a sus criaturas, que son de Él y han de volver a Él para su propia felicidad. El hecho de que las personas no reconozcan este amor es el resultado de su estado de alejamiento de Dios, que les ciega a lo divino. Dios tiene en cuenta esta condición y considera a los hombres en consecuencia, pero nunca los deja sin ayuda, y todo lo que le envía para guiarlos hacia Sí Mismo son gracias, que les ofrece Su amor, para reconquistarlos para siempre.

Y si el hombre no se ha endurecido y desamorado por completo, estas gracias tampoco son ineficaces. Pero siempre deben dejar intacto el libre albedrío del ser humano, es decir, toda coerción debe ser apagada, el ser humano debe ser libre para dejar querer que la gracia actué sobre él, su voluntad no debe ser determinada de ninguna manera a una forma de vida diferente, de lo contraria el ser no sería libre y esto interrumpiría el desarrollo superior del alma. Y por eso el sufrimiento es sumamente beneficioso, porque como resultado muchas veces las personas se vuelven a Dios por sí mismas y así se sirven de una gracia que el amor de Dios les ofrece...

amén

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Traducido por: Hans-Dieter Heise

Zeiten der Not - Zeiten der Gnade....

Zeiten der Not sind auch Zeiten der Gnade, denn Gott in Seiner Liebe ist unablässig bemüht, den Menschen Rettung zu bringen, und Er wendet alle Mittel an, Sich ihnen erkenntlich zu machen, auf daß sie zu Ihm finden und gerettet sind von Tod und Verderben.... jedes Leid ist eine Gnade, denn es ist ein Mittel, dessen Sich Gott bedient, um das Denken des Menschen zu ändern. Es klopfet Gott an die Herzen der Menschen, Er bringt Sich Selbst ihnen nahe und wartet, daß sie Ihn anrufen, daß sie Ihn einlassen in ihre Herzen, um dann mit Seiner Gnade und Liebe weiterwirken zu können. Denn Gottes Liebe höret nimmer auf, sie ist nicht begrenzt wie die Liebe des Menschen, sie ist ohne Ende und gilt ewiglich nur Seinen Geschöpfen, die aus Ihm sind und zu Ihm zurückkehren sollen zu ihrer eigenen Beglückung. Daß die Menschen diese Liebe nicht erkennen, ist nur die Folge ihres Gott-fernen Zustandes, der sie blind macht für das Göttliche. Diesem Zustand trägt Gott Rechnung und bedenkt die Menschen ihm entsprechend, Er läßt sie aber nimmer ohne Hilfe, und alles, was Er über sie sendet, um sie Sich Selbst entgegenzuführen, sind Gnaden, von Seiner Liebe ihnen dargeboten, um sie für immer zurückzugewinnen. Und so der Mensch nicht völlig verhärtet und lieblos geworden ist, sind diese Gnaden auch nicht wirkungslos. Nur müssen sie immer den freien Willen des Menschen unangetastet lassen, d.h., es muß jeder Zwang ausgeschaltet sein, es muß dem Menschen freistehen, die Gnade auf sich wirken lassen zu wollen, sein Wille darf in keiner Weise bestimmt werden zu anderer Lebensführung, ansonsten das Wesen unfrei und dies eine Höherentwicklung der Seele ausschalten würde. Und darum ist das Leid ungeheuer segensreich, weil dadurch oft der Mensch aus eigenem Antrieb sich Gott zuwendet und er so eine Gnade nützet, die Gottes Liebe ihm bietet....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde