Las acciones externas de una persona no siempre revelan su estado espiritual y el esfuerzo espiritual no siempre funciona de tal manera que permita al extraño una impresión clara de la vida interior de la persona en cuestión. Y así, a menudo se sacan conclusiones erróneas por parte de las personas, parece que la forma de actuar no se combina aparentemente por lo que la persona se esfuerza realmente y, por lo tanto, a menudo puede dar lugar a falacias. Y, sin embargo, el Señor también permite tal ocultación del hecho verdadero, de modo que las personas se esfuerzan por hacer un juicio justo y no elevan o juzgan a una persona de acuerdo con lo que es reconocible externamente.
Cualquiera que, con la intención de servir a Dios, al Señor, siempre trate de poner sus acciones externas en armonía con todos los sentimientos interiores, difícilmente dará a su prójimo algún motivo para el engaño consciente. Cuanto más claro y libre el ser humano diseñe su vida interior, más fácilmente reconocible será todo su andar sobre la tierra para el mundo exterior, y en consecuencia el prójimo será impulsado a alcanzar la misma madurez espiritual, porque ahora reconoce claramente la influencia de la buena fuerza espiritual... en cambio, quien se esconde, es decir, quien no deja ver a la persona la verdadera imagen de su alma, también correrá el riesgo de ser juzgado erróneamente, y su tarea en la tierra será correspondientemente más difícil de resolver, ya que los poderes espirituales no apoyan al que se cierra en la misma proporción, como es el caso de un niño terrenal que también exteriormente cumple todos los mandamientos de amor.
Por lo tanto, es mucho más probable que tales personas sean aceptadas como creyentes que también demuestran sus piedad externamente, porque las personas a menudo solo captan cuando se puede reconocer el significado profundo de todas las acciones. Sin embargo, cuyas acciones contradicen completamente los mandamientos de la caridad, su espíritu nunca puede ser de origen divino, y los efectos de sus acciones nunca resultarán en el ennoblecimiento de sus semejantes, pero el número de aquellos que desprecian y condenan sus acciones será cada vez más grande, y en consecuencia tal persona no será o será poco apto para hacer vivir entre la humanidad las leyes del amor a Dios y al prójimo, porque si sus propias acciones no corresponden a este supremo mandamiento, también encuentra pocos semejantes que traten de imitarlo, y por eso vale aquí también el dicho: “Por sus frutos los reconoceréis”... y siempre debéis tener esto en cuenta cuando os vengan dudas del valor del ser humano... amén
TraductorNicht immer läßt die äußere Handlungsweise eines Menschen den geistigen Zustand erkennen, und nicht immer wirkt sich das geistige Streben so aus, daß es den Außenstehenden klaren Einblick gestattet in das Innenleben des Betreffenden. Und so werden oft von seiten der Menschen falsche Rückschlüsse gezogen, es vereinigt sich scheinbar nicht die Handlungsweise mit dem, was der Mensch in Wirklichkeit anstrebt, und mag daher oft zu Trugschlüssen führen. Und doch ist eine solche Verschleierung der wahren Tatsache gleichfalls vom Herrn zugelassen, auf daß die Menschen sich bemühen, ein gerechtes Urteil zu fällen, und nicht nach dem nach außen Erkenntlichen einen Menschen erheben oder auch richten. Wer sich in der Absicht, Gott dem Herrn zu dienen, stets bemüht, das äußere Handeln stets in Einklang zu bringen mit allem inneren Empfinden, wird der Mitwelt kaum Anlaß geben zu bewußter Irreführung.... Es wird, je klarer und freier der Mensch sein Innenleben sich gestaltet, auch desto leichter erkennbar nach außen sein ganzer Wandel auf Erden sein, und es wird dementsprechend der Mitmensch dazu angetrieben sein, die gleiche geistige Reife zu erlangen, denn er erkennt ja nun deutlich den Einfluß guter Geisteskraft.... dagegen wird, wer sich verbirgt, d.h. den Mitmenschen nicht sein wahres Seelenbild sehen läßt, auch Gefahr laufen, verkannt zu werden, und seine Erdenaufgabe wird entsprechend schwerer zu lösen sein, stehen doch dem, der sich verschließt, die geistigen Kräfte nicht im gleichen Verhältnis bei, wie dies bei einem auch nach außen hin jedes Gebot der Liebe erfüllenden Erdenkind der Fall ist. Es werden daher weit eher solche Menschen gläubig aufgenommen, die ihre Frömmigkeit auch nach außen hin beweisen, denn es fasset der Mensch oft erst, so die tiefe Bedeutung aus allem Handeln zu erkennen ist. Wessen Handlungsweise jedoch völlig den Geboten der Nächstenliebe widerspricht, dessen Geist kann niemals göttlichen Ursprungs sein, und die Auswirkungen seines Tuns werden niemals eine Veredlung der Mitmenschen zur Folge haben, sondern es wird die Zahl derer, die sein Handeln verachten und verurteilen, immer größer werden, und folglich wird ein solcher Mensch nicht oder wenig geeignet sein, die Gesetze der Liebe zu Gott und dem Nächsten aufleben zu lassen unter der Menschheit, denn so sein eigenes Handeln nicht diesem obersten Gebot entspricht, findet er auch wenig Mitmenschen, die ihm nachzuahmen sich bemühen, und deshalb gilt auch hier das Wort: "An ihren Früchten werdet ihr sie erkennen....", und dies sollt ihr stets beachten, wenn euch Zweifel über den Wert des Menschen befallen....
Amen
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