B.D.-Nr. 5646

El saber más profundo Le fue revelado a Jesús.... Siguiendo a Jesús....

El acto de creación, así como la caída en el pecado, la apostasía de lo espiritual de Mí, se os puede presentar a vosotros, los humanos, sólo de manera pictóricamente, es decir, de tal manera que os resulte comprensible lo que movió al Hijo del Hombre, Jesús, a clavar en la cruz y por qué tiene que ser reconocido como Hijo de Dios y Redentor del mundo. El grado de madurez del ser humano también determina su poder cognitivo; sólo en raras ocasiones un ser humano puede penetrar en la sabiduría más profunda y comprender así Mi gobierno y Mi obrar como lo hizo el hombre Jesús, porque Él fue capaz de ver a través de todo y así también Mi eterno plan de Salvación, el plan de deificar de lo que una vez fue creado....

Esta cognición más profunda como ser humano fue también el resultado de Su vida en el amor, que había llevado a cabo la Deificación de Sí Mismo, de modo que el Jesús humano, por así decirlo, logró este objetivo en la Tierra que Yo había fijado para todo lo espiritual, el ser creado por Mí. El logro de este objetivo, la Deificación de Su ser, tuvo que traer inevitablemente consigo un estado mental tan claro que Jesús podía reconocer, pasar por alto y ver a través de todo.... pero al mismo tiempo también la interminable distancia de los seres humanos hacia Mí, que nunca podría llevar a ese objetivo.

Fue precisamente este saber que le movió hacer algo para Mí, a Quien amaba sobre todo, para llevar de vuelta a Mis criaturas como seres que se habían adaptado a Mi Ser original a través del amor. El amor hacia Mí y hacia Sus semejantes era lo divino en Él, lo que ahora también Le hacía consciente de todo y, por tanto, también del único camino que era de ayuda para aquellos que se habían alejados de Mí. Pero el hombre Jesús nunca pudo impartir conocimiento a Sus semejantes. Ciertamente pudo mostrarles el camino para alcanzar el conocimiento, pero nunca pudo impartir Su propio conocimiento a Sus semejantes.

Y es por eso que el conocimiento acerca de la creación y la apostasía de lo espiritual de la humanidad no puede obtenerse a través de la escuela, ni puede ser presentado por Mí Mismo de tal manera que el ser humano tenga pleno entendimiento al respecto.... Es el saber más profundo que sólo a través del amor se convierte en propiedad de quien quiere poseerlo.... Sin embargo, vosotros los humanos seréis guiados por Mi Espíritu hacia un pensamiento correcto, mientras seáis capaces de ello, para no caer victimas de enseñanzas erróneas que pueden oscurecer o incluso desfigurar Mi imagen para vosotros, lo que nunca profundizaría el amor por Mí.

El amor verdadero, sin embargo, puede iluminar vuestro espíritu en un instante, y todo lo que antes no estaba claro para vosotros aparecerá ante vuestro ojo espiritual con tal claridad que ningún conocimiento mundano podría desplazar este conocimiento vuestro.... Entonces os será imposible albergar más pensamientos falsos dentro de vosotros, reconoceréis lo que es error como error, pero también sabréis que estáis en la verdad, en el verdadero conocimiento, en la cognición correcta, porque ésta es luz que fluye hacia dentro de vosotros desde la luz primordial, que no puede ser transmitida al intelecto desde afuera, sino la que cada uno tiene dentro de sí mismo desde el principio.

En la Tierra, es muy raro que un ser humano alcance el grado de madurez que le revele todo lo que le fue revelado al hombre Jesús, pero el verdadero seguimiento de Jesús es el único camino que le revela los secretos, y quien toma este camino también comprenderá la obra de la creación, la apostasía del ser humano y la obra de Redención de Jesucristo, y se deleitará con el conocimiento, la conciencia de Mi gobierno y obra, de Mi plan de Salvación desde la eternidad, y su amor por Mí se profundizará, porque Yo, Que sólo permití que Mi amor extremadamente grande obrara para dar y recibir amor a cambio, y por eso nunca Me cansaré de cortejar por el amor de Mis criaturas hasta que Me lo ofrezcan por su propia voluntad como Mis hijos, hasta que se hayan deificado a sí mismos a través del amor....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.