B.D.-Nr. 5611
Todo lleva su tiempo.... El desarrollo de lo espiritual no puede darse de repente, porque el camino desde las profundidades hasta las alturas es demasiado largo, de modo que un retorno repentino sólo sería posible mediante un acto de la gracia de Dios, que, sin embargo, elimina el libre albedrío del ser, porque el ser en las profundidades no tiene la voluntad hasta las alturas. Ésta debe transformarse ahora poco a poco, y aunque al principio esto ocurra en la ley obligatoria, un día tendrá que expresarse nuevamente en libertad.
Pero el ser en el largo camino anterior ya ha saldado alguna deuda, ya ha expiado en parte su voluntad equivocada, que era pecado, al realizar, aunque involuntariamente, una obra constructiva que ha contribuido a conservar aquello que tiene una finalidad redentora, y la integración en el orden divino, en Su voluntad, ya se ha vuelto algo más fácil para el ser. La resistencia reducida es reconocible para Dios y es inmediatamente respondida con Su amor, al permitir a lo espiritual a cambiar su forma externa más rápidamente y así alcanzar también las alturas más rápidamente. Pero cada ser debe pasar la prueba de la voluntad en completa libertad, porque sólo ella determina el grado de madurez que libera de todas las formas.
El ser mismo determina la duración del tiempo de su desarrollo, porque el ser mismo tiene que reducir la distancia de Dios en el estado humano, y entonces realmente todavía tiene bastante con qué luchar y pelear, pero también es capaz de hacerlo mediante la medida de la gracia de que dispone. Pero nunca sería capaz de salir de las profundidades más profundas por sí solo; Pare ello necesita una ayuda que le es dada por Dios a través del proceso de recorrer la creación en la ley obligatoria que la pone en ese estado en que puede hacerlo por sí solo si tan sólo quiere.... es decir, donde puede adquirir la fuerza a través de su propia voluntad para enfrentar las demandas que se le ponen para poder liberarse completamente de la forma.
Todo lleva su tiempo.... Pero ante Dios, mil años son como un día....se trata de la eternidad, de una vida dichosa y eterna.... Y no importa cuántas veces un ser vuelva a caer en las profundidades, si su curso de desarrollo sigue siendo fallido una y otra vez, si está en un estado de no libertad durante un tiempo infinitamente largo.... el tiempo más largo todavía puede considerarse corto en comparación con la eternidad, y seguramente alcanzará su meta un día.... Dios hace todo lo posible para acortar este estado de ataduras, pero no toca el libre albedrío porque quiere criar hijos que se conviertan en Su imagen. Pero el ser humano puede alcanzar su meta en el corto tiempo que pasa en la Tierra; Solo su voluntad decide, y según sea su voluntad, así será su destino....
amén