4843 Remolino del mundo....

20 de febrero de 1950: Libro 55

En el ajetreo y bullicio del mundo, los hombres reprimen cualquier impulso hacia las alturas. Es como un aliento venenoso que hace que los corazones humanos sean incapaces de esforzarse espiritualmente. Ninguna semilla puede crecer, se seca antes de desarrollarse. Porque se enferma por el aliento de peste del mundo. Comprended esto, que vosotros los humanos estáis en un gran peligro de perderos ante el enemigo de vuestra alma, comprended eso, que él usa todos los medios para evitar vuestro crecimiento hacia la luz, que esparce veneno para destruir la buena semilla. Comprended, que las alegrías del mundo son ese veneno del que vuestra alma cae desesperadamente víctima.

En el frenesí del disfrute buscáis vuestra felicidad y arrojáis vuestra alma al desastre. Pagáis vuestro tributo al señor del mundo y vendéis vuestra alma, porque anheláis sus tesoros y solo buscáis el cumplimiento de los deseos y anhelos corporales. Y él no os lo niega, da en abundancia, pero también exige todo por ello, y os gana por completo. Por una recompensa sin valor os entregáis en sus manos. Horas de exuberante alegría de vivir son suficientes para vosotros, y por eso sacrificáis tiempos eternos en la dicha.... Os habéis convertido en sus esclavos, de aquel que os arrastra a la perdición.

Si os acordaríais de Mí, entonces no podríais encontrar placer en el ajetreo y bullicio, os alejaríais de aliento venenoso para no podría tocaros; reconoceríais que el mundo es vuestro enemigo porque es parte de Mi oponente. Pero vuestros pensamientos ya no Me encuentran, están encadenados en la tierra, solo giran alrededor de la lujuria del mundo, alrededor del pecado, que buscáis de velarlo y sin embargo lo estáis amando. Ciertamente podéis engañaros vosotros mismos, pero no a Mí, que Yo veo en vuestros corazones. No os condeno, pero vosotros mismos os alejáis de Mí porque no hay amor en vosotros, excepto el amor propio, que os tira hacia abajo pero no os puede elevar.

Porque si tuvierais amor, entonces no estaríais lejos de Mí, sino que Me buscaríais en todos vuestros caminos. Entonces el mundo no podría irritaros, entonces Mi oponente habría perdido el poder sobre vosotros, y entonces tampoco seguiríais las tentaciones del mundo. Porque a través del amor estaríais también en el conocimiento. Pero en vosotros está oscuro, y solo perseguís el fuego fatuo. Estáis buscando alegrías y al hacerlo encontráis la muerte.... Porque quienquiera que el enemigo de las almas haya ganado una vez, ya no lo entregará, y el desapego de él requiere una gran fuerza de amor, que, sin embargo, rara vez puede ser desarrollado por una persona, que una vez haya caído víctima de él....

Amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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