0760 Transmisión de la fuerza divina... Electrones...

27 de enero de 1939: Libro 16

Y por eso se dejará a vosotros, los humanos, considerar la obra de creación como una herramienta de progeneración de la fuerza divina. En el plan de creación ésta solo puede ser enviada al universo a través de un sinfín de muchos pequeños seres vivos, para que el hombre pueda participar en el mayor grado de esta fuerza y, como un ser purificado, como fuerza de Dios mismo, reunirse nuevamente con el poder originario.

Si vosotros los humanos, penséis en este camino infinitamente largo, y os veis a vosotros mismos como la estación final, entonces también debe ser comprensible para vosotros que a partir de ahora vuestro esfuerzo solo debe ser dirigido a la última meta, porque albergáis innumerables milagros de la creación divina dentro de vosotros, todos los cuales, impregnados por el poder divino, han encontrado unión en el alma humana, y ahora comprenderéis lo que está en juego cuando el último recipiente receptor de todo el poder de Dios se rompe sin escrúpulos y todo el poder ya existente contribuye al aumento de la materia, que sin embargo debe ser disuelto y transformado en algo completamente espiritual, lo cual es entonces el caso cuando el poder de Dios no se usa para la perfección espiritual, sino que solo se consume para cosas puramente mundanas.

Verdaderamente albergáis esta fuerza que fluye de Dios en gran abundancia y no sabéis que capacidades os son propias a través de esta si queréis usar la fuerza en el sentido correcto... cómo podéis penetrar en las maravillas de la creación divina y verlas con vuestro ojo espiritual, lo que de otro modo sería invisible para vosotros... cómo podríais convenceros siempre del amor, la sabiduría y la omnipotencia de Dios si fuese seriamente vuestra voluntad alcanzar vuestra posible perfección ya aquí en la tierra.

Cuanto más aprendéis mirar espiritualmente, menos sentís la carga de la tierra, y tan pronto como el Espíritu de Dios cobra vida en vosotros, sois dueños de toda materia, pero para despertarlo a la vida, vuestro sentido solo debe ser dirigido en aprovechar vuestra vida terrenal sólo para vuestro bien espiritual... Debéis manteneros en la conexión más profunda con el Creador divino y sólo encomendaros a Su bondadosa mano paternal... Entonces cada paso será un paso hacia la perfección.

Porque Dios solo ve la voluntad del niño terrenal... Si esta se vuelve hacia Él, entonces Él se apodera de su corazón con Su amor y lo guía hacia la meta correcta. Cualquiera que siempre envía la oración al Padre desde el fondo de su corazón: “Quiero servirte en el tiempo y la eternidad...”, cuya voluntad también capta la fuerza que se le envía, y esta lo levanta... porque todo lo que emana de Dios, si no se le ofrece resistencia, también vuelve a conducir inevitablemente a Dios.

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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