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Blessings of divine revelations.... "I am the way, the truth and the life...."

You humans would not be able to measure the blessing of divine revelations if you did not research and ponder but only had to abide by what comes to you from above as an emanation of divine love.... But as long as you arrogantly believe that you have to gain knowledge for yourselves and don't want to accept what is given to you, you will not recognize what is true because it seems too simple to you. You don't appreciate spiritual knowledge which originates in the spiritual kingdom, you are prejudiced as soon as it reminds you of the church, which you don't want to accept, as soon as you are given information about questions concerning the gospel. But you also take offence at knowledge which surpasses earthly knowledge because you try to prove everything you should accept as truth. You research with your intellect where your heart only needs to listen, because you all have the truth within yourselves and could take possession of it if only you believed. And you seek to attain faith again on the path of research and brooding.... You want to try to fathom what you should believe, but you disregard what helps you to have a living faith.

(9/27/1950) A truly childlike mind will take you further than the sharpest intellect is able to take you, and what you ask for from the father in childlike simplicity you will receive.... Therefore you should first ask Him to guide you into truth. This prayer can only be carried out by a person who, through works of love, feels inwardly united with the eternal love Itself, Which is also the eternal truth. And from this it follows that love has to be practiced without fail in order to attain the truth. The entrance to truth is irrevocably love, which is why Jesus spoke the words: "I am the way, the truth and the life...." For the man Jesus embodied love and thus showed people the only path which leads to truth and from it to eternal life. Then every thought will be right, every thought will fill the human being's heart as living faith. Then the human being can only move in the truth without demanding and producing intellectual proofs. Then only the heart, the feeling, is decisive, what the human being can and wants to accept as the sole truth. And this feeling of the heart are divine revelations which are not obviously recognizable as such in contrast to those which testify to the working of the spirit to the one who is of good will. For obvious evidence of this would have to be regarded as compulsory faith, thus the human being must still be free to reject divine revelations, which he will always do if he does not seriously strive for truth and lives a life without love. God can easily reveal Himself to a loving person, for he receives the revelations with his heart which recognizes the father's voice. In contrast, the intellect of a loveless person is unable to recognize transmissions from the spiritual kingdom and thus he rejects them. Yet he will never reach the aim, the truth, by any other means, for God Himself sets the conditions under which He distributes the truth, and therefore anyone who does not fulfil these conditions will always go away empty-handed.

Amen

Translator
Translated by: Doris Boekers

Coacción moral – Dogma

El gran peligro para un hombre es la coacción moral que lo impide en el reconocer y en la autodecisión en la orientación de su voluntad. Cada hombre es un ser individual, el que debe formarse a la perfección; cada hombre es por lo tanto responsable por su modo de vivir, la que es necesaria para la consecución del grado de perfección, y cada hombre tiene que decidirse por eso libremente, él tiene que dar ante Mí testimonio de su voluntad. Ese testimonio exijo Yo y me declaro en no darme de acuerdo con eso de que un hombre decida y determine a sus semejanes en esta o aquella dirección en el pensar, querer y obrar. La libertad de la voluntad tiene que ser inviolable, pero está violada si legítimamente está determinada una dirección de la voluntad y el hombre ahora está determinado por medio de promesas o amenazas a que ande en esa dirección. Tal coacción de voluntad no la reconoceré Yo nunca jamás, aun cuando Yo no proceda manifestandome abiertamente en contra, precisamene para no ejercer por otro lado coacción de voluntad.

El hombre es un individuo pensante, al que Yo le he dado la capacidad de poder querer y pensar libremente, y por cierto sólo con la finalidad de una decisión en la última fase de su desarrollo espiritual en la tierra, y el que depués recibirá su recompensa correspondientemente a la decisión de su voluntad en la eternidad. Está bien y es bueno y querido por Mí, que un hombre ponga a sus semejantes en el conocimiento de la repercusión de una voluntad bien o mal aprovechada, es querido por Mí, si recibe esclarificación de toda clase sobre la relación en la que él se encuentra hacia su Creador, pero sí, con eso esta hecho bastante también, para que esté bien enseñado, que se le lleve la Doctrina divina de amor y que sea exhortado también a la práctica del amor desinteresado al prójimo. Pero todo que suceda sin presión. El hombre debe ser enseñado, pero no obligado a ello, a que admita una Enseñanza que se le proporciona, porque él debe aprovechar su voluntad según su juicio propio y criterio de modo propio.

Yo les dí a los hombres la libre voluntad, pero vosotros le quitáis la misma y utilizáis de ese modo vuestra voluntad invertida, al revés, aún cuando creáis actuar para Mí y por Orden de Mi. Pero jamás he dado Yo a mis apóstoles la orden de que divulguen Mi Doctrina a la fuerza, porque una fe en la coacción jamás es una fe, la que debiera ser saludable para las almas y su despliegue evolutivo. Yo pido sólo siempre de los hombres la fe en Mí como el Ser sumamente perfecto, Yo pido sólo la fe en Mi Omnipotencia, Sabiduría y Amor y en la Fuerza del Amor.

Pues si creéis en esto, vosotros mismos experimentaréis la fuerza del amor en vosotros y todo los demás, lo reconoceréis por sí mismos lo que es menester creer, pues entonces obra en vosotros Mi Espíritu, el que os enseña conforme a la Verdad. Pero una fe obligada no os aporta la perfección, una fe obtenida por la fuerza no la puedo Yo valorar como la libre decisión de voluntad, una fe forzada será raramente viva, porque la voluntad aún no se volvió activa, sino que profesáis una orientación espiritual de forma educativa, sin haberla examinado bien en su valor o futilidad.

Lo que Yo de vosotros exijo que creáis, es que vosotros tan sólo por el amor seréis bienaventurados. Pero esa fe tenéis que adquirírosla también vosotros mismos; bien que podáis recibir la enseñanza sobre ello, pero primero tenéis que practicar el amor, para que estéis seguros de ello, de que el amor es una fuerza espiritual, y esta certidumbre interior es una convicción de la fe, la que es despertadora de vida, porque fue adquirida en la libre voluntad. Toda coacción o presión es una señal de imperfección, porque toda fuerza es una contravención de la libertad, la que era propia en un principio original a los seres espirituales, y la que de nuevo tienen por eso que ganar para que sean bienaventurados. ¿Cómo pueden ser considerados las medias coercitivas y vistas como correspondientes a Mi Voluntad, las que les quita a los hombres la libertad moral si el hombre de ese modo tiene, en cierto modo, que creer de forma obligatoria el deber en algo que por Mi parte exije la plena reflexión libre y admisión?

Yo como el Legislador superior no he dado a los hombres ningún precepto más que el mandamiento de amor el que incluye en sí los diez mandamientos de Moisés, el cual solamene será cumplido, si el del amor es practicado voluntariamente. No he dado ningún precepto más, pues eso va en contra de Mí o se dudaría del arbitrio que Yo he dado al hombre.

Mas los hombrs se atreven a promulgar ordenes, sin tener para ello la autorización. Violan de ese modo la libre voluntad del hombre. Toda ley es coerción y toda coerción va en contra de Mi Voluntad. Tan pronto como el hombre no pueda moverse en la liberdad de su modo de pensar, tan pronto como él tenga que creer en una doctrina, es nula la prueba de su voluntad en la tierra, pues él mismo debiera decidirse, pero no tomar una decisión de la fuerza. Y coerción es cada doctrina dogmática, es totalmente igual si ella corresponde o no a la Verdad.

Todo dogma es una violación de la libre voluntad, la que ya no es libre en el instante de una decisión moral, porque ella se la ha sido prescrita y sólo puede ser omitida cometiendo un pecado. Por Mí tiene cada hombre el derecho de una decisión libre, Yo sólo pido la reflexión sobre eso, que de él se pide que crea. Si a pesar de la reflexión sobre ello no puede admitirlo convencido, entonces Yo no se lo tengo en cuenta como pecado; pero sí peca él, si se confiesa a una doctrina con la boca, sin haber preguntado a su corazón. Porque cada hombre es responsable de sí mismo, y es una osadía, si un hombre quiere determinar el pensamiento y la religión de miles y miles a través de un precepto como ha de ser considerada siempre una doctrina dogmática.

Todo lo que ataca el arbitrio del hombre, no puede encontrar jamás Mi Consentimiento, pues Yo Mismo ni si quiera determino a los hombres a la admisión de la Verdad, si su propia voluntad no la desea. Yo enseño si a los hombres permanentemente y los introduzco en la pura Verdad, sin embargo, cada uno está libre de aceptarla o rechazarla y así también debéis enseñar sólo a vuestros semejantes en todo amor, pero dejándoles toda libertad en una decisión, porque una religión en coerción no es por Mí valorada.

Amén

Translator
Translated by: Pilar Coors