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Das Los der Seele nach dem Tode....

Ihr sollt euch nicht zufriedengeben mit einem nur irdisch-ausgerichteten Leben, ihr solltet weit mehr des Lebens gedenken, das nach diesem Erdenleben folgt und sich auf Ewigkeiten erstreckt. Ihr sollt wissen, daß ihr nichts rückgängig machen könnt, was ihr auf Erden tut, und daß ihr nichts nachholen könnet, was ihr unterlasset, daß ihr aber euch dafür verantworten müsset. Ihr sollt ferner wissen, daß euer Wirken auf Erden Ausmaße annehmen kann, die ihr für unmöglich haltet, wenn ihr selbst dies anstrebt und die Bedingungen erfüllt, die euch unbegrenzt Kraft eintragen.... wie ihr aber auch wissen müsset, daß ihr selbst euch Kraftzufuhr verscherzet, wenn ihr eure Blicke nur weltlich richtet und dann also den rechten Erdenlebenszweck verfehlet. Und all dieses Wissen soll nur dazu beitragen, daß ihr euren Willen tätig werden lasset, zweckentsprechend zu leben, d.h., das Wohlergehen der Seele in den Vordergrund zu stellen und all euer Denken, Wollen und Handeln nun geistig zu richten, immer mit der Blickrichtung zu Gott, zu Dem eure Seele zurückkehren soll ins Vaterhaus. Frei von dieser Aufgabe ist kein Mensch auf Erden, aber die wenigsten fühlen sich davon belastet, die meisten Menschen leben in den Tag hinein, ohne sich dessen bewußt zu sein, was sie tun sollen.... Aber es ist diese Unwissenheit eigene Schuld, weil von seiten Gottes alles getan wird, um den Menschen die Kenntnis davon zuzuleiten. Aber es bleibt einem jeden einzelnen frei, wie er die ihm zugeleitete Kenntnis auswertet. Und da ein solches Wissen nicht bewiesen werden kann, wird es auch selten nur geglaubt. Der freie Wille muß tätig werden, der Mensch selbst muß frei entscheiden, wie er sich dazu einstellt, und dann auch frei tätig werden. Und wenn ihr euch nun die Kürze eures Erdenlebens vorstellt und euch selbst Rechenschaft ablegt, wie wenig Zeit ihr für eure Seele, für euer geistiges Wohl, verwendet.... wieviel mehr die Welt eure Sinne gefangenhält.... dann müßtet ihr erschrecken und doch mit schweren Gedanken dem Ende eures Lebens entgegensehen oder euch in eurer Lebensführung zu wandeln suchen. Lassen euch aber solche Hinweise eindruckslos, dann könnt ihr auch nicht zwangsläufig zu anderem Denken gebracht werden, weil dies der göttlichen Ordnung widerspricht, die den freien Willen des Menschen gleichfalls zum Gesetz achtet und ihn also nicht gewaltsam bricht. Nur so weit solltet ihr Menschen nachdenken, daß ihr euch nicht nur um dieses Erdenlebens willen verkörpern durftet, sondern ein anderer Sinn und Zweck euer Dasein begründet.... Ihr solltet dem Körper weniger Beachtung zollen, der Seele Los aber mit aller Vordringlichkeit zu verbessern suchen, denn beim Abscheiden von dieser Erde erst wird es offenbar werden, welches Los sie erwartet, und dann ist es zu spät, das Versäumte nachzuholen, wenngleich sie noch die Möglichkeit hat, es im jenseitigen Reich zu verbessern. Aber sie wird sich nimmer die Seligkeit bereiten können, die zu erreichen auf Erden ihr doch leicht möglich war. Doch sie kann auch völlig absinken in die Tiefe und den Erdengang vergeblich zurückgelegt haben. Und eine große Qual oder bitterste Reue ist dann ihr Los.... aber der Seele nicht zu ersparen, die alle Mahnungen und Warnungen im Erdenleben unbeachtet läßt, die nur lebt für diese Erde und niemals den Blick hinwendet in das geistige Reich, das doch ihre wahre Heimat ist....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

La suerte del alma después de la muerte....

No debéis satisfaceros con un vida enfocada solo terrenalmente, deberíais recordaros mucho más en la vida que sigue a esta vida terrenal y se extiende hasta eternidades. Debéis saber que no podéis anular nada de lo que hacéis en la tierra, y que no podéis recuperar de lo que dejáis de hacer, pero tenéis que responder por ello. Además debéis saber que vuestro obrar en la tierra puede adquirir dimensiones que consideráis imposibles, si os esforzáis por ello vosotros mismos y cumplís las condiciones que os brindan fuerza ilimitada.... pero como también debéis saber que vosotros mismos perderéis el suministro de fuerza si tan solo dirigís vuestra mirada hacia el mundo y entonces perdéis el propósito correcto de la vida terrenal.

Y todo este conocimiento solo debe ayudar a que dejéis que vuestra voluntad se active, para vivir de acuerdo con su propósito, es decir, poner el bienestar del alma en primer plano y ahora alinear todo vuestro pensar, querer y actuar espiritualmente, siempre con la mirada hacia Dios, al Quien debe regresar vuestra alma a casa del Padre. Nadie en la tierra está libre de esta tarea, pero solo muy pocos se sienten agobiados por ella, la mayoría de la gente vive al día sin saber qué deben hacer....

Pero esta ignorancia es culpa de uno mismo, porque todo está hecho por parte de Dios para transmitir este conocimiento a la gente. Pero depende de cada individuo cómo evalúa el conocimiento que le ha sido transmitido. Y dado que tal conocimiento no se puede probar, rara vez se cree. El libre albedrío tiene que volverse activo, el hombre mismo tiene que decidirse libremente cómo se ajustará a esto, y luego también actuar libremente.

Y si ahora os imagináis la brevedad de vuestra vida terrenal y os dais cuenta del poco tiempo que dedicáis a vuestra alma, a vuestro bienestar espiritual.... cuánto más el mundo tiene cautivos vuestros sentidos.... entonces tendríais que estar asustados y esperar el final de vuestra vida con pensamientos pesados o tratar de cambiar vuestra forma de vida. Pero si tales indicaciones os dejan sin impresionar, entonces tampoco podéis inevitablemente ser llevados a otro pensamiento, porque esto contradice el orden divino, que también respeta el libre albedrío del hombre como una ley y, por la tanto, no lo viola violentamente.

Vosotros, los humanos, solo deberíais pensar hasta ahora que no solo se os permitió encarnar por el bien de esta vida terrenal, sino que vuestra existencia se basa en un significado y propósito diferente.... deben prestar menos atención al cuerpo, pero mejorar la suerte del alma con toda urgencia, porque solo al partir de esta tierra se hará evidente lo que le espera, y entonces ya es demasiado tarde para compensar lo descuidado, aunque todavía tiene la oportunidad de mejorarlo en el reino del más allá.

Pero nunca podrá lograr la dicha para sí misma, que pudiera haberse logrado fácilmente en la tierra. Pero también puede hundirse completamente en las profundidades y haber pasado en vano el camino terrenal. Y luego le toca como suerte un gran tormento o un amargo arrepentimiento.... pero esta suerte no se puede perdonar al alma, que ignora todas amonestaciones y advertencias durante la vida terrenal, que solo vive para esta tierra y nunca dirige su mirada hacia el reino espiritual, que sin embargo es su verdadero hogar....

Amén

Übersetzer
Übersetzt durch: Hans-Dieter Heise