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Weltweisheit - geistiges Wissen....

Die alles umfassende Weltweisheit kann nicht das Wissen ersetzen, das himmlische Weisheit genannt werden kann, also Kenntnis gibt von dem, was außerhalb der Welt liegt, was aber auch nicht bewiesen werden kann, eben weil es außerhalb der Welt liegende Wahrheiten betrifft. Wer in der Welt, auf der Erde also, als überaus weise gilt, der kann doch im höchsten Grade unwissend sein in Dingen, die jene Gebiete betreffen, und seine Weisheit ist mit dem Moment des Todes dahin, er hat gewissermaßen nur teilgenommen an der Erforschung eines begrenzten Gebietes, über welches aber die Seele in ihrem körperlosen Zustand hinweggeht, das für sie nicht mehr ergründenswert ist, daß sie also zurückläßt, ganz gleich, ob sie es restlos oder nur teilweise erforscht hat. Sie geht nun in ein Reich ein, wo völlig andere Erforschungen von Wert sind, und ihr Reichtum oder ihre Armut kommt nun offensichtlich zum Vorschein und es bestimmt den Zustand ihres neuen Wirkungskreises, der qualvoll oder auch beseligend sein kann. Wer nun auf Erden sich geistige Kenntnisse erworben hat, der wird sie verwerten können und dadurch sich selbst ein Los schaffen, das ihn beglückt, weil er in der Beglückung anderer Seelen aufgeht, die in völlig geistiger Armut vegetieren und auf Hilfe angewiesen sind. Diese geistigen Kenntnisse werden auf der Erde nur selten angestrebt, weil die Menschen sie noch nicht als wertvoll erkennen und über dem Weltwissen vergessen. Weltliche Weisheit ist keine Weisheit, denn der Mensch spezialisiert nur Vorhandenes, Dinge, die er beobachten kann und entsprechend der Schärfe seines Verstandes auch berechnet und als feststehende Tatsache die Menschen darüber belehren kann. Er nennt das "Wissen", es ist aber nur die Kenntnis um die göttliche Ordnung, in der sich die gesamte Schöpfung bewegt, und er verschafft sich diese Kenntnis durch verstandesmäßiges Forschen und Grübeln. Sowie seine Seele die körperliche Hülle verläßt, sind für sie diese Kenntnisse ohne Belang, sie kann nichts damit anfangen im Reiche der Geister, wo nur das Wissen Wert hat, was jenes geistige Reich berührt; dann kann der minimalste geistige Reichtum, also Wissen um den göttlichen Heilsplan, um das Verhältnis des Schöpfers zu Seinen Geschöpfen, nutzbringend für die Seele von ihr angewendet werden, sie wird den Reichtum ständig vergrößern. Dann ist nicht mehr der Verstand maßgebend, sondern das Herz, d.h. das Empfindungsleben der Seele, wie weit sie in das geistige Wissen eindringt. Das Gebiet, das nun ihrem Forschen zugänglich ist, ist unbegrenzt, wird daher ewig Neues bringen und daher auch ständig beglücken, es wird ein ständiger Fortschritt sein, ein Vermehren geistiger Kenntnisse und demzufolge auch eine immer emsigere Tätigkeit und ein ständig größer werdender Wirkungskreis; während dem weltlich Forschenden Grenzen gesetzt sind, allein schon durch den Abruf aus dem Erdenleben, der jegliche Forschung abbricht und für ihn wertlos macht. Weltliches Wissen dienet nur dem Menschen auf Erden, kann aber von den Seelen im Jenseits in keiner Weise verwendet werden zu ihrer Tätigkeit. Weltwissen betrifft nur rein konkrete Dinge und läßt jede geistige Frage offen. Dennoch kann auch Weltwissen dann von Wert sein für die Mitmenschen, wenn gleichzeitig geistiges Streben erkennbar ist, dann wird das Weltwissen dazu beitragen, daß der Mensch sich auch Kenntnis zu schaffen sucht von Gebieten, in die er kraft seines Verstandes nicht dringen kann.... wenn ihm z.B. anhand weltlicher Wissenschaft bewiesen wird, daß ein Vergehen nach dem Tode nicht möglich ist und er dann auch verstandesmäßig ein anderes Gebiet anerkennt, nach dem er dann trachtet und ihm also zustrebt. Dann kann das Weltwissen die erste Stufe genannt werden, die zu geistigem Wissen führt, doch es darf auch nur als Sprungbrett benutzt werden zu geistigem Wissen, weil dieses allein ausschlaggebend ist, weil dieses allein unbegrenzt und darum erstrebenswert ist und von jedem gewonnen werden muß, der zu beglückender Tätigkeit im geistigen Reich zugelassen werden will....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Sabiduría mundana.... conocimiento espiritual....

La sabiduría mundana que todo lo abarca no puede sustituir al conocimiento que puede llamarse sabiduría celestial, es decir, que da conocimiento de lo que está fuera del mundo, pero que tampoco puede ser probado, precisamente porque se refiere a verdades que están fuera del mundo. Alguien que es considerado extremadamente sabio en el mundo, en la Tierra, puede aún ser extremadamente ignorante en cosas que se conciernen a esas áreas, y su sabiduría se va en el momento de la muerte; él, por así decirlo, sólo ha participado en la exploración de un área limitado, que el alma, en su estado incorpóreo, pasa por alto; que ya no vale la pena explorar para ella, y que por lo tanto deja atrás, independientemente de si la ha explorado completamente o sólo parcialmente.

Ahora entra en un reino en el que son valiosas exploraciones completamente diferentes, y su riqueza o pobreza se hace evidente y determina el estado de su nueva esfera de actividad que puede ser doloroso o dichoso. Quien haya adquirido conocimientos espirituales en la Tierra podrá utilizarlos y crear así para sí un destino que le hará feliz, porque se absorberá en la felicidad de otras almas que vegetan en la más completa pobreza espiritual y dependen de ayuda. Este conocimiento rara vez se busca en la Tierra porque los seres humanos aún no reconocen su valor y lo olvidan en medio del conocimiento mundano.

La sabiduría mundana no es sabiduría, porque el ser humano sólo se especializa en lo que está existente, cosas que puede observar y calcular según la agudeza de su mente y que puede enseñar a los humanos como hechos establecidos. Él lo llama “conocimiento”, pero es sólo el conocimiento del orden divino en el que se mueve toda la creación, y adquiere este conocimiento a través de la investigación intelectual y la reflexión. Tan pronto como su alma abandona el caparazón físico, este conocimiento no tiene importancia para ella; no puede hacer nada con ello en el reino de los espíritus, donde sólo tiene valor el conocimiento que toca ese reino espiritual; Entonces la más pequeña riqueza espiritual, es decir, el conocimiento del plan divino de Salvación, de la relación del Creador con Sus criaturas, puede ser utilizado por el alma en su propio beneficio, y aumentará constantemente esta riqueza.

Entonces ya no es el intelecto lo que es decisivo, sino el corazón, es decir, la vida emocional del alma, la que determina hasta dónde penetra en el conocimiento espiritual. El campo que ahora está accesible a sus investigaciones es ilimitado y, por lo tanto, siempre aportará algo nuevo y, por lo tanto, también traerá constantemente alegría; habrá un progreso constante aumento de conocimientos espirituales y, en consecuencia, también una actividad cada vez más diligente y una esfera de influencia en constante expansión; Mientras que el investigador mundano está limitado, simplemente por ser llamado lejos de la vida terrenal, lo que interrumpe toda investigación y la hace inútil para él. El conocimiento mundano sólo sirve al ser humano en la Tierra, pero no puede ser utilizado de ninguna manera por las almas en el más allá para sus actividades.

El conocimiento del mundo sólo se refiere a cosas puramente concretas y deja abierta toda cuestión intelectual. Sin embargo, el conocimiento también puede ser valioso para los demás seres humanos si, al mismo tiempo, se reconoce el esfuerzo espiritual. Entonces, el conocimiento mundano contribuirá a que el ser humano también busque adquirir conocimientos en áreas en las que no puede penetrar en virtud de su intelecto.... si, por ejemplo, se le demuestra mediante la ciencia mundana que la transitoriedad después de la muerte no es posible y entonces también reconoce intelectualmente otra área por la que se esfuerza y hacia que se esfuerza.

Entonces, el conocimiento puede ser llamado el primer paso que conduce al conocimiento espiritual, pero sólo puede ser utilizado como un trampolín hacia el conocimiento espiritual, porque solo esto es decisivo, porque solo esto es ilimitado y, por lo tanto, vale la pena por alcanzarlo y tiene que ser adquirido por todos aquellos que quieran ser admitidos en la actividad dichosa en el reino espiritual....

amén

Übersetzer
Übersetzt durch: Hans-Dieter Heise