Göttliche Weisheiten sind nicht durch Menschenweisheit zu ergründen.... Göttliche Weisheiten kann der Verstand des Menschen nur fassen, so gleichzeitig sein Geist tätig ist. Und darum ist unbedingt das Wirken des Geistes erforderlich, will der Mensch in ein Wissen eindringen, das über alles menschliche Wissen erhaben ist. Menschliche Verstandesfähigkeiten sind jedoch nicht erforderlich, wo der Geist Gottes im Menschen wirken kann, denn dieser erleuchtet das Denken des Menschen, so daß ihm die tiefste Weisheit aus Gott verständlich wird, so der Geist Gottes selbst sie ihm vermittelt. Denn er bietet es ihm in einer Form, daß er hineinwächst in ein Wissen, das ihm vordem völlig fremd war. Die Denkfähigkeit des Menschen wird gleichzeitig ausgebildet, so daß er selbst das empfangene Wissen weiterzugeben vermag, wenn auch in einfacherer Ausdrucksform, doch sinngemäß dem vom Geist Gottes ihm vermittelten Wissen entsprechend. Die göttliche Weisheit ist unübertrefflich, und so wird auch das durch den Geist Gottes übermittelte Gedankengut nicht von menschlicher Weisheit übertroffen werden können, wenngleich es anfänglich unbedeutend erscheint und mitunter in denkbar einfacher Form dem Herzen des Menschen zugeleitet wird. Doch es findet seine Erklärung darin, daß der Mensch nicht nur ein Werkzeug sein soll, um mechanisch das empfangene Wissen weiterzuleiten, sondern er soll selbst völlig davon durchdrungen sein, um es nun auch vertreten zu können vor den Mitmenschen. Und darum muß der Mensch langsam eingeführt werden, es muß ihm so verständlich gemacht werden, daß er wirklich wissend wird, auf daß ihm dann auch die tiefsten Weisheiten nahegebracht und diese auch vollauf verstanden werden können, daß also Herz und Verstand es verarbeitet haben und es nun erst rechtes Wissen genannt werden kann. Nun erst dringt der Mensch in die tiefsten Weisheiten ein, der Geist Gottes spricht zu dem Geistesfunken im Menschen, und was er ihm mitteilt, verrät Seine Weisheit, Seine Liebe und Seine Allmacht.... Es ist ein Wissen, das nimmermehr Menschen ergründen könnten kraft ihres Verstandes, denn dieser ist nicht so ausgebildet, um das Walten und Wirken Gottes im Universum und im geistigen Reich je begreifen oder wahrheitsgetreu darstellen zu können, so er niemals vorher darüber ein Wissen hatte. Der Verstand des Menschen wird sich immer in den Grenzen bewegen, die Gott Selbst ihm gesetzt hat, er wird immer nur irdische Dinge erforschen können und wohl auch Beweise für die Richtigkeit seiner Ergebnisse bieten können. Doch alles Göttliche, alles geistige Wissen bleibt ihm fremd, solange der Geist Gottes nicht am Werk ist, denn dieser allein dringt in die tiefsten Tiefen göttlicher Weisheit ein, und er kann diese dem Menschen, d.h. dessen Verstand, vortragen, auf daß dieser nun tätig werde, also gedanklich das Vernommene verarbeitet, und nun erst der Mensch wissend wird.... Denn erst geistiges Wissen kann rechtes Wissen genannt werden, weil es Gebiete berührt, die dem Verstand unerforschlich sind und nur mit Hilfe des göttlichen Geistes ergründet werden können. Und was der Geist Gottes dem Herzen und dem Verstand vermittelt, das sind göttliche Weisheiten, die darum auch nur dem Menschen unterbreitet werden können, der sich würdig macht durch seinen Willen, Gott zu dienen, indem er die Wahrheit aus Gott weiterleitet, die den Menschenverstand bei weitem übertrifft.... Dieser Wille und ein bewußtes Streben nach Vollkommenheit sind Vorbedingung, um göttliche Weisheiten zu empfangen und sie auch zu verstehen, weil rechtes Verständnis derer unbedingt nötig ist, um sie auch den Mitmenschen zu vermitteln, wie es Gottes Wille ist....
Amen
ÜbersetzerLas sabidurías divinas no se pueden explorar a través de la sabiduría humana ... La mente del hombre solo puede captar sabidurías divinas si su espíritu está activo al mismo tiempo. Y por lo tanto la obra del espíritu es absolutamente necesaria si el ser humano quiere penetrar en un conocimiento que se eleva por encima de todo conocimiento humano. Sin embargo, no se requieren capacidades intelectuales humanas donde el espíritu de Dios puede tener un efecto en el hombre, porque ilumina el pensamiento del hombre, de modo que la sabiduría más profunda de Dios se le hace comprensible, si el Espíritu de Dios mismo se le imparte. Porque Él se lo ofrece de una manera que entra creciendo en un conocimiento que antes le era completamente extraño. Al mismo tiempo se forma la capacidad de pensar del hombre, para que el mismo sea capaz de transmitir el conocimiento recibido, aunque sea en una forma de expresión más sencillo, pero correspondiendo al conocimiento transmitido a él por Dios.
La sabiduría divina es insuperable, por lo que los pensamientos transmitidos por el Espíritu de Dios no pueden ser superados por la sabiduría humana, aunque parezca insignificante al principio y, a veces, se transmita al corazón humano en la forma más simple imaginable. Pero encuentra su explicación en el hecho de que el hombre no solo debe ser una herramienta para transmitir mecánicamente el conocimiento recibido, sino que él mismo debe estar completamente imbuido por eso, para ahora también poder representarlo frente a los semejantes.
Y es por eso que el ser humano debe ser introducido lentamente, se le debe hacer tan comprensible para él que realmente llegue a ser un sabio, para que entonces también se le pueda acercar a las sabidurías más profundas y estas también puedan ser completamente comprendidas, para que el corazón y el intelecto lo han procesado, y sólo ahora puede llamarse conocimiento real. Sólo a partir de ahora el hombre penetra en las sabidurías más profundas, el Espíritu de Dios le habla a la chispa espiritual que hay en el ser humano, y lo que le comunica le revela Su sabiduría, Su amor y Su omnipotencia...
Es un conocimiento que los seres humanos nunca pueden explorar por razón de su entendimiento porque este no está desarrollado de tal manera que nunca pueda comprender o poder presentar verazmente el gobierno y la obra de Dios en el universo y en el reino espiritual, si nunca tuvo un conocimiento al respecto de antemano. El intelecto del hombre siempre se moverá dentro de los límites que Dios Mismo le ha fijado, siempre podrá investigar sólo las cosas terrenales y probablemente también podrá proporcionar pruebas de la exactitud de sus resultados. Pero todo lo divino, todo el conocimiento espiritual permanece ajeno a él mientras el Espíritu de Dios no obra, porque sólo este penetra en las profundidades de la sabiduría divina, y puede presentarla al hombre, es decir, a su mente, para que esta ahora puede ponerse activa, es decir, procesar pensativamente lo escuchado, y solo ahora el hombre se vuelve sabio...
Porque solo el conocimiento espiritual puede llamarse conocimiento correcto, porque toca áreas que el intelecto no puede explorar y que solo pueden ser sondeadas con la ayuda del Espíritu divino. Y lo que el Espíritu de Dios imparte al corazón y al intelecto, estas son las sabidurías divinas, que por tanto solo pueden ser transmitidas al ser humano, que se hace digno por su voluntad de servir a Dios, al difundir la verdad de Dios, que supera con creces el intelecto humano... Esta voluntad y un esfuerzo consciente por la perfección son requisitos previos para poder recibir la sabiduría divina y también para comprenderla, porque la comprensión correcta de ella es absolutamente necesaria para impartirla a los demás seres humanos, como lo es la voluntad de Dios..._>amén
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