Kundgabe mit Übersetzung vergleichen

Weitere Übersetzungen:

Das Geistige in der festen Materie und im Lebewesen....

Ein wesentlicher Unterschied besteht zwischen dem noch in der festen Materie gebundenen Geistigen und dem Geistigen, das zur Belebung der äußeren Form zugelassen ist, wo also die Hülle des Geistigen eine sichtliche Tätigkeit aufweiset, so daß sie als lebend angesprochen wird. Das Geistige in der festen Materie ist noch gänzlich Gott-abgewandt, also Ihm widersetzlich, und es ist ihm daher jegliche Freiheit genommen. Es muß einen äußerst qualvollen Zwang erdulden, denn die äußere Form gibt nicht nach, sie ist unbeweglich und unzerstörbar und läßt das Geistige in sich nicht frei. Und es muß das Geistige endlose Zeiten in diesem Zwangszustand verharren, bis es in seinem Widerstand gegen Gott nachläßt, bis es sich gewissermaßen unter Ihn beugt und sich Seinem Willen zu fügen beginnt. Dann läßt auch der Zwang nach, es verspürt das Geistige eine Erleichterung der Außenform, bis durch den Willen Gottes diese gesprengt wird und das Geistige in ein freieres Stadium eintritt, zwar auch noch in fester Materie, doch einem bestimmten Zweck dienend, so daß es nun schon eine Tätigkeit ausführen kann, die seinen weiteren Entwicklungsgang einleitet. Es muß der Widerstand gegen Gott stets mehr und mehr nachlassen, es muß das Geistige bereit sein, den Weg des Dienens zu gehen, dann wird Form auf Form sich auflösen, bis die letzte feste Außenhülle fällt und das Geistige Schöpfungen beleben darf, also in einer Schöpfung Leben erkennbar ist. Es ist nun die Außenform nichts Starres, Festes mehr, sondern sie ist beweglich, sich ständig ändernd und in irgendeiner Weise tätig, wenn dies auch dem menschlichen Auge anfangs noch schwer erkennbar ist. Und von nun an wechseln die Außenformen immer häufiger, das Geistige hält sich darin nicht lange auf, sondern steigt von Stufe zu Stufe, und immer mehr Leben verrät die Form, die es beziehen darf, bis dann das Leben so offensichtlich erkennbar ist, daß von Lebewesen gesprochen werden kann, denen eine bestimmte Aufgabe zugewiesen ist. Das Geistige darin ist schon in einem bestimmten Reifegrad und wird also zugelassen zu einer Tätigkeit, die wieder für ein anderes Schöpfungswerk oder für ein anderes Lebewesen von Nutzen ist, und also dienet das Geistige und erlöset sich dadurch von seiner jeweiligen Außenhülle. Und also muß ein ständiges Vergehen der alten Hülle und ein ständiges Werden und Entstehen einer neuen Hülle vor sich gehen, was in der gesamten Schöpfung Gottes auch immer wieder ersichtlich ist. Und es muß die Außenhülle immer wieder das Geistige frei geben, sowie es sich zum Dienen entschließt, was von Gott stets erkannt wird, weshalb Er dem Verlangen des Geistigen Rechnung trägt, ihm eine neue dienende Tätigkeit zuzuweisen. Das Geistige in den Lebewesen ist sonach schon bedeutend weiter vorgeschritten, denn sein Wille ist nicht mehr Gott-widersetzlich, so daß es auch bald den Reifegrad erreicht, der zur letzten Verkörperung auf Erden als Mensch benötigt wird. Die Entfernung zwischen diesem im Menschen verkörperten Geistigen und dem Geistigen, das noch in der festen Materie gebannt ist, ist verständlicherweise sehr groß, und darum ist es ein Zeichen des geistigen Rückganges, wenn ein Mensch diese feste Materie anstrebt, also irdische Güter zu vermehren trachtet und sein Herz an Dinge hängt, die noch völlig unreifes Geistiges in sich bergen. Es ist dies eine Gefahr für den Menschen, denn das Geistige zieht ihn in seinen Bann, es zieht ihn herab und erschwert ihm so den Weg zur Höhe, während der Mensch, der die Materie unbeachtet läßt, viel freier ist und leichter zur Höhe schreitet. Ihn hält nichts auf der Erde zurück, er kann sich weit eher lösen und wird auch die letzte Form verlassen wollen, und er spürt es, daß er niemals das begehren soll, was er schon längst überwunden hat....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Lo espiritual en la materia sólida y en los seres vivos....

Hay una diferencia esencial entre lo espiritual que todavía está atado en la materia sólida y de lo espiritual a que se le permite vivificar una forma externa, sonde el caparazón de lo espiritual muestra una actividad visible de modo que se le aborda como estuviera viva. Lo espiritual en la materia sólida todavía está completamente alejado de Dios, es decir, opuesto a Él y, por tanto, privado de toda libertad. Tiene que soportar una coerción extremadamente dolorosa, porque la forma externa no cede, es inamovible y indestructible y no permite que lo espiritual dentro de ella se libere.

Y lo espiritual debe permanecer en este estado forzado por tiempos interminables hasta que ceda en su resistencia contra Dios, hasta que, por así decirlo, se doblegue ante Él y comienza a someterse a Su voluntad. Entonces la compulsión cede, lo espiritual siente un alivio de la forma externa hasta que la forma externa sea explotada por la voluntad de Dios y lo espiritual entra en una etapa más libre, aunque todavía en la materia sólida, pero sirviendo ya a un propósito específico de modo que ahora ya puede realizar una actividad que inicia su desarrollo posterior.

La resistencia a Dios tiene que debilitarse continuamente, lo espiritual tiene que estar dispuesto para tomar el camino del servicio, entonces forma tras forma se disolverá hasta que caiga el último caparazón exterior sólido y se lo permita a lo espiritual vivificar las creaciones, es decir, que en una creación la vida es reconocible. La forma exterior ya no es rígida ni sólida, sino móvil, en constante cambio y de alguna manera activa, aunque inicialmente esto sea difícil de reconocer para el ojo humano. Y a partir de ahora las formas externas cambian cada vez con más frecuencia, lo espiritual no permanece allí por mucho tiempo, sino que aumenta de nivel a nivel, y cada vez más la vida revela la forma que se le permite tomar, hasta que la vida es tan obviamente reconocible que se puede hablar de seres vivos a los que se les asigna una tarea específica.

Lo espiritual en ello ya se encuentra en un cierto grado de madurez y por lo tanto se le permite realizar una actividad que sea útil para otra obra de creación o para otro ser vivo, y así lo espiritual sirve y con ello se libera de su respectivo caparazón exterior. Y por lo tanto tiene que tener lugar un constante perecer del viejo caparazón y un constante devenir y surgimiento de un nuevo caparazón, que siempre es evidente en toda la creación de Dios.

Y el caparazón exterior siempre tiene que liberar lo espiritual tan pronto como se decide para servir, lo cual siempre es reconocido por Dios, por eso toma en cuenta el deseo de lo espiritual de asignarle una nueva actividad de servicio. Por lo tanto, lo espiritual en los seres vivientes ya ha progresado mucho más, porque su voluntad ya no es contraria a Dios, de modo que pronto alcanzará el grado de madurez necesario para la encarnación final como ser humano en la Tierra.

La diferencia entre lo espiritual encarnado en el ser humano y lo espiritual todavía desterrado en la materia sólida es comprensiblemente muy grande, y por eso es un señal de regresión espiritual cuando un humano se esfuerza por alcanzar esta materia sólida, es decir, intentar de aumentar los bienes terrenales y su corazón está apegado a cosas que aún contienen aspectos completamente inmaduros. Esto es un peligro para el humano porque lo espiritual inmaduro lo atrae bajo su hechizo, lo arrastra hacia abajo y así le hace más difícil ascender, mientras que el humano que ignora la materia es mucho más libre y asciende más fácilmente: Nada en la Tierra lo detiene, podrá separarse mucha más fácilmente y también querrá abandonar su forma final, y lo siente que nunca debería desear lo que desde hace tiempo ya había superado....

amén

Übersetzer
Übersetzt durch: Hans-Dieter Heise