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Eigene Verantwortung.... Dogma....

Jeder Mensch trägt die Verantwortung für seine Seele selbst, und also muß er sich rechtfertigen für jede schlechte Tat sowie auch für jede Unterlassung einer guten Tat. Er kann weder seine Schuld abwälzen auf andere noch durch andere abgelten lassen, sondern er muß sie selbst abtragen auf Erden oder im Jenseits. Und ebenso kann nur er allein seinen Reifezustand heben, er kann ihm nicht geschenkt werden, sondern er muß sich bemühen, ein Leben zu führen nach dem Willen Gottes. Also er muß selbst die Sorge für sein Seelenheil übernehmen, weil ihm diese kein Mitmensch abnehmen kann. Folglich muß er sich auch informieren über den Willen Gottes und also Sein Wort entgegennehmen, das ihm den göttlichen Willen kundtut. Und er muß nun das Wort Gottes auf sich wirken lassen. Er darf daher nicht blindlings glauben, was Menschen ihm unterbreiten wollen, sondern er muß letzteres unweigerlich mit dem Wort Gottes vergleichen, und erst, so es diesem voll und ganz entspricht, darf er sich seinem Einfluß hingeben. Trägt der Mensch für sich selbst die Verantwortung, so trägt er sie auch für das Gedankengut, das er sein eigen nennt, also hat er die Pflicht, alles einer Prüfung zu unterziehen, was ihm geboten wird, denn gerade dafür muß er sich verantworten. Er kann sich nicht darauf berufen, daß ihm der Irrtum geboten wurde und er folglich nicht zur Wahrheit gelangen konnte, sondern er muß selbst sich bemühen, hinter die Wahrheit zu kommen, die ihm ebenso geboten wird, so er sie verlangt. Denn verlangt Gott dereinst Rechenschaft von ihm, dann wird Er auch zuvor ihm jede Möglichkeit geben, das Rechte zu erkennen und auch befolgen zu können. Verläßt sich aber der Mensch darauf, was ihm der Mitmensch bietet, so umgeht er jede eigene Verantwortung, er versucht sie dem Mitmenschen aufzubürden, der ihn belehrt hat. Doch Gott hat ihm den Verstand gegeben und die Gabe des Denkens, und vermittels dieser Gabe kann er selbst entscheiden, was recht und Gott-gewollt ist, und danach handeln, folglich auch dann zur Verantwortung gezogen werden....

Darum kann ein schulmäßig vermitteltes geistiges Wissen, also auch Lehren, die der Mensch schulmäßig entgegennimmt, nicht genügen zur vollen Kenntnis vom Willen Gottes, solange es nicht durch eigenes Nachdenken darüber im Menschen das Verantwortungsgefühl weckt und hebt.... Und bei ernstem Nachdenken wird der Mensch erkennen, welche Lehren Gott den Menschen gegeben hat und welche Lehren hinzugefügt wurden menschlicherseits. Um sich also dereinst verantworten zu können, muß sich der Mensch vorerst mit dem empfangenen Wissen auseinandersetzen, und er wird dadurch, so er wahrheitsverlangend ist, auch Wahrheit und Irrtum auseinanderhalten können. Während eine dogmatische Lehre in ihm das Verantwortungsgefühl erstickt, ja ersticken muß, weil dann der Glaube daran oder das Erfüllen dessen, was gefordert wird, eine rein mechanische Angelegenheit wird und der Mensch sich nicht mehr dafür verantwortlich fühlt, was er gewissenhaft zu erfüllen glaubt. Denn was er tut, tut er in einem gewissen Zwang, weil es von ihm gefordert wird.... Es ist keine Handlung im freien Willen, wenngleich er sich auch weigern kann oder das Gebotene unbeachtet lassen kann, jedoch der innere Trieb fehlt, der Anlaß sein soll zu jeder Handlung, zu allem, was Gott von den Menschen fordert. Es soll sich der Mensch bewußt sein, daß nur das bewertet wird von Gott, was er aus der Liebe heraus tut, daß also das Denken und Handeln nur von der Liebe bestimmt sein soll und daß jede Lieblosigkeit eine Sünde ist gegen Gott, Der die Liebe Selbst ist, und sich der Mensch dafür verantworten muß. Was ihm also geboten wird, was ihm zur Pflicht gemacht wird, schaltet freies Denken und Handeln aus, und es verantwortet sich der Mensch gewissermaßen nur der Welt gegenüber, also denen gegenüber, die ihm eine Pflicht auferlegt haben. Und es kann darum der Seele wenig Vorteil eintragen, was der Mensch nicht von innen heraus tut und denkt. Da also niemals der Mitmensch die Verantwortung für die Seele übernehmen kann, sondern der Mensch selbst sie tragen muß, hat er auch die Pflicht, sein Denken und Handeln zu prüfen, ob es mit dem Willen Gottes übereinstimmt, und er muß darum um den Willen Gottes wissen, der ihm durch Sein Wort vermittelt wird. Und also muß das Wort Gottes Grundlage sein, nicht aber menschliche Auslegungen und Zusätze; und um dieses zu prüfen, um sich dereinst verantworten zu können, gehört eine innige Verbindung mit Gott, Der einem wahrheitsverlangenden Menschen nun auch Seinen Willen gedanklich offenbaren wird....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Responsabilidad propia.... Dogma....

Cada ser humano lleva por sí mismo la responsabilidad de su propia alma, por lo que debe justificarse por cada acto malvado y por cada omisión de un buen acto. No puede trasladar su culpa a los demás ni dejar que otros lo compensen, pero tiene que pagarla en la tierra o en el más allá. Y solo él puede elevar su estado de madurez mental, no se le puede dar por regalo, pero debe esforzarse por llevar una vida de acuerdo con la voluntad de Dios. Entonces tiene que cuidarse el mismo de la salvación de su alma porque ningún semejante puede quitársela. En consecuencia, él también debe informarse de la voluntad de Dios y así aceptar Su Palabra, que le da a conocer la voluntad divina.

Y ahora debe hacer que la Palabra de Dios deja actuar sobre él. Por lo tanto, no debe creer ciegamente a lo que los hombres quieren someterle, pero inevitablemente debe comparar lo último con la Palabra de Dios, y solo cuando cumpla plenamente con esto, puede consentirse a su influencia. Si el hombre tiene la responsabilidad de sí misma, entonces también la tiene por el pensamiento que posee, por lo que tiene el deber de someter todo a examen lo que se le ofrece, porque eso es precisamente para lo que tiene que responsabilizarse. No puede afirmarse que le han ofrecido el error y, por lo tanto, no pudo llegar a la verdad, pero él mismo debe esforzarse por encontrar la verdad que se le ofrece cuando lo pide.

Porque Dios le exige responsabilidad una vez, e incluso antes le dará todas las oportunidades para reconocer lo correcto y también poder obedecerlo. Pero si el hombre confía en lo que le ofrece su prójimo, deja de lado toda su propia responsabilidad, y trata de imponerlo al prójimo quien lo ha instruido. Pero Dios le ha dado la mente y el don del pensamiento, y por medio de este don puede decidir por sí mismo lo que es correcto y lo que quiere Dios, y actuar en consecuencia, y, en consecuencia, ser llamado a rendir cuentas....

Por esta razón, un conocimiento mental dado de manera escolar, y por lo tanto enseñanzas que el hombre recibe de manera escolar, no puede ser suficiente para el pleno conocimiento de la voluntad de Dios, siempre que no despierte y eleve el sentido de responsabilidad en la persona a través de su propio pensamiento al respecto.... Y al primer pensamiento, el hombre se dará cuenta de las enseñanzas que Dios le ha dado al hombre y que lecciones se han añadido por el lado humano. Para poder responderse un día, el hombre tiene que lidiarse con el conocimiento recibido por el momento y, por lo tanto, si es sincero podrá distinguir la verdad del error.

Mientras que una enseñanza dogmática sofoca el sentido de responsabilidad en él, si que tiene que sofocarlo, porque entonces la creencia en ella o el cumplimiento de lo que se requiere de él se convierte en una cuestión puramente mecánica y el hombre ya no se siente responsable, lo que él cree cumplir conscientemente. Porque lo que hace, lo hace con cierta compulsión, porque se le exige.... No es un acto de libre albedrio, aunque puede rechazar o ignorar lo que se le pide, pero carece de impulso interno que debería ser el impulso para cada acción, para todo lo que Dios exige de los hombres.

El hombre debe ser consciente de que solo lo que Dios valora lo que se hace por amor y, por lo tanto, el pensamiento y la acción deben ser determinados solo por el amor, y que toda falta de amor es un pecado contra Dios, Quien es el amor mismo, y el hombre tiene que responder por ello. Lo que se ordena hacer, lo que está obligado a hacer, elimina el pensamiento y la acción libre, y en cierta medida el hombre solo es responsable ante el mundo, que le ha impuesto un deber. Y por lo tanto puede dar al alma poca ventaja lo que el hombre no piensa y hace desde su interior.

Dado que el prójimo nunca puede asumir la responsabilidad del alma, sino que el hombre mismo tiene que llevarla, también tiene el deber de examinar su pensamiento y su actuación, si está de acuerdo con la voluntad de Dios, y por lo tanto tiene que saber de la voluntad de Dios, la cual le será transmitido a través de Su Palabra. Y entonces la Palabra de Dios tiene que ser el fundamento, pero no las interpretaciones y adiciones humanas; y para probar esto, para poder responsabilizarse un día, se necesita una comunión íntima con Dios, quien revelará su voluntad mentalmente a un hombre exigiendo la verdad....

Amen

Übersetzer
Übersetzt durch: Meinhard Füssel