Es werden so unglaublich hohe Ansprüche gestellt, so es sich um weltlichen Genuß oder irdische Güter handelt, und eines jeden Menschen Streben ist, den anderen zu überbieten. Doch in geistiger Hinsicht fehlt den Menschen dieser Trieb völlig, ja es ist eher der Fall, daß man geistiges Streben vor den Mitmenschen verbirgt und also ein Wettstreit um Erreichung des Vollkommenheitszustandes ganz außer Frage kommt. Und dies ist bezeichnend für den geistigen Rückstand der Menschheit. Man scheut sich nicht, den Hang nach irdischem Gut öffentlich zu bekunden, jedoch verheimlicht möglichst alles, was der Förderung der Seele gilt.... Und doch muß der Mensch zuerst diese Scheu vor der Mitwelt überwinden, er muß offen und mutig sich bekennen als Geschöpf Gottes und also Ihm-dienen-wollendes und Seine Macht und Herrlichkeit erkennendes Erdenkind. Und so er seiner irdischen Tätigkeit die Pflicht gegen Gott voranstellt, wird er auch des göttlichen Segens gewiß sein dürfen, doch eines Ihn nicht offen bekennenden Geschöpfes achtet der Vater im Himmel nicht. Und so haben auch heut nur wenige Menschen das ehrliche Bestreben, sich den Willen Gottes zu eigen zu machen; sie gehen alle ihren Erdenweg unbeirrt weiter, ohne sich zu fragen, ob sie dem Willen Dessen, Der sie geschaffen, auch nach Kräften nachkommen.... Ihnen gilt nur eins, Hab und Gut zu vergrößern oder vor der Verminderung zu bewahren.... Doch möchten sie ebensoeifrig ihrer Seele gedenken und mit gleichem Eifer ihrer geistigen Pflicht nachkommen, so würde sie das Erdenleben nicht mehr belasten, denn die Erfüllung dessen, was da lebensnotwendig ist, sichert Gott der Herr denen zu, die Ihn lieben und Seine Gebote halten. Und es würde ein öffentliches Bekennen für den Mitmenschen überaus schöne Früchte tragen.... denn es eifert stets ein Mensch dem anderen nach.... Auf wie viele unnütze Dinge richtet der Mensch seinen Sinn, und wie nötig ist allein das Versenken in geistige Fragen, um sein Bestehen in alle Ewigkeit zu sichern.... Es muß freilich der Mensch in vollster Zufriedenheit Verzicht leisten können auf irdische Güter und sich allein mit dem begnügen, was der Vater im Himmel ihm zugedacht hat. Doch willig gibt er alles hin, wenn erst der Geist in ihm ihn belehret und die Wertlosigkeit des Irdischen ihm verständlich macht. Wie ist dann sein Sinn nur dem Geistigen zugewandt, und wie leer erscheint ihm nun das irdische Leben, wie nüchtern alles das, was er begehret hat vordem. Und sein Eifer wird immer größer werden.... seine Scheu, zu bekennen, überwunden, und er wird nun wirken können zum Segen für sich und alle die, denen er die gleichen Lehren übermittelt, die ihm durch die unendliche Liebe des Herrn so offensichtlich und wunderbar geboten werden....
Amen
ÜbersetzerHay unas exigencias tan increíblemente altas cuando se trata de placeres mundanos o bienes terrenales y el esfuerzo de cada ser humano consiste en superar a los demás. Pero desde el punto de vista espiritual, la gente carece por completo de este impulso, si, es más bien el caso que uno oculta ante los semejantes y, por tanto, una competición para alcanzar el estado de perfección está completamente fuera de discusión. Y esto es indicativo para el atraso espiritual de la humanidad. Uno no tiene miedo de manifestar públicamente una inclinación por los bienes terrenales, sin embargo, todo lo que sirve para promover el alma se mantiene en secreto en la medida de lo posible....
Y, sin embargo, el hombre primero debe superar este miedo frente al mundo que le rodea, tiene que confesarse abierta y valientemente como criatura de Dios y, por tanto, como hijo terrenal que quiere servirle a Él reconociendo Su poder y gloria. Y si antepone su deber a Dios a su actividad terrenal, también podrá estar seguro de la bendición divina, pero el Padre del cielo no presta atención a una criatura que no Lo confiesa abiertamente. Y así, aún en día, sólo unos pocos seres humanos disponen del esfuerzo honesto de hacerse propia la voluntad de Dios; todos continúan impertérritos en su camino terrenal, sin preguntarse a sí mismo, si están siguiendo la voluntad de Quien los creó lo mejor que puedan....
Sólo les importa una cosa, aumentar sus bienes o para evitarlos que se reduzcan.... Pero si quisieran pensar en sus almas con el mismo entusiasmo y cumplir sus deberes espirituales con el mismo celo, entonces su vida terrenal ya no sería ya no sería una carga para ellos, porque el cumplimiento de lo que allí es de vital necesidad, Dios el Señor lo asegura a los que Lo aman y guardan sus mandamientos. Y una confesión pública daría muy buenos frutos para el semejante.... porque uno siempre emula al otro.... En cuántas cosas inútiles se enfoca una persona su sentido y cuán necesario es sumergirse en las preguntas espirituales solamente, para asegurar su existencia por toda la eternidad....
Por supuesto, que el ser humano debe ser capaz de prescindir de bienes terrenales en completa satisfacción y contentarse solamente con lo que el Padre celestial le ha destinado. Pero él renuncia voluntariamente a todo cuando el espíritu en él primero lo instruye y le hace comprender la inutilidad de lo terrenal. Como entonces, su mente está dirigida hacia lo espiritual, y cuán vacía ahora le parece la vida terrenal, qué inútil es ahora todo lo que antes había deseado. Y su celo aumentará cada vez más.... vencerá su timidez para confesarse, y ahora podrá obrar en beneficio de sí mismo y de todos aquellos a quienes imparte las mismas enseñanzas tan evidente y maravillosamente mandadas por el amor infinito del Señor....
amén
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