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Kämpfe des Lebens nötig zum Ausreifen der Seele.... Seelen, die sich verkörpern wollen....

Sowie du betest, wird dir Erfüllung werden, denn dein Geist ist willig.... Und alles, was du auf Erden beginnst für den Herrn, wird vielfach gesegnet sein, denn der Herr ist mit allen, die für Ihn sind. Und so gehen dir heut die Beweise Seiner Huld aufs neue zu, indem wir Seinen Auftrag ausführen und dich unterweisen.

In der allernächsten Umgebung des Menschen weilen die der Verkörperung harrenden Seelen. Sie sind unvollendet, und ihr Verlangen, die Laufbahn auf Erden gehen zu können, ist verständlich, erhoffen sie sich doch von dieser Verkörperung die Befreiung, das Erlösen von der Materie. Die Form als Mensch glauben sie nicht so drückend zu empfinden, und ihre Kraft schätzen sie hoch genug ein, um alle Widerstände auf Erden überwinden zu können, obgleich sie wissen, daß sie mit Schwierigkeiten im Erdenleben zu kämpfen haben, sowohl geistig als auch körperlich. Sie nehmen aber doch diesen Kampf auf mit vollem Willen, gilt es doch, die letzte Möglichkeit erschöpfend auszunützen für die Ewigkeit. Blieben nun dem Menschen die Kämpfe des Erdenlebens erspart, so wäre die Verkörperung völlig zwecklos, denn die Seele würde in der gleichen Beschaffenheit wie bei ihrem Eintritt in den Körper bleiben, da ein kampfloses Erdendasein keine innere Ausreifung zustande bringt. An den Widerständen muß die Seele erstarken, doch ein gleichgültiges Über-sich-ergehen-Lassen ließe die Seele nur schwach werden und der Beeinflussung niederer Mächte ausgesetzt sein. Nur der stete Kampf kann zur Höhe führen, und darum ist die Gefahr zu groß, die im irdischen ruhigen Leben liegt.... Jede Seele hat auch das Bedürfnis, den ihr nicht behagenden Leidenszustand möglichst rasch wieder zu beheben, und wird daher auch rastlos tätig sein. Wendet sie aber diese Energie nur irdischen Zwecken zu, d.h., sucht sie dem Körper nur das Unangenehme zu verringern, so bleibt sie weiter in Dunkelheit des Geistes.... Legt sie aber den größten Wert auf das Verringern geistiger Hindernisse, arbeitet sie ununterbrochen an ihrem Seelenheil und läßt alles Streben auf Erden nur diesem Ziel gelten, so wird ihr bald helles Licht werden.... Ihr Zustand wird freier und freier sein, die Kraft zu ihrer Arbeit wird sich vermehren, und sie wird nun auch das irdische Leben gleichfalls meistern können, doch ohne Anwendung besonderer Kraft, denn die Sorge um das irdische Wohl sichert der Vater im Himmel Seinem Erdenkind zu, so dessen Bestreben einzig und allein der Förderung seiner Seele gilt. Unbeschreiblich wertvoll ist daher die emsige Arbeit an sich selbst.... Wer gegen seine Begierden ankämpft, wer sich übet in Sanftmut und Geduld, wer Liebe gibt seinen Nächsten und immer sich bemühet, in allem den Willen Gottes zu erfüllen, bleibt unausgesetzt in der Gnade Gottes.... und in der Gnade Gottes zu leben heißt, ohne Sorge sich Ihm hingeben zu können, immer von Ihm, dem göttlichen Vater, betreut zu werden und ohne Angst und Sorge einem jeden Tag entgegensehen zu können, beschirmt zu sein in allen Gefahren des Leibes und der Seele und gekräftigt zu werden fort und fort für seine ihm auf Erden bestimmte Tätigkeit, die sowohl dem Körper als auch der Seele gilt. Wenn ein solches Gnadenmaß dem Menschen zugänglich ist, so kann er ohne Sorge durch das Erdenleben gehen, nur immer eingedenk sein dessen, daß er sich diese Zuwendung göttlicher Liebe nicht verscherzen sondern allzeit sich ihrer würdig erweise.... daß er die Arbeit an seiner Seele nicht vernachlässige, indem er sich weltlichen Interessen zuwendet, und daß er niemals des Gebetes vergesse, das ihm immer wieder Schutz gewährt gegen die Anfechtungen der Welt. So braucht der Mensch nur bedenken, daß er das Kind des Schöpfers ist, dann wird er Vertrauen fassen zu Ihm als seinem Vater und innig bitten.... und sein Gebet wird erhört werden....

Amen

Übersetzer
Dies ist eine Originalkundgabe von Bertha Dudde

Luchas de la vida necesarias para que el alma madure.... Almas que quieran encarnarse....

En cuanto reces, se te cumplirá, porque tu espíritu está dispuesto.... Y todo lo que hagas en la tierra para el Señor será bendecido de muchas maneras, porque el Señor está con todos que están para Él. Y así, las pruebas de Su benevolencia te son enviados de nuevo hoy, al llevar a cabo Su misión y te instruimos.

Las almas que esperan la encarnación permanecen en las inmediaciones del hombre. Son imperfectos, y su deseo de poder empezar su carrera en la tierra es comprensible, ya que de esta encarnación esperan la liberación, la redención de la materia. No creen sentir la forma como ser humano como opresiva, y estiman su fuerza lo suficientemente alta para poder superar todas las resistencias en la tierra, aunque saben que han de luchar con las dificultades en la vida terrenal, tanto espiritual como también corporalmente. Pero emprenden esta lucha con plena voluntad, ya que es importante aprovechar exhaustivamente la última posibilidad para la eternidad.

Si al ser humano se le ahorran las luchas de la vida en la tierra, la encarnación sería completamente inútil, porque el alma quedaría en el mismo estado en que entró en el cuerpo, ya que una vida en la tierra sin lucha no produce ninguna maduración interior. El alma tiene que fortalecerse contra la resistencia, pero si toma las cosas con indiferencia sólo debilitaría el alma y la expondría a la influencia de poderes inferiores. Sólo la lucha constante puede llevar a la cima, y por eso es grande el peligro que yace en una vida apacible vida terrenal.... Toda alma también tiene la necesidad de remediar el estado de sufrimiento que lo le gusta lo más rápido posible y por lo tanto también estará constantemente activa.

Sin embargo, si ella solo usa esta energía para fines terrenales, es decir, si solo trata de reducir lo que es desagradable para el cuerpo, entonces permanece en la oscuridad del espíritu.... Pero si le da gran importancia a la reducción de los obstáculos espirituales, entonces ella trabaja continuamente en su salvación y solo permite que todos los esfuerzos en la tierra se dirijan a este objetivo, entonces pronto vendrá en ella una luz brillante.... Su estado se volverá cada vez más libre, la fuerza para su trabajo aumentará y su vida terrenal ahora también será lo mismo pero sin usar fuerza particular porque el Padre en el cielo le asegura a Su hijo terrenal que su bienestar terrenal será cuidado, por lo que su esfuerzo se dirige únicamente a la promoción de su alma.

El trabajo diligente sobre sí mismo es, por tanto, indescriptiblemente valioso.... El que lucha contra sus deseos, el que practica la mansedumbre y la paciencia, el que da amor al prójimo y se esfuerza siempre por cumplir en todo la voluntad de Dios, permanece en la gracia de Dios.... y vivir en la gracia de Dios significa poder entregarse a Él sin preocupaciones, ser siempre cuidado por Él, el Padre divino, y poder mirar hacia delante cada día sin miedo y sin preocupaciones, ser protegido en todos los peligros del cuerpo y del alma y ser fortalecido continuamente para su actividad prevista en la tierra, que se aplica tanto al cuerpo como también al alma.

Cuando tal grado de gracia es accesible al ser humano, puede ir por la tierra sin preocupaciones, sólo que recuerde siempre que no perderá este don del amor divino sino que siempre demostrará que es digno de éste.... que no descuide la obra de su alma volviéndose a los intereses mundanos y que nunca olvide la oración que lo sigue protegiendo de las tentaciones del mundo. Entonces el ser humano solo tiene que considerar que es hijo del Creador, entonces confiará en Él como su Padre y pedirle íntimamente.... y su oración será escuchada....

amén

Übersetzer
Übersetzt durch: Hans-Dieter Heise