Quien pertenece a la Iglesia de Cristo que Yo Mismo he fundado en la tierra, ese tiene que estar también en la fe viva, en una fe, que por amor se ha hecho viva y que hace posible el obrar del espíritu en el hombre, lo cual sólo el amor es capaz de llevar a cabo.
Mí Iglesía abraza sólo como miembros a los hombres que se han unido tan íntimamente a Mí, que sienten Mi Presencia, cuya fe es también imperturbable, y que nada puede hacerla vacilar o retroceder, que resiste como una roca contra todos los asaltos de fuera, por lo cual Yo le dije a Pedro: "Sobre ti quiero edificar Mi Iglesia.." Pues Pedro tenía una fe firme, imperturbable, aunque en una hora de la prueba de fe, no la aprobara, puesto que los sucesos se precipitaron y lo espantaron de su seguridad. Fue más bien su entendimiento que en el gran peligro no vió otra salida de él, mientras que su alma se contuvo y se sintió abandonada.
Sin embargo, después de esa prueba de fe su amor a Mí se volvíó más profundo y su fe más consolidada, y una fe como esa exijo Yo también de esos, que quieren pertenecer a Mi Iglesia, y no serán entonces víctimas de Mi adversario y de su enemigo ya nunca más.
Quien pertenece a Mi Iglesia, reconocerá siempre la Verdad y se desprenderá o renegará de todo error, porque en él obra Mi Espíritu como destintivo de aquellos, que quieren pertenecer a Mi Iglesia, y de que es un miembro de la Iglesia fundada por Mí. Y donde obra Mi Espíritu, allí no hay ninguna oscuridad, ninguna confusión, ninguna duda y ningún concepto desconcertado ni enenmarañado más. Se habrá hecho luz y el pensar de esos que pertenecen a Mi Iglesia es verdadero y justo.
Y esta Iglesia no necesita ninguna señal o marca exterior, no necesita ninguna organización, pues en todas las organizaciones eclesiásticas hay hombres que se hallan en la fe viva, que llevan una vida en el amor y que de ese modo despiertan el espíritu en sí, y todos estos son afiliados a la "Iglesia de Cristo", la que es en verdad una unión puramente espiritual de estos, que se unen a Mí por medio del amor, que todo lo que hacen, lo hacen conscientes, no como actos exteriores que son insignificantes y puramente mecánicamente ejecutados.
Sed cristianes vivos, siempre dándose cuenta, de que cumpláis con la finalidad de vuestra vida terrena, aspirando siempre con afán a alcanzar vuestra meta, y siempre ofreciéndoos a Mí, para que Yo Mismo pueda encargarme de vuestra conducta y entonces vosotros lleguéis también a la meta en verdad.
Pues Yo no me dejo contentar en que sólo compláis los preceptos promulgados por el hombre, los que de un modo educativo os inculcaron y que son absurdos, desatinados, y que no os aportan ninguna madurez del alma. Como miembros de Mi Iglesía fundada por Mí Mismo, seréis también siempre Mis verdaderos sucesores, todo lo que os toque en sufrimientos y desgracias, acogédlo resignados, porque lo reconocéis como pruebas de fe, y las aprobéis como medios para aumentar vuestra madurez anímica. Pues eso os lo dice el espíritu en vosotros, y reconocéis también la motivación de lo que Yo dejo que os sobrevenga.
Váis a llevar una segunda vida junto a vuestra vida terrenal en unión Conmigo, con vuestro Dios y Padre eterno, y una vida así os aporta garantizado vuestra perfección. Y esta perfección puede alcanzar todo hombre por eso, no importa a que dirección espiritual pertenece, él, sólo con que esté en viva comunicación y relación Conmigo, y por eso pueda estar también iniciado en la Verdad, lo que supone, como previa condición, y no obstante siempre una vida de amor y por medio de ella una fe firme, viva.
Y mientras que a vosotros hombres os falten ambos, sois sólo formas muertas sobre esta tierra, que eternamente no pueden tampoco llegar a la Vida, pues todo lo que hacéis por fuera, no lleva a cabo ninguna transformación interior, mas la cual es el sentido y la finalidad de la vida terrena como hombre humano.
Adheriros a la Iglesia que Yo Mismo fundé sobre la tierra, despertad de vuestro sueño de muerte, despertad en vosotros al espríritu a la vida siendo activos en el amor desinteresado, y por medio de esto llegaréis también a una fe que es imperturbable, a la que el infierno no puede hacer flaquear. Y cuando poseáis tal fe, entonces en verdad ya estáís cerca de Mi, entonces notáis Mi Presencia, entonces recuperaréis de nuevo las habilídades que antes de vuestra caída de Mí poseiáis, seréis otra vez perfectos, como eraís en el origen, y vuestra vida será bienaventurada hasta por toda la Eternidad.
Amén
TraductorChi appartiene alla Mia Chiesa che Io Stesso ho fondato sulla Terra, deve stare anche nella fede viva, in una fede, che è stata resa viva attraverso l’amore, e rende così possibile l’Agire dello Spirito nell’uomo, che nuovamente soltanto l’amore riesce a produrre. La Mia Chiesa comprenderà sempre soltanto quegli uomini che si sono uniti intimamente con Me, che percepiscono la Mia Presenza, e che la loro fede è pure irremovibile, e non può essere scossa, perché resiste come una roccia a tutte le tempeste, perciò ho detto le Parole a Pietro: “Su te voglio costruire la Mia Chiesa”. Perché Pietro aveva una forte fede irremovibile, benché non abbia sostenuto la prova in un ora, in cui gli avvenimenti si sono accavallati e lo hanno scosso nella sua sicurezza. Ma era più il suo intelletto, che non ha visto nessuna via d’uscita dal più grande pericolo, mentre la sua anima veniva respinta indietro e si sentiva abbandonata. Ma dopo questa prova di fede il suo amore per Me è diventato sempre più profondo, e consolidata la sua fede. Ed Io pretendo una tale fede anche da tutti coloro, che vogliono appartenere alla Mia Chiesa, e questi non cadranno poi più vittime al Mio avversario e loro nemico. Chi appartiene alla Mia Chiesa, riconoscerà però anche sempre la Verità e si scioglierà da ogni errore, perché in lui opera ora il Mio Spirito in segno di ciò che è un membro della Chiesa da Me fondata e dove opera il Mio Spirito, non esiste più nessuna confusione, nessun dubbio, e nemmeno concetti aggrovigliati. E questa Chiesa non ha bisogno di segni esteriori, non ha bisogno di nessuna organizzazione, perché in tutte le organizzazioni di chiese ci sono degli uomini, che stanno nella viva fede, che conducono una vita d’amore, e da ciò risvegliano in sé lo spirito. E tutti questi si integrano nella “Chiesa di Cristo”, che in Verità è un collegamento puramente spirituale di coloro che si uniscono con Me attraverso l’amore, che tutto quello che fanno, lo fanno coscientemente, non come azioni esteriori che sono insignificanti, dato che vengono eseguite solo in modo puramente meccanico. Voi dovete essere dei cristiani viventi, sempre coscienti che dovete adempiere lo scopo della vostra vita terrena, tendendo sempre con fervore a raggiungere la vostra meta, dandovi sempre a Me, affinché Io Stesso possa prendere in Mano la vostra Guida, ed allora giungerete veramente alla meta perché Io non posso accontentarMi. che voi osserviate solamente dei comandamenti rilasciati umanamente, che vi sono stati dati nell’educazione, che sono insensati, e non vi procurano nessuna maturità dell’anima. Come membri della Chiesa fondata da Me Stesso, sarete anche sempre i Miei veri successori, prenderete su di voi con rassegnazione tutto ciò che vi riguarda in sofferenza e miserie, perché voi lo riconoscete come prova di fede, che dovete sostenere, come ausiliario per aumentare la maturità della vostra anima, perché questo ve lo dice il Mio Spirito in voi, e riconoscete anche la motivazione di ciò che Io lascio venire su di voi. Condurrete una seconda vita, accanto alla vostra vita terrena, una vita in collegamento con Me, vostro Dio e Padre dall’Eternità, ed una tale Vita vi procurerà garantito anche il vostro perfezionamento. Questa perfezione può perciò raggiungere ogni uomo, non importa a quale orientamento spirituale appartenga, se soltanto sta sempre in vivo collegamento con Me, e per questo può anche essere introdotto nella Verità, cosa che richiede però sempre una vita nell’amore, e per questo una viva fede solida. Finché a voi uomini mancano ambedue queste cose, siete soltanto delle forme morte su questa Terra, che in eterno non possono giungere alla vita, perché qualunque cosa fate nell’esteriore, non produce nessuna trasformazione interiore, che però è senso e scopo della vita terrena come uomo. Perciò integratevi in quella Chiesa, che Io Stesso ho fondato sulla Terra, risvegliatevi dal vostro sonno di morte, risvegliate in voi lo spirito alla vita, mentre siete attivi nell’amore disinteressato, e da questo arriverete anche ad una fede, che è irremovibile, che l’inferno non potrà scuotere. E quando possedete una tale fede, allora MI siete veramente già vicini, allora percepirete la Mia Presenza, allora riconquisterete anche la facoltà, che possedevate prima della vostra caduta da Me, sarete di nuovo perfetti, come lo eravate in principio e la vostra vita sarà poi beata per tutte le Eternità.
Amen
Traductor