Sed conscientes de que continuamente podéis solicitar mi Gracia - para vosotros, para vuestros semejantes, y también para todas las almas en el Reino espiritual. El ruego por Gracia –si la pedís para vosotros mismos– siempre es una manifestación de humildad, porque reconocéis vuestra debilidad y en esta os dirigís a Mí para que os fortifique. El hombre que se siente débil también siempre se dirigirá a Mí en toda humildad; y al humilde le regalo mi Gracia.
Pero si pedís Gracia para otros –para los semejantes o para almas en el Más Allá– entonces esto es una manifestación del amor altruista, dado que queréis ayudar a aquellos que son débiles en el espíritu, pues pedís fuerza para aquellas almas que también son débiles... la que ahora también se lo puedo conceder gracias a vuestro amor. Como siempre son ruegos espirituales que me dirigís, os digo que estos siempre se cumplirán.
Pues siempre me lo pediréis con el corazón humilde... reconocéis vuestra debilidad ante Mí y sabéis que únicamente de Mí pueden surgir Fuerza y Gracia. De modo que así también reconocéis vuestra deficiencia y deseáis llegar a ser perfectos - para lo que me pedís mi Apoyo...
Si ahora tenéis en cuenta que en otros tiempos habíais apostatado de Mí porque os considerasteis fuertes y os imaginasteis que ya no me necesitabais a Mí ni tampoco mi Fuerza, entonces también os quedará claro que vosotros mismos os habíais jugado la perfección libremente... Pero ahora estáis encarnados en la Tierra como seres humanos con el objeto de vuestro regreso a Mí - un regreso que debe producirse de manera opuesta a la apostasía: fuisteis soberbios y os imaginasteis de poseer fuerza en abundancia, mientras que ahora en humildad muy profunda debéis reconocer vuestra debilidad rogándome por la concesión de Fuerza.
Como en aquellos tiempos os habíais apartado de Mí voluntariamente, ahora debéis rogarme por la Gracia - un regalo que no habéis merecido dado que os lo habíais jugado en vuestra soberbia... Pero podéis creerme que con tales ruegos por Fuerza y Gracia cumplo con mucho Gusto, ya que Yo mismo quiero que recuperéis la perfección para que podáis volver a uniros conmigo, para recibir bienaventuranzas que únicamente la conexión conmigo os puede producir.
Tan sólo el reconocimiento de vuestra indignidad y debilidad me incita a obsequiaros abundantemente; y por eso cada vez de nuevo podéis pedirme Fuerza y Gracia... Se trata de un ruego espiritual con el que cumplo irrevocablemente, porque mi Bienaventuranza consiste en enviar a mis criaturas continuamente Fuerza de Amor para que ellos puedan ascender y acercarse cada vez más a Mí. Porque esto no lo podéis conseguir por propias fuerzas mientras no seáis abundantemente activos en el amor y vosotros mismos os ganéis fuerza.
La misma oración –en el espíritu y en la verdad– que solicita la administración de Gracia y Fuerza ya es la garantía para su recepción, pues cada vez de nuevo afirmo: Al humilde Yo le regalo mi Gracia, porque únicamente un corazón humilde dirige este ruego a Mí. Siempre de nuevo os garantizo que cumpliré con este ruego vuestro, dado que con él confirmáis que deseáis a acercaros a Mí... de modo que con esto ya aprobáis vuestro examen de voluntad en la Tierra: vuestra entrega voluntaria a Mí - a Aquel del que en otros tiempos os apartasteis por altanería y despotismo. Pero aquel que ruega no es presumido ni despótico, pues él mismo se subordina a Mí... y por su humildad Yo puedo repartir ilimitadamente.
Os digo que nadie que dirige este ruego a Mí se irá de vacío, pues le oigo con mucho gusto y cumplo con su ruego... pues una vez que en vosotros se avive el pensamiento de pedirme Fuerza y Gracia, ya me reconocéis a Mí como Dios y Creador - El que quiere ser vuestro Padre... pues ya estáis en contacto conmigo, lo que una íntima oración siempre confirma, sin que importe qué es lo que pidáis...
Fuerza y Gracia son bienes espirituales, de las que nunca privo al ser que reza porque demuestran su humildad... Y al humilde siempre regalaré mi Gracia, tal como Yo lo he prometido.
Amén.
TraductorRendetevi conto che potete richiedere costantemente la Mia Grazia, sia per voi stessi come anche per i vostri prossimi e per tutte le anime nel Regno spirituale. La richiesta per l’apporto di Grazia è sempre un atto dell’umiltà quando la richiedete per voi stessi, perché da ciò confessate la vostra debolezza ed in questa debolezza venite a Me, affinché vi fortifichi. L’uomo che si sente debole, Mi verrà anche sempre umilmente incontro, ed all’umile dono la Mia Grazia. Quando richiedete la Grazia per altri, per il prossimo oppure per anime nell’aldilà, allora questo è un atto dell’amore disinteressato, perché volete aiutare coloro che sono deboli nello spirito, richiedete la Forza per queste anime che sono pure deboli, ed ora la posso anche rivolgere a loro per via del vostro amore. Ma è sempre una richiesta spirituale che rivolgete a Me ed in Verità, vi verrà anche sempre esaudita. Me la richiederete sempre soltanto con cuore umile, vi riconoscete deboli davanti a Me e sapete che soltanto da Me può procedere Forza e Grazia e così confessate anche la vostra imperfezione e pretendete di diventare perfetti, per cui richiedete il Mio Sostegno. E se ora vi tenete davanti agli occhi che una volta siete caduti da Me, perché vi credevate forti e non bisognosi della Mia Forza, allora vi sarà anche comprensibile, che vi eravate giocati liberamente la perfezione. Ma allo scopo del ritorno a Me siete incorporati sulla Terra come uomo e questo ritorno deve avvenire in modo contrario alla caduta da Me. Eravate arroganti e vi credevate in possesso di Forza in ultramisura. Ma ora dovete riconoscere e confessare la vostra debolezza nella più profonda umiltà chiedendo a Me l’apporto di Forza. Dato che una volta vi siete liberamente allontanati da Me, dovete pregarMi per la Grazia, per un Dono che non avete meritato, che voi stessi vi siete giocati nell’arroganza. Ma credeteMi che adempio molto volentieri una tale richiesta di Forza e Grazia, dato che Io Stesso voglio che raggiungiate di nuovo la perfezione e che vi possiate di nuovo unire con Me per ricevere delle Beatitudini, che soltanto l’unificazione con Me può prepararvi. Già l’ammissione della vostra indegnità e della vostra debolezza Mi induce di donarvi Grazia in ricchissima misura. Perciò Mi potete sempre di nuovo chiedere l’apporto di Forza e Grazia. E’ una richiesta spirituale che vi adempio anche irrevocabilmente, perché la Mia Beatitudine consiste nel fatto, di guidare alle Mie creature ininterrottamente la Forza d’Amore, affinché possano camminare verso l’Alto e si avvicinino sempre di più a Me. Dalla vostra propria forza non lo potete compiere, finché non siete insolitamente attivi nell’amore e conquistate da voi la Forza. Ma una preghiera nello Spirito e nella Verità per l’apporto di Grazia e Forza è una sicura garanzia per riceverle, perché sottolineo sempre di nuovo: All’umile dono la Mia Grazia, e soltanto un cuore umile rivolge questa richiesta a Me. Vi do sempre di nuovo soltanto l’Assicurazione che vi viene esaudita questa richiesta, dato che con ciò Mi dichiarate soltanto che desiderate venirMi vicino, e con questo superate già la prova di volontà sulla Terra: di rivolgervi liberamente a Me, dal Quale vi siete una volta allontanati nell’arroganza e brama di dominio. Ma chi chiede, non è né arrogante né bramoso di dominare, sottomette sé Stesso a Me e per via della sua umiltà posso ora anche distribuire illimitatamente, ed in Verità, nessuno andrà a mani vuote se rivolge a Me questa richiesta, che sento ed adempio anche molto volentieri. Se questo pensiero rivive una volta in voi, di richiedere a Me Forza e Grazia, allora Mi riconoscete anche come vostro Dio e Creatore, il quale vuole Essere vostro Padre, siete già in contatto con Me, cosa che dimostra sempre una intima preghiera, non importa cosa chiedete. La Forza e la Grazia però sono Beni spirituali che non faccio mai mancare ad uno che chiede, perché dimostrano la sua umiltà, ed Io donerò sempre la Mia Grazia all’umile, come ho promesso.
Amen
Traductor