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La Palabra sonora requiere un elevado estado de madurez...

La mayor ganancia de una persona en la vida terrenal es la de escuchar la voz de Dios en sí mismo, porque es prueba de que el orden divino se ha restablecido, en el que estaba el ser original cuando fue creado y estaba conectado directamente con su Dios y Creador, para que Su voz pudiera resonar en el ser.

Pero mientras este ser todavía camine por la tierra como ser humano, también debe aumentar el grado de perfección para poder escuchar esta voz divina resonando dentro de sí mismo, porque esto requiere un alto grado de madurez, que sólo unos pocos humanos logran en la tierra. Sin embargo, la transmisión mental de la Palabra por parte de Dios es prueba de que el hombre está celoso en la búsqueda de la madurez del alma, que ha establecido el vínculo con su Dios y Creador y, por lo tanto, también es capaz de escuchar el discurso divino...

Sin embargo, el estado original del ser era un estado de perfección, que fue convertido en lo contrario por el ser mismo... Y así el ser también perdió la capacidad de escuchar la voz de Dios, a través de la cual el Ser supremo Se comunicaba con Su criatura en el principio... Y mientras el ser escuchaba la voz de Dios, también era sumamente feliz... Porque mientras permanecía en el conocimiento, lo sabía todo, se reconocía a sí misma como una criatura de un Ser supremamente perfecto, y era dichoso en este conocimiento...

Cuando perdió la capacidad de escuchar Su voz, también perdió todo conocimiento, se fue alejando más y más de Dios y ya no supo nada de sí mismo porque también perdió la conciencia del “yo”, cuando fue disuelto con el propósito de volver a Dios y se formó de nuevo en creaciones de la más diversa índole. Y todo esto tampoco lo sabe el ser humano cuando pisa la tierra como última etapa de su camino de regreso a Dios... Pero este conocimiento se le puede impartir, y entonces esto sucede a través del discurso interior, a través de su espíritu, que como parte de Dios está conectado con el Espíritu Padre desde la eternidad, que puede volver a dar al hombre conocimiento desde dentro de lo que era originalmente, lo que es ahora, y lo que ha de llegar a ser de nuevo...

Y esta instrucción interior le llega en forma de pensamientos, mientras no haya logrado todavía la madurez del alma, que presupone oír el discurso de Dios. Pero el hecho de que se le permita obtener este conocimiento, que le sea transmitido a través de la obra del espíritu en el hombre, es un don de gracia tan increíble de Dios, que debería animar para lograr una madurez más alta, y que también hace posible de poder escuchar el discurso directo de Dios. El ser humano puede ser introducido mentalmente a la verdad, al reconocimiento correcto de todo lo que de otro modo le queda oculto... Todos sus pensamientos pueden ser dirigidos de tal manera que se acerquen a la verdad y el ser humano también está convencido de la verdad de su pensar...

Pero también puede ser abordado directamente por Dios, cuando nuevamente ha de cumplir una misión: transmitir conocimiento verdadero a los semejantes que carecen de conocimiento espiritual... Entonces la Palabra vuelve a resonar en él, como al principio, él puede intercambiarse con Su Dios y Creador; él puede preguntar a Él y recibirá una respuesta y tanto él mismo como sus semejantes ya no caminan en las tinieblas, se les encenderá una luz en ellos que ilumina intensamente a través de la noche, en la que todavía camina todo lo espiritual una vez caído, que aún no ha establecido la conexión íntima con la fuente de Luz desde la eternidad...

Todos vosotros, los humanos, debéis saber que una vez pudisteis mantener un intercambio directo con vuestro Dios y Creador; debéis saber que en cualquier momento también podéis volver a restablecer el estado de poder hacerle preguntas y recibir una respuesta, pero eso depende de vosotros mismos si os formáis de tal manera que seáis dignos del discurso directo de Dios, porque tenéis que volver a entrar en la ley del orden eterno de la que una vez salisteis voluntariamente... Tenéis que dejar prevalecer nuevamente el principio del amor en vosotros, y a través del amor os uniréis con Aquel, Quien es el Amor Mismo... Y cuando estáis unidos a Él, entonces también Le escucharéis porque Su amor es tan profundo, que quiere deleitar continuamente a Sus criaturas con Su discurso...

Pero entonces también está asegurado el regreso a Él, porque el deseo del ser humano de volver a la casa del Padre, de la cual una vez salió voluntariamente, se hará cada vez más fuerte, y Su Palabra tendrá también tal fuerza que el ser humano o su alma no se puede eludir de Su influencia... Y se perfeccionará más y más y asumirá de nuevo su ser original, volverá a ser lo que era en el principio... un ser lleno de alegría que alabará y glorificará a Dios por toda la eternidad...

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Tönendes Wort fordert erhöhten Reifezustand....

Der größte geistige Gewinn eines Menschen im Erdenleben ist das Vernehmen der Stimme Gottes in sich, denn es ist ein Beweis, daß die göttliche Ordnung wiederhergestellt ist, in der sich das Urwesen befand, als es erschaffen wurde und unmittelbar mit seinem Gott und Schöpfer verbunden war, so daß Dessen Stimme in dem Wesen ertönen konnte.... Doch solange dieses Wesen nun noch als Mensch über die Erde geht, soll es auch den Grad der Vollkommenheit erhöhen, um diese göttliche Stimme tönend in sich vernehmen zu können, denn es gehört dazu ein hoher Reifegrad, den nur wenige Menschen auf der Erde erreichen. Dennoch ist die gedankliche Wortübertragung von seiten Gottes ein Beweis, daß der Mensch eifrig ist im Streben nach der Seelenreife, daß er die Bindung mit seinem Gott und Schöpfer hergestellt hat und dadurch auch fähig ist, die göttliche Ansprache zu hören.... Der Urzustand des Wesens war jedoch ein Zustand der Vollkommenheit, der durch das Wesen selbst verkehrt wurde in das Gegenteil.... Und also ging auch dem Wesen die Fähigkeit verloren, die Stimme Gottes zu hören, durch die Sich das höchste Wesen mit Seinem Geschöpf verständigte im Anbeginn.... Und solange das Wesen die Stimme Gottes hörte, war es auch selig im Übermaß.... Denn so lange stand es auch in der Erkenntnis, es wußte um alles, es erkannte sich selbst als Geschöpf eines überaus vollkommenen Wesens, und es war selig in dieser Erkenntnis.... Als es die Fähigkeit verlor, Seine Stimme zu hören, ging es auch aller Erkenntnis verlustig, es entfernte sich immer weiter von Gott und wußte nichts mehr von sich selbst, weil es auch das Ichbewußtsein verlor, als es zwecks Rückführung zu Gott aufgelöst wurde und neu geformt zu Schöpfungen verschiedenster Art. Und dieses alles weiß auch nicht der Mensch, wenn er die Erde betritt als letztes Stadium seines Rückführungsweges zu Gott.... Aber es kann ihm dieses Wissen vermittelt werden, und dann geschieht dies durch die innere Ansprache, durch seinen Geist, der als Anteil Gottes verbunden ist mit dem Vatergeist von Ewigkeit, der wieder von innen heraus dem Menschen Kenntnis geben kann, was er ursprünglich war, was er jetzt ist und was er wieder werden soll.... Und diese innere Belehrung geht ihm zu in Form von Gedanken, solange er noch nicht die Seelenreife erlangt hat, die das Hören der göttlichen Ansprache voraussetzt. Aber daß er überhaupt diese Erkenntnis gewinnen darf, daß sie ihm zugeführt wird durch das Wirken des Geistes im Menschen, ist eine so unerhörte Gnadengabe Gottes, die zu immer höherer Reife anspornen sollte und es auch möglich macht, die direkte Ansprache Gottes zu vernehmen. Es kann der Mensch gedanklich eingeführt werden in die Wahrheit, in das rechte Erkennen alles dessen, was ihm sonst verborgen bleibt.... Es können alle seine Gedanken so gelenkt werden, daß sie der Wahrheit nahekommen und der Mensch auch von der Wahrheit seines Denkens überzeugt ist.... Aber er kann auch direkt angeredet werden von Gott, wenn er wieder eine Mission zu erfüllen hat: den Mitmenschen, die ohne geistiges Wissen sind, ein wahrheitsgemäßes Wissen zuzuführen.... Dann ertönet wieder das Wort in ihm, wie zu Anfang, er kann sich austauschen mit seinem Gott und Schöpfer, er kann Ihn fragen, und er wird Antwort erhalten, und sowohl er selbst als auch seine Mitmenschen wandeln nicht mehr in der Finsternis dahin, es wird in ihnen ein Licht entzündet, das hell leuchtet durch die Nacht, in der alles einst gefallene Geistige noch wandelt, das noch nicht die innige Bindung hergestellt hat mit dem Lichtquell von Ewigkeit.... Ihr Menschen sollet es alle wissen, daß ihr einstens einen direkten Austausch mit eurem Gott und Schöpfer führen konntet, ihr sollet es wissen, daß ihr jederzeit auch wieder den Zustand herstellen könnet, Ihn zu fragen und Antwort zu erhalten, daß es aber an euch selbst liegt, ob ihr euch so gestaltet, daß ihr einer direkten Ansprache Gottes würdig seid, denn ihr müsset wieder in das Gesetz ewiger Ordnung eintreten, aus der ihr einstens freiwillig herausgetreten seid.... ihr müsset wieder das Prinzip der Liebe vorherrschen lassen in euch, und ihr werdet euch durch die Liebe Dem verbinden Der die Ewige Liebe Selbst ist.... Und seid ihr Ihm verbunden, dann werdet ihr Ihn auch hören, denn Seine Liebe ist so tief, daß Er Seine Geschöpfe ständig mit Seiner Ansprache beglücken möchte.... Dann aber ist auch die Rückkehr zu Ihm gesichert, denn das Verlangen des Menschen, zurückzukehren in das Vaterhaus, das er einst freiwillig verlassen hatte, wird immer stärker werden, und Sein Wort wird auch eine solche Kraft haben, daß sich der Mensch oder dessen Seele nicht seinem Einfluß entziehen kann.... Und sie wird sich stets mehr vollenden und wieder ihr Urwesen annehmen, sie wird wieder werden, was sie war im Anbeginn.... ein überseliges Wesen, das Gott loben und preisen wird bis in alle Ewigkeit....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde