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“El cielo y la tierra pasarán....”

No es una presunción mental defender las Palabras del Señor, pues éstas permanecerán siempre y eternamente la pura verdad mientras no estén expuestas a los cambios humanos.... Y así enseñó Jesús en la tierra y Su Palabra llevada al pueblo.... Él les proclamó el Evangelio del amor, y encargó a Sus discípulos que se aferraran a esta Su Palabra para hacerla accesible a los hombres una y otra vez, porque es necesario para que los hombres tomen nota del Evangelio del amor, porque debe saber acerca de la voluntad de Dios, Que envió a Su Hijo a la tierra para poder dirigirse a los hombres a través de Él.

Entonces esta Palabra también puede ser defendida y para confirmarla , Jesús prometió a esos hombres Su Espíritu, el cual debería introducir a los hombres a la verdad una y otra vez, que debería recordarles lo que Él Mismo les habló cuando caminaba sobre la tierra. Sin embargo, a través de la promesa de Su Espíritu, a través de la seguridad de que el Espíritu os introducirá a vosotros, los humanos, a la verdad, Él también os ha asegurado de que Su Palabra.... la pura verdad.... sea transmitida a los hombres.... Porque esta nunca se mantiene tan pura como surgió de Jesús, porque los humanos en su imperfección desfigurarán también lo perfecto, precisamente porque todavía son imperfectos.

Pero Él dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero Mi Palabra permanecerá por toda la eternidad....” Y de ahí surge la necesidad de que la pura verdad sea transmitida a la tierra una y otra vez y que ésta será siempre la misma verdad tal como fue enseñada por Jesús Mismo en la tierra, y por eso Su Palabra siempre puede ser defendida.... Y así solo queda por comprobar si es Su Palabra la que vosotros humanos, que os creéis estar en los servicios del Señor, estáis defendiendo.... Y entonces solo podéis manteneros de nuevo sólo a Su Palabra, tenéis que tomar la Palabras de Jesús como piedra de toque.... Y podéis manteneros con buena razón a la Escritura que da testimonio de Él.

Por tanto, primero debéis saber de la “obra del Espíritu en el hombre”, de lo que encontráis prueba en la Escritura: “Os enviaré el consolador, el Espíritu de la verdad, el cual os guiará a toda la verdad y os recordará de todo lo que Yo os he dicho....”, Jesús Mismo dio esta promesa, así como la de: “Me quedaré con vosotros hasta el fin del mundo....”. Así que ahí está la confirmación de que Su obra no se terminó con Su caminar sobre la tierra y que Él hablará constantemente a la gente.... Y Él ha prometido a aquellos que creen en Él y guardan Sus mandamientos que Él Se revelará a ellos....

Y una y otra vez ha mencionado la obra del Espíritu, y cuando ahora Su Palabra se transmite a los hombres desde lo alto, entonces solo se cumplen esas promesas que están en la Escritura, que solo indican que el Padre sigue hablando a sus hijos una y otra vez, que permiten en ellos la “obra de Su Espíritu”.... Y la verdad de la Palabra, que ahora es transmitida a los humanos como “obra del Espíritu”, por lo tanto, también puede ser defendido con razón, porque no puede brotar de otra fuente que de la misma Palabra Eterna. Y debe y coincidirá también con el Evangelio divino que el hombre Jesús proclamó en la tierra, que Él Mismo se preparó en la tierra que Dios pudo habitar en Él, Quien es el Verbo Mismo desde la eternidad.... Quien ahora Mismo Se expresó a través de Jesús e instruyo al pueblo en toda la verdad....

(28.03.1962) Su sagrada Palabra es siempre y para siempre la misma.... Y por eso toda modificación debe ser calificada como un deformación humana de la Palabra divina, y entonces ya no se puede hablar de la pura Palabra de Dios.... por eso ha dicho Jesús: “Yo os enviaré al Consolador que os guiará a toda la verdad....”, porque Él sabía que Su Palabra experimentará siempre modificaciones por la voluntad humana, de lo contrario los hombres se moverían constantemente en la verdad.

Y la transmisión de la pura verdad sólo podía volver a suceder a través de Su Espíritu, Dios Mismo tenía que dirigirse a los humanos.... el eterno Dios-Espíritu tenía que dirigirse a la chispa espiritual en el hombre, lo que, sin embargo, siempre requería la disponibilidad del hombre mismo, junto con requisitos previos, entre los cuales el espíritu humano podría por lo tanto expresarse.... de modo que Dios Mismo obró en el ser humano a través de Su Espíritu.... “es la Escritura la que da testimonio de Mí....” Y por lo tanto no podéis rechazar la Escritura como obra del hombre, porque la verdad más profunda está escondida en ella para el hombre despierto, aunque se produzcan modificaciones una y otra vez por la voluntad humana, pero que el espíritu abierto reconoce y las corregirá según su significado.

Jesús se refirió a la “obra del Espíritu”.... pero el proceso de esto ha quedado mayormente extraño para los hombres, precisamente porque faltaban los requisitos previos para la obrad del Espíritu en el hombre....así como en el tiempo de Jesús en la tierra, los hombres estaban más alejados de Dios y ya no podían escuchar la voz de Dios en ellos porque todavía estaban bajo la carga del pecado original, que Jesucristo primero tuvo que expiar para volver a poner a los humanos en un estado para buscar una conexión íntima con el Espíritu-Padre desde la eternidad.... Y así el Espíritu de Dios sólo podrá expresarse allí donde se espera esta expresión conscientemente. De modo que la voz del Espíritu no resonará en un hombre que no se prepara de ninguna manera para escuchar el discurso de Dios.... porque Su voz jamás ejercerá una compulsión sobre la voluntad del hombre.

Dios Mismo quiere revelarse a los humanos, y eso en cualquier momento, pero el hombre mismo tiene que hacer arreglo para la recepción de Sus revelaciones a través de su libre albedrío y cumpliendo las condiciones adjuntas a la escucha de la Palabra divina.... Y ahora tiene que escuchar conscientemente hacia adentro.... Entonces puede tener lugar el “derramamiento del Espíritu”, que Jesús Mismo prometió cuando caminaba sobre la tierra. Y así, la transmisión de la pura verdad de lo alto también debe ser comprensible para vosotros humanos, no se os permite describirla como “mensaje del reino de los Espíritus....” Porque tales también puede llegar a vosotros sin que hayáis alcanzado esa madurez espiritual que requiere un “derramamiento del Espíritu”....

Debéis saber de lo que se trata cuando se os transmite la verdad de una manera inusual.... pero eso es solo parece inusual para vosotros, porque vosotros mismos no estáis lo suficientemente informados sobre el “derramamiento del Espíritu”, porque tampoco queréis reconocer el libro de los libros, que, sin embargo, “es la Escritura que da testimonio de Mí....” Aprended primero a comprender esta Escritura, y entonces también os será comprensible por qué Mi (la) pura Palabra de Dios es enviada a la tierra una y otra vez, por qué una y otra vez “el consolador guía a los hombres a la verdad....” Porque nada se mantiene tan pura como emanó de Dios porque está una y otra vez expuesta a la voluntad de personas todavía imperfectas.... Sin embargo, Dios sigue mandando Su Palabra a la tierra una y otra vez, para que se cumpla: “El cielo y la tierra pasarán, pero Mi Palabra permanecerá para siempre....”

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

“Cielo e Terra passeranno.... “

Non è nessuna arroganza spirituale nel difendere le Parole del Signore, perché queste rimangono sempre ed eternamente la pura Verità, quando non sono esposte a cambiamenti umani. E così Gesù ha insegnato sulla Terra e guidato agli uomini la Sua Parola. Egli ha annunciato loro il Vangelo dell’amore ed incaricato i Suoi discepoli di trattenere questa Sua Parola, per renderla sempre di nuovo accessibile all’umanità, perché è necessario, che gli uomini prendano conoscenza del Vangelo dell’amore, perché devono sapere della Volontà di Dio, del Suo Figlio inviato sulla Terra, per parlare agli uomini attraverso Lui. Questa Parola quindi può essere difesa e per conferma della Stessa, Gesù ha promessa a coloro (gli uomini) il Suo Spirito, che doveva guidare gli uomini (loro) sempre di nuovo nella Verità, quando Egli camminava sulla Terra. Attraverso la Promessa del Suo Spirito, attraverso l’assicurazione di ciò che lo Spirito guiderà voi uomini nella Verità, Egli ha però anche provveduto che la Sua Parola, la pura Verità, venga guidata agli uomini, perché non si conserva mai così pura, com’è proceduta da Gesù, perché gli uomini nella loro imperfezione deformeranno anche ciò che è perfetto, appunto, perché sono ancora imperfetti. Ma Egli ha detto: “Cielo e Terra passeranno, ma la Mia Parola rimane in tutta l’Eternità.” E da ciò risulta la necessità, che la pura Verità venga sempre di nuovo guidata alla Terra e che questa sarà sempre la stessa Verità, com’era stata insegnata sulla Terra da Gesù Stesso, e perciò la Sua Parola può sempre essere difesa. E così rimane solo da esaminare, se è la Sua Parola che difendete voi uomini, che credete di stare nel Servizio del Signore. E quindi vi potete sempre soltanto attenere alla Sua Parola, dovete prendere le Parole di Gesù come Pietra d’esame e vi potete attenere con buon diritto alla Scrittura che testimonia di Lui. Quindi, dapprima dovete sapere del “agire dello spirito nell’uomo”, per cui trovate la dimostrazione nella Scrittura: “Vi voglio mandare il Consolatore, lo Spirito della Verità, che vi guiderà in tutta la Verità e vi ricorderà tutto quello che Io vi ho detto.... “ Gesù Stesso ha dato questa Promessa come anche quella: “Io rimarrò con voi fino alla fine del mondo.... “ Quindi in ciò trovate anche la conferma, che il Suo Agire non era concluso con il Suo cammino terreno e che Egli parlerà costantemente agli uomini. Egli ha sempre di nuovo menzionato l’agire dello Spirito e se ora agli uomini viene guidata la Sua Parola dall’Alto, con ciò si adempiono solo quelle Promesse che sono contenute nella Scrittura, che indicano sempre soltanto, che il Padre parla sempre di nuovo ai figli Suoi che permettono “l’agire del Suo spirito” in sé. E la Verità della Parola che ora viene guidata agli uomini come “l’agire dello spirito”, può dunque anche essere difeso con ragione, perché non può fluire da nessun’altra Fonte che dall’Eterna Parola Stessa. E deve e coinciderà anche con il divino Vangelo che l’Uomo Gesù ha annunciato sulla Terra, il Quale aveva formato Sé Stesso in modo, che Dio ha preso dimora in Lui, il Quale Stesso E’ la Parola dall’Eternità, Che ora Si E’ manifestato attraverso Gesù ed ha istruito gli uomini in tutta la Verità. (28.03.1962) La Sua Parola santificata rimane sempre ed eternamente la Stessa. E perciò ogni cambiamento della Parola divina dev’essere descritto come deformazione umana ed allora non si può più parlare della $$pura$$ $$Parola$$ $$di$$ $$Dio$$. Perciò Gesù ha detto: “Vi voglio mandare il Consolatore, Che vi guiderà in $$tutta$$ $$la$$ $$Verità$$.... “, perché Egli sapeva che la Sua Parola sperimenterebbe sempre di nuovo un cambiamento attraverso la volontà umana, altrimenti gli uomini si muoverebbero sempre nella Verità. E l’apporto della pura Verità poteva di nuovo avvenire solo attraverso il Suo spirito, Dio Stesso doveva parlare agli uomini, l’Eterno Spirito Dio doveva parlare alla scintilla spirituale nell’uomo, per cui era però sempre necessaria la disponibilità dell’uomo oltre alle premesse, sotto le quali si poteva manifestare quindi lo spirito dell’uomo, che Dio Stesso quindi operava nell’uomo attraverso il Suo spirito. “E’ la Scrittura che testimonia di Me.... “ E quindi non potete rigettare la Scrittura come opera d’uomo, perché in questa è nascosta la più profonda Verità per l’uomo risvegliato, anche se attraverso la volontà d’uomo risultano sempre di nuovo cambiamenti, che però lo spirito risvegliato riconoscerà e correggerà secondo il senso. Gesù ha indicato “l’agire dello spirito”. Ma agli uomini è rimasto quasi sempre estraneo il procedimento, appunto perché mancavano le premesse per l’agire dello spirito nell’uomo, come anche al tempo di Gesù sulla Terra gli uomini erano nella più lontana distanza da Dio e non potevano percepire in sé la Voce di Dio, perché stavano ancora sotto il peso del peccato primordiale, che Gesù Cristo doveva dapprima estinguere, per mettere gli uomini di nuovo nello stato di cercare il collegamento interiore con lo Spirito del Padre dall’Eternità. E così lo spirito da Dio potrà manifestarsi sempre soltanto là, dove è attesa coscientemente questa manifestazione. Quindi, la Voce dello spirito non risuonerà mai in un uomo che non si prepara in nessun modo per sentire il Discorso di Dio, perché la Sua Voce non eserciterà mai una costrizione sulla volontà dell’uomo. Dio Stesso Si vuole bensì rivelare agli uomini e questo in ogni tempo, ma l’uomo stesso deve indurre le Sue Rivelazioni attraverso la sua libera volontà ed attraverso l’adempimento delle condizioni che sono allacciate all’udire la divina Parola. Ed ora deve ascoltare coscientemente nell’interiore. Allora può svolgersi “l’Effusione dello Spirito” che Gesù Stesso ha promesso, quando camminava sulla Terra. E così a voi uomini deve anche essere comprensibile l’apporto della pura Verità dall’Alto, non lo dovete descrivere come “comunicazioni dal Regno degli spiriti”. Perché vi possono giungere anche quelle, senza che avete raggiunto quella maturità spirituale, che “l’Effusione dello Spirito” richiede. Dovete sapere di che cosa si tratta, quando vi viene guidata la Verità in modo insolito, ma vi sembra insolito solamente, perché voi stessi siete istruiti troppo poco su “l’Effusione dello Spirito”, perché non volete nemmeno riconoscere il Libro dei libri, che però è “la Scrittura che testimonia di Me.... “ Imparate dapprima a comprendere la Scrittura e poi vi sarà anche comprensibile, perché viene sempre di nuovo guidata alla Terra la Mia pura Parola di Dio, perché sempre di nuovo “il Consolatore guiderà gli uomini nella Verità.... “ Perché non si conserva così pura, com’è proceduta da Dio, perché è sempre di nuovo esposta alla volontà degli uomini che sono ancora imperfetti. Ma Dio guiderà sempre di nuovo la Sua Parola sulla Terra, affinché si adempia: “Cielo e Terra passeranno, ma la Mia Parola rimarrà nell’Eternità.... “

Amen

Traductor
Traducido por: Ingrid Wunderlich