Cuando Yo pisé la Tierra como Hombre, el Espíritu de Dios en Mí estaba extremadamente activo porque conmigo traje el Amor a la Tierra - el que me colmó desde el Principio y que estaba dirigido únicamente a mi Padre desde la eternidad. De modo que a la hora de mi Nacimiento sucedieron cosas extraordinarias, las que vosotros los seres humanos de la época actual ya no queréis creer, pero las que a los hombres que se encontraban cerca de Mí les servían de pruebas de que Yo era el Mesías anunciado...
De modo que Yo, conmigo, también traje el Amor a la Tierra, pero tenía que privarme de la Luz porque los seres humanos no habrían podido soportar su Fuerza luminosa. Tenía que empezar a luchar contra todo lo espiritual inmaduro que vía mi cuerpo acosaba el Alma, porque Yo debía madurar como “Hombre” porque quería mostrar a los hombres el camino de la espiritualización - lo que únicamente el Amor es capaz de realizar.
De modo que Yo tenía que procurar a calmar todo lo inmaturo que me estaba acosando... mediante el Amor en Mí Yo debía procurar a influir en lo espiritual inmaturo para que se abstenga de sus apetencias... para que se subordinase a las exigencias del Alma y para que lo espiritual inmaturo aún durante el lapso de mi paso por la Tierra se espiritualizara y uniese con el Alma.
Esta lucha era nada de fácil, porque lo humano en Mí tenía los mismos deseos que exigían satisfacción como en el caso de todos los hombres - pues a pesar de mi Procedencia de lo Alto, Yo no estoy diferentemente concebido que vosotros, los hombres... El mundo con sus tentaciones me acosaba igual que a vosotros, sólo que mi Alma se apartaba de ello, porque por el Amor que moraba en Mí ella también reconoció los peligros que estas tentaciones mundanas suponían, y porque también estaba consciente de la Misión con la que Yo como Hombre Jesús tenía que cumplir.
Pero el cuerpo exigía lo suyo, por lo que frecuentemente mi lucha para hacer caso al Alma y para resistir firmemente a todas las tentaciones era extremadamente pesada. Pero el Amor en Mí me dio la Fuerza... el Amor en Mí me atrajo irresistiblemente al Padre, y el Padre no se me negó sino me colmó cada vez más y se hizo activo en Mí, en el Hombre Jesús...
Yo reconocí la desgracia en que se encontraba la humanidad que carecía de amor, y por eso también de fuerza para resistir a las mismas tentaciones... Yo sabía por qué los hombres carecían de amor pues estaban dominados por aquel que carece de todo amor. De modo que Yo intenté a inducir a los hombres que vivan en el amor... Yo les di el ejemplo de una Vida en el Amor y les enseñé continuamente... Yo les di los Mandamientos del amor a Dios y al prójimo... Yo procuraba hacerles comprender los resultados de una Vida en Amor, dándoles mi propio ejemplo...
Yo curaba enfermos y hacía milagros, lo que podía hacer porque hice que la Fuerza del Amor entrara en actividad, porque el Amor es Dios, de modo que Dios mismo actuó mediante Mí porque Él como Eterno Amor estaba en Mí...
Cuando descendí a la Tierra, los hombres carecían de amor. Pero Yo estaba colmado de Amor, porque en todo Amor Yo era muy devoto al Padre; pues cuando el gran ejército de espíritus de Creación primaria se había apostatado de Él, Yo me había quedado... leal a Él...
Mi Amor a Él era enorme, pues no lo renuncié al descender a la Tierra... Y todo mi modo de pasar por la Tierra fue una incesante Actividad en el Amor... de modo que también el cuerpo pronto se sometió a este Amor, que el Alma le atrajo y junto con el cuerpo se unió con el eterno Amor en Mí...
Pero sería erróneo pensar que por causa de la extraordinaria medida de Amor mi paso por la Tierra habría sido menos pesado, porque Yo me encontraba bajo la influencia de espíritus caídos que me acosaban enormemente - los que se enganchaban a Mí con la intención de arrastrarme hacia abajo.
Tampoco los debía sacudir porque mi Amor en Mí no me lo permitía, sino que debía apaciguarlos, pues en todo Amor debía estimularos que me dejasen en paz... y también les prometí que iba a ayudarles para volver de las profundidades a las Alturas. A pesar de mi gran Poder Yo no podía despachar estos espíritus caídos... por lo que tenía que sufrir mucho más de lo que los hombres os podéis imaginar. De modo que únicamente la gran Fuerza de Amor ha facilitado la realización de la Obra de Redención; pues de lo contrario Yo mismo me habría quedado víctima de los espíritus caídos - lo que nunca era posible porque el Amor –el Padre mismo– estaba en Mí...
Ahora vosotros los hombres debéis imitarme, pues también debéis empezar a luchar contra todo lo no-espiritual en y alrededor de vosotros - sólo que por vuestra propia fuerza no seríais capaces de esto porque aún no lleváis el Amor en vosotros, el que aumenta vuestra fuerza. Pero ahora podéis dirigiros a Mí y rogarme que os proporcione Fuerza, y creedme que esta os llegará como Gracia de la Obra de Redención... la que he conseguido para vosotros mediante mi Muerte en la cruz.
Pero sin Mí no hay manera para liberaros del poder del adversario... sin Mí vuestra voluntad es demasiado débil y carecéis de fuerza. Yo mismo tenía que sostener una Lucha muy dura contra mi adversario que quería impedir que Yo llegara a realizar la Obra de Redención. Pero Yo he sostenido la lucha mediante el Amor, y a vosotros os quiero ayudar, porque sois demasiado débiles. Vosotros vivís en un mundo totalmente no-espiritual, pues vivís en el mundo del espíritu caído, y es su príncipe que os mantiene cautivos.
Pero Yo os he liberado de su poder, de modo que vosotros podéis lograr lo mismo que Yo: salir victorioso de la lucha contra todas las apetencias mundanas, para que vuestro cuerpo se espiritualice al mismo tiempo que el alma... para que ambos se unen con el Padre de la eternidad. Pues ya no necesitaréis realizar esta obra solos, porque sólo hace falta que os dirijáis a Mí para que ahora también recibáis la Fuerza para ir el camino de regreso al Padre - del Cual os habíais alejado hace tiempos remotos.
Este suministro de Fuerza hace que en vosotros se encienda y arda el amor... hace que mediante este amor podáis arreglar todo lo no-espiritual en vosotros mismos y que podáis oponer resistencia a toda tentación... y hace que de esta manera os libere de vuestro adversario porque entonces seréis partidarios Míos, y os digo que Yo os liberaré del adversario...
Amén.
TraductorQuando scesi sulla Terra come Uomo, in Me era potentemente attivo lo Spirito di Dio, perché con Me ho portato l’Amore sulla Terra, che Mi colmava sin dall’inizio e che era soltanto per il Mio Padre dall’Eternità. E così avvenivano delle cose insolite durante la Mia Nascita che voi uomini del tempo attuale non volete più credere, che però davano agli uomini che erano intorno a Me una dimostrazione, che Io Ero il Messia annunciato. Quindi, ho portato con Me l’Amore sulla Terra, dovevo però rinunciare alla Luce, perché gli uomini non avrebbero potuto sopportare la Forza dello Splendore. E così dovevo quindi combattere contro tutto lo spirituale immaturo che attraverso il Mio Corpo opprimeva l’Anima, perché dovevo maturare come “Uomo”, perché volevo mostrare agli uomini la via alla spiritualizzazione, che soltanto l’amore poteva eseguire. E quindi dovevo cercare di addolcire tutto lo spirituale immaturo in Me che Mi opprimeva, dovevo cercare di agire su questo spirituale attraverso l’Amore, affinché cessasse nel suo desiderio, affinché si subordinasse al desiderio dell’Anima, che quindi si spiritualizzasse ancora nel tempo del Mio Cammino terreno e si unisse con l’Anima. Questa Lotta non era davvero facile, perché l’Umano in Me aveva le stesse bramosie, lo stesso desiderio per l’esaudimento, come era il caso in tutti gli uomini. Malgrado la Mia Origine dall’Alto non Ero costituito diversamente come lo siete voi uomini. Il mondo mi affascinava con le sue seduzioni proprio come voi, soltanto la Mia Anima ne prendeva le distanze, perché attraverso l’Amore che dimorava in Me riconoscevo anche quali pericoli offrivano queste seduzioni mondane, e perché sapevo anche della Mia Missione, che avevo da adempiere come “Uomo Gesù”. Ma il Corpo pretendeva il suo e perciò la Mia Lotta era sovente oltremodo difficile nell’assecondare il desiderio dell’Anima e per resistere fermamente a tutte le tentazioni. Ma “l’Amore” in Me Mi dava la Forza, l’Amore in Me Mi attirava irresistibilmente verso il Padre, e Lui non Mi Si negava, Egli Mi colmava sempre di più e diventava attivo in Me, nell’ “Uomo Gesù”. Riconoscevo in quale miseria era l’umanità, alla quale mancava l’amore e perciò era senza Forza per resistere alle stesse tentazioni. Io sapevo del perché gli uomini erano senza amore e che venivano dominati da colui il quale era totalmente privo di ogni amore. Quindi cercavo ad indurre gli uomini a vivere nell’amore. Vivevo per loro una vita d’amore d’esempio e li istruivo costantemente. Davo loro i Comandamenti dell’amore per Dio e per il prossimo. Cercavo di rendere loro comprensibile l’effetto di una vita d’amore e glielo dimostravo su Me Stesso. Guarivo degli ammalati ed operavo dei Miracoli, e lo potevo fare, perché ho lasciato diventare attiva la Forza dell’amore, perché l’Amore E’ Dio, e Dio Stesso agiva quindi attraverso Me, perché Era in Me come “l’Eterno Amore”. Agli uomini mancava l’amore quando discesi sulla Terra, ma colmava Me, perché Ero fedelmente dedito al Padre nell’Amore, Ero rimasto con Lui, quando l’esercito degli spiriti creati primordialmente era caduto da Lui. Il Mio Amore per Lui era ultragrande e non ne rinunciai quando discesi sulla Terra. E tutto il Mio Cammino della vita terrena era un ininterrotto Agire nell’Amore, in modo che anche presto il Corpo si sottopose a questo Amore, che l’Anima lo attirò a Sé e Si unì insieme al Corpo con l’Eterno Amore in Me. Ma sarebbe sbagliato dire, che per via dell’insolita misura d’Amore il Mio Cammino terreno sarebbe stato meno difficile, perché stavo sotto un’influenza insolitamente forte degli spiriti maligni che Mi opprimevano, che si attaccavano a Me e cercavano di attirarMi verso il basso, che però non dovevo nemmeno scuotere via da Me, perché l’ ”Amore” in Me non lo permetteva, ma li dovevo addolcire, che nell’Amore dovevo stimolarli di abbandonarMi, ai quali promettevo anche la Mia Assistenza, per giungere dall’abisso di nuovo in Alto. Grazie alla Mia Potenza che era grande in Me, non potevo scacciare questi spiriti maligni, e perciò dovevo soffrire molto di più di come è comprensibile per voi uomini, e soltanto la grande Forza d’Amore ha potuto compiere la Mia Opera di Redenzione, altrimenti Io Stesso Sarei diventato bottino degli spiriti maligni, cosa che però non era mai possibile, perché l’Amore, il Padre Stesso, Era in Me. Voi uomini ora Mi dovete seguire, anche voi dovete pure combattere contro tutto il non-spirituale in ed intorno a voi. Ma con la propria forza non ne sareste capaci, perché non avete ancora in voi l’amore, che accresce la vostra forza. Ma ora vi potete rivolgere a Me e chiederMi l’apporto di Forza, e vi giungerà davvero come Grazia dell’Opera di Redenzione, che ho conquistato per voi tramite la Mia morte sulla Croce. Senza di Me però non diventate liberi dal potere avverso, senza di Me la vostra volontà è troppo debole e vi manca la Forza. Io Stesso ho combattuto una dura lotta contro il Mio avversario, che voleva ostacolarMi a compiere l’Opera di Redenzione, ma ho superato la lotta attraverso l’Amore, e vi voglio aiutare, perché siete troppo deboli, perché vivete in un mondo totalmente despiritualizzato, vivete in un mondo dello spirito caduto e siete tenuti prigionieri del suo principe. Ma Io vi ho liberato dal suo potere, e quindi anche voi potete compiere la stessa cosa che ho compiuto Io, di uscire vittoriosi dalla lotta contro tutte le brame mondane, che il corpo si spiritualizzi contemporaneamente con l’anima, che si uniscano con il Padre dall’Eternità, perché non dovete più compiere quest’opera da soli, perché dovete solo venire a Me per ricevere anche la Forza per poter percorrere la via verso il Padre, dal Quale una volta siete proceduti. E quest’apporto di Forza significa, che in voi s’accende l’amore e divampa ad un massimo ardore, che attraverso l’amore portate tutto il non-spirituale in voi stessi nell’Ordine, che potete prestare resistenza contro ogni tentazione e con ciò vi liberate dal vostro avversario, perché allora state dalla Mia Parte, ed Io vi libero davvero da lui.
Amen
Traductor