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Dudas de los discípulos de Jesús después de su captura

Cuando me llevaron al lugar del suplicio los míos me abandonaron, porque como permití que me llevaran preso su fe en mi Divinidad, en mi Poder y Fuerza se desvaneció, y me consideraron por un hombre débil sumiso a los esbirros... Se trataba de la mayor prueba de fe impuesta a los míos, y ellos fallaron porque no había ni uno solo entre ellos que comprendió mi verdadera Misión y que tenía comprensión para los acontecimientos que inevitablemente tenían que sobrevenir si Yo quería llevar a cabo mi Misión. Pero esta severa prueba de fe era necesaria para que los míos –cuando después de mi Resurrección Yo les aparecí– tuviesen una fe tanto más profunda.

Ellos se encontraban todavía tanto bajo la impresión de mis Hechos milagrosos que no podían concebir que Yo me haya entregado a mis enemigos sin la menor resistencia... pues no podían concebir que Yo no me haya servido de mi Fuerza y mi Poder, por lo que empezaron realmente a dudar en Mí - lo que de ninguna manera tenía que ser un estado permanente...

Pero Yo quería que pronto experimentasen un fortalecimiento de su fe, porque quería que no tuvieran que quedar mucho tiempo en este estado de incertidumbre que les había causado una gran miseria anímica... Por eso Yo les tenía Compasión en su desgracia. Pues necesitaban un fortalecimiento extraordinario, lo que sólo era posible si Yo volviera a aparecerles y, personalmente, les trajera el consuelo y la fuerza de los que precisaban. Así de débiles son los seres humanos cuando todavía se encuentran en el poder del adversario...

Mis discípulos estaban colmados de experiencias porque siempre habían estado cerca de Mí... por lo que habían experimentado tantas pruebas de mi Divinidad que verdaderamente ya no deberían haber tenido dudas... Pero aun así habían fallado porque hasta mi Presentación –que les trajo Luz en abundancia y los liberó definitivamente de las trabas de mi adversario– aún no estaban completamente liberados del adversario que aún quería aprovechar para sí de los últimos rastros de falta de fe de los míos, atemorizándolos el máximo posible... Pero mi Presentación los liberó del todo de él... Yo había vencido la muerte, de modo que después de mi Resurrección también a los míos les podía dar la plena Vida.

La fe débil de cada ser humano es una señal que mi adversario todavía interviene, por lo que hace falta que Yo me acerque a cada uno que todavía tiene una fe floja. Por eso vosotros todos deberíais abrirme la puerta de vuestro corazón para que Yo pueda entrar cuando vuestra alma se encuentra en apuros y cuando necesitáis consuelo y fortificación.

Por eso dirigid vuestra mirada siempre hacia la cruz... dirigidla hacia Mí, vuestro Redentor Jesucristo, y abridme de esta manera la puerta a vosotros; y así recibiréis verdaderamente consuelo y fortificación. Porque a todos vosotros que todavía sois débiles y que tenéis dudas, voy a fortalecer vuestra fe que soy el mejor Padre y el más bueno - El que quiere arrebataros de las manos del adversario –parecido como Yo me presenté a los discípulos– para fortalecer vuestro cuerpo y vuestra alma... para fortalecer vuestra fe en mi Poder, en mi Fuerza y en mi Magnificencia que nunca perecerán en todas eternidades.

Amén.

Traductor
Traducido por: Ion Chincea

Zweifel der Jünger Jesu nach der Festnahme....

Als Ich zur Richtstätte geführt wurde, verließen Mich die Meinen, denn da Ich Mich gefangennehmen ließ, war in ihnen der Glaube an Meine Göttlichkeit, an Meine Macht und Stärke, geschwunden, und sie betrachteten Mich als einen schwachen Menschen, über den die Schergen Gewalt hatten.... Es war dies die stärkste Glaubensprobe, die den Meinen auferlegt wurde, und sie versagten, denn nicht einer war unter ihnen, der Meine eigentliche Mission recht erkannte und Verständnis hatte für die Vorgänge, die notgedrungen folgen mußten, wollte Ich Meine Mission zu Ende führen. Aber diese schwere Erprobung mußte sein, auf daß die Meinen danach desto fester glaubten, als Ich ihnen erschien nach Meiner Auferstehung. Sie standen noch so unter dem Banne Meiner Wundertaten, daß sie es nicht zu fassen vermochten, daß Ich Mich willenlos und widerstandslos in die Hände Meiner Feinde gab; sie konnten es nicht begreifen, daß Ich nicht Gebrauch machte von Meiner Kraft und Macht, und sie begannen daher ernstlich zu zweifeln an Mir, wenngleich dies kein Dauerzustand zu sein brauchte. Aber Ich wollte, daß sie bald wieder Kräftigung ihres Glaubens erfuhren; Ich wollte, daß sie nicht lange in diesem Zweifelszustand verbleiben sollten, der sie in großes seelisches Elend versetzt hatte und sie Mich daher dauerten in ihrer Not. Darum also mußten sie ungewöhnlich gestärkt werden, und das konnte nur geschehen, indem Ich ihnen wieder erschien und ihnen persönlich den Trost und die Stärke brachte, deren sie bedurften. So schwach also sind die Menschen, solange sie sich noch in der Gewalt Meines Gegners befinden, denn Meine Jünger waren voll der Erkenntnisse, sie waren immer in Meiner Gegenwart gewesen und hatten so viele Beweise Meiner Göttlichkeit erlebt, daß sie wahrlich nicht mehr hätten zweifeln dürfen.... Und dennoch versagten sie, weil sie noch nicht gänzlich erlöst waren bis zu Meinem Erscheinen, das ihnen nun des Lichtes in Fülle brachte und sie endgültig befreite aus der Fessel Meines Gegners, der ihren letzten Unglauben noch für sich auszunützen suchte und die Meinen in große Ängste versetzte.... Doch Mein Erscheinen befreite sie endgültig von ihm.... Ich hatte gesiegt über den Tod und konnte also auch den Meinen das volle Leben geben nach Meiner Auferstehung. Und so auch ist der schwache Glaube eines jeden Menschen ein Zeichen, daß Mein Gegner sich immer noch einschaltet, und es ist nötig, daß Ich zu einem jeden einzelnen komme, der noch schwachen Glaubens ist.... weshalb ihr alle Mir die Tür eures Herzens öffnen sollet, auf daß Ich eintreten kann, wenn ihr euch in Ängsten der Seele befindet und nötig Trost und Stärkung brauchet.... Richtet eure Blicke dann nur immer hin zum Kreuz, richtet sie hin zu Mir, eurem göttlichen Erlöser Jesus Christus, und öffnet Mir so die Tür zu euch, und ihr werdet wahrlich Trost und Stärkung empfangen, denn Ich will euch allen den Glauben stärken, die ihr noch schwach seid und zweifelt, daß Ich für euch der beste und gütigste Vater bin, Der euch den Händen des Gegners entreißen will, gleichwie Ich Meinen Jüngern erschienen bin, um auch euch zu stärken an Leib und Seele, um euren Glauben zu festigen an Meine Macht und Kraft und Herrlichkeit, die nie vergehen werden bis in alle Ewigkeit....

Amen

Traductor
This is an original publication by Bertha Dudde