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Trabajo obligatorio.... Solo se valoran obras de amor....

Solo lo que se realizó bajo voluntad libre tiene valor para la eternidad, si se trata de obras que se deben valorar como tareas de amor. El hombre no debe preguntar por un salario o venganza si realiza una obra por el bien del semejante, tampoco debe realizar un trabajo como obligatorio y pensar que se valora como un servicio que se hace bajo voluntad libre que va encima del trabajo obligatorio.... Dios solo puede valorar lo que se realiza con amor, y amor auténtico siempre es sin egoísmo y sin cálculo. Y tales obras tienen valor para la eternidad, porque tienen impacto para la eternidad, conllevan la maduración del alma que determina el grado de la bendición, y determinan el destino del alma después de la muerte corporal. La vida del hombre en la tierra está llena de exigencias y trabajos obligatorios, y están dispuestos a creer que estos son los objetos de su vida a cumplir, y no son conscientes que no se trata de la manera de su tarea en la tierra, sino del grado del amor con el cual están realizando lo que llena la vida del hombre. Por parte se determina por amor egoísta para poder obtener las exigencias del cuerpo, porque el hombre tiene obligaciones frente su cuerpo y por esto una parte egoísta está permitido por parte del Amor Eterno. Pero el amor egoísta no debe determinar todas las actividades de un hombre, sino solo el trabajo que se hace sin recompensa tiene un valor eterno, donde el empuje de querer ayudar y querer hacer feliz es el anhelo para poder obtener valores espirituales inmortales que trae riqueza al alma si se despide de la tierra. Cualquier trabajo que se hace por obligación puede ser lleno de bendición, si se realiza con gusto y desinteresado, y por esto cada tarea tiene que tener como base el amor si quiere ser beneficioso para el alma del hombre y su destino en la eternidad. Porque lo que se hace por la tierra desvanece con la muerte del cuerpo, el único beneficiario es aquella acción la cual se determinó por el amor egoísta. Por esto no da igual la manera de enfrentarse mentalmente con el trabajo.... Puede ser una “obligación” y conllevar ninguna bendición para el alma; pero también aquel trabajo obligatorio puede ser llenado con alegría y amor, puede servir conscientemente a sus semejantes y hacerlo con gusto y alegría.... entonces ya no es solo un “trabajo obligatorio”, sino a la vez una tarea de amor, porque el empuje es su voluntad libre, y solo la voluntad libre determina si se rechaza el amor egoísta y se saca el amor altruista para llegar a un gran avance. Cada trabajo del hombre en la tierra puede servir para el propósito del servicio, si no se trabaja a propósito en nombre del adversario de Dios, es decir se ve claramente un efecto dañino para el hombre.... Entonces nunca se puede tener un efecto bendito para el actor que sirve tal función que tiene su empuje en el adversario de Dios. Y también esta acción tendrá un valor para la eternidad, pero de manera negativa.... también tendrá efecto en el alma del hombre, y el alma tendrá que sufrir por mucho tiempo, porque el empuje del hombre solo fueron razones egoístas para llevar a cabo aquel trabajo, y tiene que hacerse responsable de esto. Pero cada hombre puede sentir el empuje en su interior, llevando a cabo acciones de amor de manera desinteresada. Si no es posible durante el trabajo obligatorio se puede hacerlo adicional, y se beneficia aún más en su efecto, porque se convierte en una obligación “servicial”, porque únicamente la voluntad del hombre determina su dirección, y aquel que quiere actuar correctamente va a obtener una oportunidad de Dios a utilizar bien la voluntad: para “servir con amor”....

amén

Traductor
Traducido por: Bea Gato

Pflichtarbeit.... Nur Liebewerke werden gewertet....

Nur das hat Ewigkeitswert, was im freien Willen getätigt wurde, sowie es sich um Werke handelt, die als Liebewirken bewertet werden sollen. Es soll der Mensch nicht fragen um Lohn oder Vergeltung, wenn er ein Werk der Nächstenliebe verrichtet, er soll auch nicht nur eine Pflicht erfüllen und glauben, daß ein solcher Dienst ebenso gewertet wird wie eine Tat, die der freie Wille verrichtet, die über das Maß der Pflichterfüllung hinausgeht.... Es kann vor Gott nur das gewertet werden, was die Liebe vollbringt, und rechte Liebe ist immer selbstlos und ohne Berechnung. Und solche Werke also haben Ewigkeitswert, denn sie wirken sich aus für die Ewigkeit, sie tragen der Seele die Reife ein, die ihren Seligkeitsgrad bestimmt, und sie sind sonach bestimmend für das Los der Seele nach dem Tode des Leibes. Der Menschen Erdenleben aber ist zumeist ausgefüllt mit Anforderungen oder pflichtgemäßer Arbeit, das sie gern geneigt sind, zu glauben, damit ihren Erdenlebenszweck zu erfüllen, sich aber nicht dessen bewußt sind, daß es nicht um die Art ihres Wirkens geht auf Erden, sondern um den Liebegrad, in welchem alles verrichtet wird, was der Menschen Leben ausfüllt. Zwar gehört auch ein Teil Selbstliebe dazu, um den Ansprüchen des Körpers gerecht zu werden, weil der Mensch auch Pflichten seinem Körper gegenüber hat, also ihm auch ein Teil Selbstliebe zugebilligt worden ist von seiten der Ewigen Liebe. Dennoch darf nicht nur Ichliebe alles Tun und Lassen eines Menschen bestimmen, sondern nur die Arbeit hat einen Ewigkeitswert, die gänzlich ohne Berechnung ausgeführt worden ist, wo nur geben- und beglücken-wollende Liebe der Antrieb war, und die deshalb auch unvergängliche geistige Werte erringt, die der Seele Reichtum ist, wenn sie von der Erde scheidet. Jede Tätigkeit, die pflichtgemäß ausgeführt wird, kann zwar auch von Segen sein, wenn sie gern und selbstlos getan wird, weshalb eben jeder Arbeit Liebe zugrunde liegen muß, soll sie sich segensreich auswirken für des Menschen Seele und deren Los in der Ewigkeit. Denn was für die Erde getan wird, vergeht auch mit dem Tode des Leibes, der allein Nutznießer war jener Tätigkeit, die von der Ichliebe bestimmt wurde. Es ist darum nicht gleichgültig, wie sich der Mensch zu seiner irdischen Tätigkeit einstellt.... Er kann seine "Pflicht" tun und hat doch keinen Segen für seine Seele gewonnen; er kann aber auch jede Pflichtarbeit mit innerer Freude und Liebe erfüllen, er kann bewußt dadurch dienen seinem Mitmenschen und dies gern und freudig tun.... dann ist es nicht nur "Pflichtarbeit", sondern gleichzeitig Liebewirken, denn der Antrieb entspringt seinem freien Willen, und der freie Wille allein bestimmt, ob die Ichliebe zurückgedrängt wird und die uneigennützige Liebe zum Durchbruch kommt. Jede Arbeit des Menschen auf Erden kann ihren dienenden Zweck erfüllen, wenn nicht bewußt im Auftrag des Gegners von Gott gearbeitet wird, d.h. eine die Menschen schädigende Wirkung ganz klar zu erkennen ist.... Dann kann niemals ein Segen auf dem Ausführenden ruhen, der sich einer solchen Tätigkeit hingibt, die offensichtlich auf Antrieb des Gegners von Gott erfolgt. Und diese Tätigkeit wird zwar auch einen Ewigkeitswert haben, aber in negativer Weise.... auch sie wird sich an der Seele des Menschen auswirken, und die Seele wird endlos lange Zeit wieder zu leiden haben, denn es haben den Menschen nur selbstische Gründe dazu bewogen, sich jener Tätigkeit hinzugeben, und er muß sich dafür verantworten. Aber es kann jeder Mensch den Trieb in sich fühlen, uneigennützige Liebewerke zu verrichten. Und ist es ihm nicht im Rahmen seiner Pflichterfüllung möglich, dann kann er es zusätzlich tun, und es wird sich dies ganz besonders segensreich auswirken, indem er bald auch zu "dienender" Pflichterfüllung wird zugelassen werden, denn des Menschen Wille bestimmt allein seine Richtung, und dem Recht-Wollenden wird auch von seiten Gottes Gelegenheit geboten werden, den Willen recht zu gebrauchen: zum "Dienen in Liebe"....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde