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Pruebas de la existencia de Jesús en la Tierra

Cada hombre tiene la posibilidad de llegar a saber el secreto de la Encarnación de Dios... y entonces cada hombre también tendrá una prueba de la Existencia de Jesús - El que ahora como Hijo de Dios y Redentor del mundo le resulta manifiesto, de modo que ya no hacen falta más pruebas. Y el que una vez ha comprendido la Encarnación de Dios, él también sabe que y por qué hace falta la fe... que no hacen falta pruebas pues estas son más bien perjudiciales para el proceso de desarrollo del alma - por el cual el hombre pasa por la Tierra...

Que Dios mismo se haya encarnado en Jesucristo, en el Hombre Jesús, esto es y sigue siendo no digno de confianza para los hombres que no tienen la menor relación espiritual - a los que toda aspiración espiritual es algo extraño. Pues por aspiración espiritual se entiende el proceso de desarrollo del alma - la que no obtuvo la vida terrenal por ser una finalidad en sí, sino por ser el medio para una finalidad.

De modo que aquel que no aspira espiritualmente tampoco llegará a ser “despierto”, es decir, su modo de pensar será más bien supeditado al yerro que a la Verdad; de modo que aceptará más bien el error que la Verdad dado que la pura Verdad le parecerá inaceptable...precisamente porque su espíritu todavía está ensombrecido - lo que no se refiere a la razón sino a la Chispa divina en el hombre. Tal hombre no aceptará causas puramente espirituales, y por eso la Encarnación de Dios como “efecto” de tal “causa espiritual” le resultará incomprensible. Pero la Encarnación de Dios tuvo lugar... Dios mismo se encarnó en un hombre - en el Hombre Jesús, el Hijo de María, El que fue engendrado por el Espíritu de Dios.

Nada debía obligar a los hombres a la fe. Por eso también el Nacimiento de Jesús era sometido a leyes humanos, pero no la generación... Los hombres no se atreverían a poner esto en duda si fueran bien conscientes de que todos los seres criados y el conjunto de toda Obra de Creación han surgido de la Fuerza de Dios, de modo que para esta Fuerza realmente es posible hacer que un ser humano surja de la Voluntad de Dios.

Pero también este Nacimiento tiene sus motivos espirituales, fáciles a comprender para un ser espiritualmente despierto. Pero el hombre debe ser consciente de que toda la Obra de Creación tenía causas espirituales que, como base, tenían la libre voluntad de seres espirituales primarios creados - una libre voluntad que también en la existencia del hombre desempeña un papel que es muy importante... es decir, en la existencia del espíritu primario creado en aquellos tiempos remotos... lo que también explica por qué para la existencia del Hombre Jesús casi no se encuentra pruebas.

Pues no debe haber coerción alguna que obliga al hombre tomar posición en favor o en contra de Jesucristo, el Redentor divino. Tiene que ser una voluntad completamente libre la que determina la actitud ante Él porque únicamente de esto depende la recuperación espiritual del hombre tal como había sido creado como ser primario - por lo que el hombre pasa por la Tierra.

Todo para lo que haya pruebas obliga a una decisión. Pero si se quiere recuperar la perfección que el ser primario había tenido en los tiempos primordiales –la que es objetivo y finalidad de toda la Obra de Creación– nadie debe ser obligado a tomar una decisión. De modo que antes de todo el hombre debe saber del principio primario y de la finalidad de lo que existe, pues debe saber el sentido y el propósito de la Creación y de todos los seres creados en ella.

Pero ahí se trata de un saber que no se puede sacar de libros, sino que debe ser transmitido por el Espíritu de Dios, El que en Sí es la eterna Verdad... sólo que esto requiere condiciones - condiciones con las que cada hombre podría cumplir, pero a lo que sólo una minoría de los hombres está dispuesta... Pero el Espíritu de Dios sólo puede manifestarse allí donde están establecidas las condiciones: una fe viva en Dios, que únicamente mediante el amor puede hacerse viva, y una petición consciente de la Verdad venidera de Dios - precisamente en la fe de recibir la Verdad de Él...

Y el hombre recibirá la Verdad... porque ahora el Espíritu de Dios entra en conexión con la divina Chispa espiritual en el hombre - la que es Parte de Dios. De modo que así el hombre será instruido por el Espíritu... El que no pueda o no quiera creer esto, nunca llegará a la Sabiduría - a la Luz de la comprensión; pero el que lo cree, a él se le descubrirán las más maravillosas Revelaciones, y reconocerá con toda claridad lo que a otros hombres queda inconcebible. Pues comprenderá las relaciones, y para él la Encarnación de Dios en Jesús resultará un problema milagrosamente solucionado, de modo que ya no precisa de pruebas y, sin embargo, penetra todo con más claridad de lo que el intelecto más agudo jamás sería capaz.

Entonces para un ánimo despierto no importa cuánto tiempo haya pasado entre el paso de Jesús por la Tierra y la actualidad, porque este camino de Jesús no fue una acción preparada para un género de seres humanos preciso, sino que estaba dirigido a todos los seres humanos del pasado, del presente y del futuro...

Todos los hombres sabrán de este paso de Jesús por la Tierra y, mientras tan sólo tengan su espíritu despierto, no necesitarán pruebas de la Existencia de Él. Pero sin que ellos tengan el espíritu despierto, también las pruebas más contundentes son inútiles para llegar a la maduración de su alma. Porque una “fe” que se establece a base de pruebas no es una fe que reconoce la libre voluntad - la que es lo único que vale.

Pero el intelecto del hombre tiene poco o nada que ver con lo de despertar el espíritu en los seres humanos, pues ahí se trata del resultado de una vida en amor... de una vida de amor al prójimo... de una vida altruista... Por eso la exploración de secretos profundos no es el privilegio de una gran actividad intelectual sino únicamente el privilegio de aquellos que cumplen con los Mandamientos de Dios - los que Jesús ha enseñado en la Tierra: “Ama a Dios sobre todo, y a tu prójimo como a ti mismo...”.

Al cumplir estos Mandamientos se produce la mayor y más cierta prueba de la Existencia de Jesús, porque entonces el Espíritu de Dios introduce a los seres humanos en toda Verdad y les da explicaciones sobre todas las relaciones espirituales - las que nunca podrá suministrar el mero intelecto del hombre.

Amén.

Traductor
Traducido por: Ion Chincea

Beweise für die Existenz Jesu auf Erden....

Jedem Menschen ist die Möglichkeit gegeben, hinter das Geheimnis der Menschwerdung Gottes zu kommen, und jeder Mensch wird dann auch einen Beweis haben von der Existenz Jesu, Der als Gottes Sohn und Erlöser der Welt ihm nun offenbar wird, so daß jeder weitere Beweis unnötig wird. Und wer einmal die Menschwerdung Gottes begriffen hat, der weiß es auch, daß und warum der Glaube gefordert wird, warum Beweise nicht förderlich, sondern eher nachteilig sind für den Entwicklungsgang der Seele, zwecks dessen der Mensch auf Erden wandelt. Daß Sich Gott Selbst in Jesus Christus, in dem Menschen Jesus, verkörpert hat, ist und bleibt unglaubwürdig für Menschen, die keinerlei geistige Bindung haben, denen geistiges Streben fremd ist.... Und unter "geistigem Streben" ist also der "Entwicklungs-prozeß der Seele" zu verstehen, die nicht als Selbstzweck das Erdenleben erhalten hat, sondern nur als Mittel zum Zweck. Wer also nicht geistig strebt, der ist auch nicht "erweckt", d.h., sein Denken ist eher dem Irrtum unterworfen als der Wahrheit, er wird eher Irrtum annehmen und als Wahrheit gelten lassen, und die reine Wahrheit wird ihm unannehmbar scheinen.... eben weil sein Geist noch verfinstert ist, worunter nicht der Verstand zu verstehen ist, sondern der Funke im Menschen, der göttliches Anteil ist. Dieser Mensch also wird keine rein geistigen Ursachen gelten lassen, und daher wird ihm die Menschwerdung Gottes als "Aus-wirkung" einer solchen geistigen "Ursache" unbegreiflich sein. Aber sie hat stattgefunden, Gott Selbst hat Sich in einem Menschen eingezeugt, und dieser Mensch war Jesus, der Sohn von Maria, Der aus dem Geist Gottes gezeugt war. Nichts durfte die Menschen zum Glauben zwingen, und darum war auch die Geburt, Jesu menschlichen Gesetzen unterworfen, nicht aber die Zeugung.... Dieses zu bezweifeln dürften sich die Menschen nicht anmaßen, wenn sie sich überlegen, daß alles Geschöpfliche sowie das gesamte Schöpfungswerk aus der Kraft Gottes hervorgegangen ist, es also für diese Kraft wahrlich möglich ist, ein menschliches Wesen aus Seinem Willen erstehen zu lassen. Es hatte aber auch diese Geburt ohne Zeugung seine (ihre? = d. Hg.) geistigen Gründe, die einem erweckten Geist überaus leicht verständlich sind. Doch es muß der Mensch wissen, daß das gesamte Schöpfungswerk geistige Ursachen hatte, denen der freie Wille urgeschaffener Geistwesen zugrunde lag, und dieser freie Wille auch im Dasein des Menschen.... des einstmals geschaffenen Urgeistes.... eine Rolle spielt, die bedeutsam und auch Erklärung ist dafür, daß für die Existenz des Menschen Jesus sich keine oder nur wenige Beweise finden lassen. Denn es darf keinerlei Zwang den Menschen veranlassen, sich positiv oder negativ einzustellen zu Jesus Christus, dem göttlichen Erlöser. Es muß völlige Willensfreiheit die Einstellung zu Ihm bestimmen, weil davon allein die geistige Rückgestaltung des Menschen zu dem urgeschaffenen Wesen abhängig ist, zwecks derer der Mensch auf Erden wandelt. Was sich beweisen läßt, zwingt zu einem Entscheid.... Kein Mensch darf gezwungen werden zu einem Entscheid, soll die einstige Vollkommenheit des Urwesens wiedererreicht werden, die Zweck und Ziel des gesamten Schöpfungswerkes ist. Es muß also der Mensch zuvor wissen um Uranfang und Ziel alles dessen, was ist, um Sinn und Zweck der Schöpfung und alle geschöpflichen Wesen darin. Doch er wird dieses Wissen nie und nimmer aus Büchern schöpfen können, sondern es muß ihm durch den Geist Gottes, Der in Sich die Ewige Wahrheit ist, vermittelt werden. Aber dies erfordert Bedingungen, die wohl jeder Mensch erfüllen kann, aber nur die wenigsten Menschen erfüllen wollen.... Der Geist Gottes kann sich aber nur dort äußern, wo diese Voraussetzungen gegeben sind: ein lebendiger Glaube an Gott, der nur durch die Liebe lebendig werden kann, und ein bewußtes Anfordern der Wahrheit aus Gott, eben im Glauben, von Ihm die Wahrheit vermittelt zu bekommen.... Und sie wird dem Menschen werden, denn nun tritt der Geist Gottes mit dem Geistesfunken im Menschen, der Sein Anteil ist, in Verbindung, und es wird der Mensch belehret durch den Geist.... Wer solches nicht glauben kann oder will, der wird niemals zur Weisheit, zum Licht der Erkenntnis, gelangen.... Wer es aber glaubt, dem werden sich die herrlichsten Offenbarungen enthüllen, er wird hell und klar erkennen, was anderen Menschen unbegreiflich ist, er wird die Zusammenhänge fassen können, und ihm wird die Menschwerdung Gottes in Jesus ein so wunderbar gelöstes Problem sein, so daß er keinerlei Beweise mehr bedarf und doch klarer durch alles hindurchzuschauen vermag, wie es der schärfste Verstand je zuwege bringen könnte. Für einen geweckten Geist aber spielt es dann keine Rolle, welche Zeiträume liegen zwischen dem Wandel Jesu auf Erden und der Gegenwart, denn dieser Wandel Jesu war kein Akt, für einen bestimmten Kreis Menschen berechnet, sondern er galt allen Menschen der Vergangenheit, der Gegenwart und der Zukunft.... Alle Menschen werden erfahren von diesem Wandel Jesu, aber keines Beweises Seiner Existenz bedürfen, sowie nur ihr Geist erweckt ist, doch ohne Erweckung des Geistes wären auch die schärfsten Beweise nutzlos für die Erlangung der Seelenreife, denn ein Glaube, hervorgehend aus Beweisen, ist kein Glaube, der den freien Willen respektiert und der allein gewertet wird. Der Verstand des Menschen aber hat nichts oder wenig nur mit der Erweckung des Geistes im Menschen zu tun.... Letztere ist Folge eines Liebelebens, eines Lebens in uneigennütziger Nächstenliebe, weshalb Erforschung tiefster Geheimnisse nicht das Privileg reger Verstandestätigkeit, sondern allein das Vorrecht derer ist, die die Gebote Gottes halten, die der Mensch Jesus gelehrt hat auf Erden: "Liebe Gott über alles und deinen Nächsten wie dich selbst...." Die Auswirkung der Erfüllung dieser Gebote ist der sicherste und klarste Beweis der Existenz Jesu, denn dann leitet der Geist aus Gott den Menschen in alle Wahrheit, und er gibt ihm auch Aufschluß über alle geistigen Zusammenhänge, die niemals der Verstand des Menschen allein wird geben können....

Amen

Traductor
This is an original publication by Bertha Dudde