Quien se ha propuesto recorrer su camino terrenal de acuerdo con la voluntad de Dios, puede estar siempre seguro del apoyo divino, porque Dios sólo le ha permitido encarnarse con este fin, para que su voluntad se ajuste a la Voluntad Divina. Y como sólo la voluntad del ser humano decide durante este tiempo en la tierra, esta misma voluntad ya ha pasado la prueba y Dios puede ahora aceptar y dirigir al ser humano en todos los sentidos sin ejercer presión de voluntad sobre él. Mientras el propio ser humano siga indeciso o incluso siga perteneciendo al adversario de Dios, Dios y los seres de luz lucharán ciertamente por la voluntad del ser humano, es decir, será influenciado por Él tanto como por el adversario para que decida libremente.... Pero una vez que el ser humano ha decidido libremente subordinarse a la voluntad de Dios al estar dispuesto a vivir una forma de vida en el Orden Divino, entonces también ha entrado conscientemente en Su reino, y entonces Dios ya no le dejará ser presa de Su adversario. Pero la voluntad debe ser seria.... No es suficiente el cumplimiento aparente de la voluntad de Dios como resultado de una educación eclesiástica, tampoco es suficiente la realización de obras de amor que sólo son exigencias eclesiásticas y se realizan en obediencia a estas exigencias.... Debe ser el anhelo más íntimo de pertenecer a Dios, la devoción y entrega interior plenamente consciente a Él debe haber tenido lugar en el libre albedrío.... es decir, él mismo debe haber dirigido su voluntad hacia Él, a quien ha reconocido como Dios y Padre desde la eternidad. Y de esto se deduce que el retorno a Dios no es una acción de masas, que cada individuo tiene que iniciarlo de sí mismo y, por tanto, también tiene que hacer él mismo todo lo que es necesario para ello: reconocer y apreciar a Dios, y pedir la fuerza para poder gestionar el retorno a Él. Pero no dirigirá la petición a Dios en vano, porque Él sabe de su voluntad, de su seriedad y también de su debilidad, sabe que no es posible para él solo, que necesita ayuda. Pero la ayuda le es segura. Perdió la fuerza en el momento en que su voluntad se apartó de Dios, y la recibe de nuevo volviéndose a Él. Por lo tanto, ninguna formalidad externa puede ser suficiente, las palabras por sí solas no pueden garantizar la voluntad recta, vuelta hacia Dios, y la pertenencia a una denominación no puede probar este cambio de voluntad, sino que los hechos deben proporcionar la prueba, y esta misma consiste en trabajar desinteresadamente con amor, sin compulsión y sin mandamiento.... Aunque Dios haya dado a los hombres los mandamientos del amor, éste debe practicarse libremente, pues incluso lo que se hace en cumplimiento de un mandamiento puede realizarse sin la voluntad más íntima y entonces también pierde su valor. Por eso, el llegar a ser feliz, el retorno a Dios, es un asunto propio de cada persona que no puede transmitir a otros y que nadie puede realizar en su nombre. Y ni siquiera el hecho por sí solo es decisivo, sino la voluntad más íntima.... que es verdaderamente evidente para Dios, pero que también recibe todo apoyo. Y entonces lo que les ocurra a los humanos en la vida es sólo la influencia de Dios o del mundo de la luz que vela por ustedes para que su voluntad tome la dirección correcta, para que se entreguen voluntariamente a Dios y consideren el retorno a Dios como su única meta. Pero una vez que se ha realizado este acto, una vez que los pensamientos más íntimos del ser humano se vuelven hacia Dios y se esfuerza por vivir en la tierra de acuerdo con la voluntad de Dios, entonces la vida terrenal tampoco habrá sido vivida en vano y ciertamente traerá la libertad al alma del ser humano. Puede librarse de su atormentador, puede quitarse los grilletes que lo mantuvieron cautivo durante tiempos interminables, ahora está en el camino de la ascensión y ya no necesita temer al adversario de Dios, que ya no tiene el control sobre él, porque Dios mismo ahora se apodera de él, Quien lo guía con seguridad hacia arriba, porque la voluntad del ser humano se volvió hacia Aquel de quien una vez se originó como espíritu primordial creado....
Amén
TraductorWer es sich zum Ziel gesetzt hat, seinen Erdenweg im Willen Gottes zurückzulegen, der kann auch ständig der Unterstützung von seiten Gottes gewiß sein, weil Gott ihn nur zu diesem Zweck sich verkörpern ließ, daß sein Wille sich dem göttlichen Willen angleiche. Und da in dieser Erdenzeit nur der Wille des Menschen entscheidet, hat ebendieser Wille schon die Probe bestanden, und Gott kann nun Sich des Menschen annehmen in jeder Weise, ohne also einen Willenszwang auf ihn auszuüben. Solange der Mensch selbst noch unentschieden oder gar dem Gegner Gottes noch angehörig ist, wird wohl von seiten Gottes und der Lichtwesen um den Willen des Menschen gekämpft, d.h., er wird ebenso von Ihm beeinflußt wie von seiten des Gegners, auf daß er sich frei entschließe.... Hat sich aber der Mensch einmal frei entschlossen, sich dem Willen Gottes unterzuordnen, indem er bereit ist, einen Lebenswandel zu führen in göttlicher Ordnung, dann ist er auch bewußt in Sein Bereich getreten, und dann lässet Gott ihn nicht mehr Seinem Gegner zum Opfer fallen. Aber es muß der Wille ernst sein.... Es genügt nicht die scheinbare Erfüllung von Gottes Willen als Resultat einer kirchlichen Erziehung, es genügt auch nicht das Verrichten von Liebewerken, die wieder nur kirchliche Anforderungen sind und gleichsam im Gehorsam diesen Forderungen gegenüber verrichtet werden.... Es muß das innerste Bestreben sein, Gott angehören zu wollen, es muß die innere vollbewußte Hingabe an Ihn erfolgt sein im freien Willen.... er muß also seinen Willen selbst gerichtet haben zu Dem, Den er als Gott und Vater von Ewigkeit erkannt hat. Und es geht daraus hervor, daß die Rückkehr zu Gott keine Massen-Aktion ist, daß jeder einzelne von sich aus sie angetreten haben muß und er also auch alles selbst tun muß, was dazu nötig ist: Gott erkennen und Ihn anerkennen und bitten um die Kraft, die Rückkehr zu Ihm bewältigen zu können. Aber er wird die Bitte nicht vergeblich zu Gott richten, denn Er weiß um seinen Willen, um seinen Ernst und auch um seine Schwäche, Er weiß es, daß es ihm allein nicht möglich ist, daß er der Hilfe bedarf.... Aber sie ist ihm sicher. Er verlor die Kraft mit dem Moment der Abkehr seines Willens von Gott, und er empfängt sie wieder mit der Zuwendung zu Ihm. Und darum kann auch keine äußere Form allein genügen, es können nicht Worte allein den rechten, Gott-zugewandten Willen garantieren, und es kann nicht die Zugehörigkeit zu einer Konfession jene Willenswandlung beweisen, sondern die Tat muß den Beweis erbringen, und diese besteht im Liebewirken in Uneigennützigkeit, ohne Zwang und ohne Gebot.... Zwar gab Gott den Menschen die Liebegebote, dennoch muß die Liebe frei geübt werden, denn auch das, was als Erfüllung eines Gebotes getan wird, kann ohne den innersten Willen vollbracht werden und verliert dann auch an Wert. Darum ist die Seligwerdung, die Rückkehr zu Gott, eines jeden Menschen eigenste Angelegenheit, die er nicht von sich abwälzen kann auf andere und die auch kein anderer in Vertretung für ihn leisten kann. Und auch die Tat allein ist nicht bestimmend, sondern der innerste Wille.... der Gott wahrlich ersichtlich ist, der aber auch jegliche Unterstützung erfährt. Und was nun euch Menschen auch widerfährt im Leben, es ist alles nur Einfluß Gottes oder der Lichtwelt, die euch betreut, damit euer Wille die rechte Richtung einschlägt, daß er sich freiwillig Gott hingibt und er die Rückkehr zu Gott als sein einzigstes Ziel ansieht. Ist aber einmal dieser Akt vollzogen worden, ist des Menschen innerstes Denken Gott zugewandt und er bemüht, dem Willen Gottes gemäß zu leben auf Erden, dann ist auch das Erdenleben nicht vergeblich gelebt worden, und es bringt mit Sicherheit der Seele des Menschen die Freiheit. Sie kann sich lösen von ihrem Peiniger, sie kann die Fesseln abstreifen, die sie endlose Zeiten gefangenhielt, sie befindet sich nun auf dem Wege zur Höhe und braucht den Gegner Gottes nicht mehr zu fürchten, der keine Gewalt mehr über sie hat, weil Gott Selbst sie nun ergreift, Der sie sicher zur Höhe leitet, denn der Wille des Menschen wandte sich Ihm zu, von Dem er einst als geschaffener Urgeist ausgegangen ist....
Amen
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