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Transitoriedad.... Destrucción....

Todo lo terrenal es transitorio.... No hay ser humano que no sepa esto y, sin embargo, sólo hay unos pocos que lo toman en serio y no anhelan los bienes terrenales, sólo unos pocos anhelan lo imperecedero.... La mayoría, sin embargo, emplea todas sus fuerzas en adquirir bienes terrenales, a pesar de conocer su transitoriedad. Y esto justifica la pregunta de cómo se les podría arrebatar su deseo por ellos sin restringir el libre albedrío....

El conocimiento acerca de la transitoriedad por sí solo no basta mientras el ser humano sólo pueda disfrutar de sus posesiones durante toda su vida. Y la única manera de recordarle repetidamente esta transitoriedad es perdiendo su propia propiedad por intervención humana o por manifestaciones de la naturaleza. Sólo cuando el ser humano reconoce la inutilidad de sus esfuerzos, sólo cuando comprende que él mismo no tiene poder para asegurar sus posesiones, su afán puede cambiar lentamente y orientarse hacia otros objetivos.... Pero algunos seres humanos necesitan mucho tiempo para llegar a esta cognición, hasta que se cansan de perseguir posesiones terrenales y desperdician, por así decirlo, el precioso tiempo en la Tierra que deberían dedicar a adquirir bienes espirituales.

Y es por eso que las destrucciones de todo tipo son, en cierto sentido, una bendición, porque lo seres humanos pierden sus posesiones materiales y se les recuerda repetidamente la transitoriedad de las cosas terrenales. Incluso los accidentes o desastres naturales más graves pueden traer a los humanos un inmenso beneficio espiritual, pues Dios les ayuda, aunque sea doloroso, a separarse de lo que les ata a la Tierra, para que puedan encontrar más fácilmente su camino hacia las alturas.

Una y otra vez, Dios muestra a los humanos de manera clara e equivoca que no tiene sentido esforzarse por los bienes espirituales y señala a los humanos que se fijen en un objetivo espiritual.... Una y otra vez, Él permite que se lleven a cabo obras de destrucción por medio de la voluntad humana que dañan a los semejantes, así como Él Mismo interviene directamente y les quita a los humanos lo que aprecian.... siempre con el único propósito de dirigir todos sus esfuerzos hacia aquello que perdurará y los seguirá hasta la eternidad.

Mientras que el ser humano no se preocupe de ello que está malgastando su fuerza.... mientras solo preste atención a las cosas materiales, seguirá persiguiendo objetivos muertos, su vida terrenal será inútil y completamente infructuosa para su alma.... Y por eso, la decadencia de lo terrenal se hará cada vez más más evidente, acontecimientos cada vez más dolorosos conmocionarán a los humanos, y las destrucciones de las serán victimas las vidas humanas o las posesiones terrenales serán cada vez más masivas. Y el propósito final de esto es señalar a los humanos a la transitoriedad.... para que reflexionen y se esfuercen por adquirir bienes imperecederos que jamás les podrán ser arrebatados.... Porque es el tiempo del fin, cuando nada permanecerá como está, cuando solo se valorarán los bienes imperecederos que todo ser humano aún puede adquirir....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Vergänglichkeit.... Zerstörungen....

Alles Irdische ist vergänglich.... Es gibt keinen Menschen, der dieses nicht wüßte, und dennoch gibt es nur wenige Menschen, die diese Tatsache beherzigen und irdische Güter nicht anstreben, es gibt nur wenige Menschen, die nach dem Unvergänglichen trachten.... die Mehrzahl aber setzt alle Kraft ein, um nur in den Besitz irdischer Güter zu gelangen trotz des Wissens um ihre Vergänglichkeit. Und es berechtigt das zu der Frage, wie diesen wohl das Verlangen danach genommen werden könnte, ohne den freien Willen zu beschneiden.... Das Wissen um die Vergänglichkeit allein genügt nicht, solange der Mensch für die Zeit seines Lebens nur sich seines Besitzes erfreuen kann. Und es besteht nur die Möglichkeit, ihm immer wieder die Vergänglichkeit vor Augen zu führen, indem er seines eigenen Besitzes verlustig geht durch Einwirken menschlicherseits oder durch Äußerung in der Natur. Erst wenn der Mensch das Hoffnungslose seines Bemühens erkennt, erst wenn er erkennt, daß er selbst es nicht in der Macht hat, sich seinen Besitz zu sichern, kann sein Streben sich langsam wandeln und anderen Zielen zuwenden.... Doch manche Menschen brauchen zu dieser Erkenntnis sehr lange Zeit, bis sie müde werden des Jagens nach irdischem Besitz, und sie vergeuden gleichsam die kostbare Erdenlebenszeit, die sie nützen sollten zum Erwerben geistiger Güter. Und darum sind auch Zerstörungen aller Arten in gewissem Sinne ein Segen, weil Menschen dadurch ihren materiellen Besitz verlieren und immer wieder auf die Vergänglichkeit des Irdischen hingewiesen werden, und die schwersten Unglücksfälle oder Naturkatastrophen können einen übergroßen geistigen Vorteil den Menschen eintragen, denn Gott hilft ihnen, wenn auch in schmerzlicher Weise, sich von dem zu trennen, was sie an die Erde kettet, auf daß sie leichter den Weg finden nach oben.... Immer wieder zeigt Gott es den Menschen offensichtlich und unmißverständlich, daß es unsinnig ist, nach irdischen Gütern zu streben, und er weiset sie hin, sich ein geistiges Ziel zu setzen.... Er lässet immer wieder zu, daß durch menschlichen Willen Zerstörungswerke ausgeführt werden, wodurch die Mitmenschen zum Schaden kommen, wie er selbst auch unmittelbar eingreift und den Menschen nimmt, woran ihr Herz hängt.... immer nur zu dem Zweck, daß sie ihr ganzes Streben darauf richten sollen, was bestehenbleibt und ihnen nachfolgt in die Ewigkeit. Solange der Mensch sich damit nicht auseinandersetzt, daß er seine Kraft falsch verwertet.... solange er dem Irdisch-Materiellen nur Beachtung schenkt, so lange jagt er toten Zielen nach, so lange ist sein Erdenleben ein Leerlauf und ganz erfolglos für seine Seele.... Und darum wird der Verfall des Irdischen immer deutlicher zutage treten, immer schmerzvollere Ereignisse werden die Menschen aufschrecken und immer gewaltiger die Zerstörungen sein, denen Menschenleben und irdischer Besitz zum Opfer fallen, und es ist letzter Zweck dessen, daß die Menschen hingewiesen werden auf die Vergänglichkeit.... damit sie sich besinnen und danach trachten, sich unvergängliche Güter zu erwerben, die ihnen nimmermehr genommen werden können.... Denn es ist die Zeit des Endes, wo nichts bleiben wird, wie es ist, wo nur die Güter gewertet werden, die unvergänglich sind und die jeder Mensch sich noch erwerben kann....

Amen

Traductor
This is an original publication by Bertha Dudde