En Mi nombre debéis pedir al Padre para que vuestras oraciones sean respondidas....
Estas fueron mis palabras que dije a los hombres cuando caminé sobre la tierra.... ¿Cómo deben entenderse estas palabras para ser atendidas por vosotros?....
Yo he enseñado y vivido en la tierra como el hombre Jesús, Que estaba tan íntimamente unido con el Padre que había entrado plenamente en Su voluntad, de modo que el Padre Mismo habló por Él, que guio Sus pensamientos y acciones, que Él solo realizó lo que fue la santísima voluntad del Padre.... Pero Él también pudiera pronunciar las palabras: Lo que Le preguntarais al Padre en Mi nombre, Él os lo dará.... Porque no era el hombre Jesús que habló, sino el Padre, que estaba en Él....
Ningún ser puede mirarme a Mí Mismo, porque soy un espíritu/mente, que es incomprensible para toda esencia de ser que surgió de Mí, el espíritu/la mente del Padre. Porque quien quiera verme, tendría que absorber todo el universo, el mundo espiritual/mental y el mundo material.... Por lo tanto, tendría que ser más grande que Yo para poder captarme en Mi infinidad y en Mi insuperable abundancia de luz y fuerza. Esto no es posible para ningún ser creado por Mí, ya que es una irradiación de Mí Mismo, una chispa de luz que nunca podría imaginarse la luz eterna, la fuente de origen de toda fuerza, como algo limitado, algo visible para él.
Pero la luz eterna y la fuente original de todo poder podría hacer que una forma sea útil y manifestarse en esta forma, para ahora ser visible para la esencia de ser que deseaba verlo.... Y esta manifestación tuvo lugar en el hombre Jesús, Quien cumplió las condiciones necesarias.... Entonces Mi Mente eternamente insondable se encarnó en Él, y así Me convertí en humano.... Jesús se convirtió en Dios.... Porque solo la forma externa era humana, pero lo que llenó está forma era Dios.... Entonces si ahora estáis llamando a Dios, cuando llamáis a Jesús.... Entended bien, si le pidáis algo al Padre en Mí nombre.... Entonces llamáis a Dios en Jesús.... entonces Me reconocéis a Mi Mismo o incluso.... Vosotros reconocéis a Jesucristo, creéis en Mi encarnación en Él y os confeséis a Mí, porque os confeséis a Jesucristo....
Mi nombre se ha convertido para vosotros en el nombre de vuestro Dios, y ahora también podéis esperar en la fe más plena que vuestra oración sea escuchada, porque Yo os he asegurado que no rezarais en vano cuando llamáis al Padre en Mí, en Jesucristo....
Como hombre Jesús sabia de cómo lograr Mí objetivo, Yo supe de Mí misión, cuya culminación fue la deificación completa, para que el amor eterno Mismo pudiera permanecer en Mí.... Sabia de la fusión completa de Mi cuerpo y Mi alma con el espíritu/ la mente de amor de la eternidad.... Por lo tanto, pude daros esta afirmación incluso en la tierra, que vais a ser escuchados, si vuestras oraciones están dirigidas en Mi nombre al amor eterno, porque con eso declaráis que creéis en Mí, que Yo os he redimido como Jesucristo de la muerte eterna.... Y no dejaré que vuestra fe sea dañada....
Amén
TraductorNel Mio Nome dovete chiedere il Padre, affinché la vostra richiesta trovi l’Esaudimento. Queste erano le Mie Parole che ho detto agli uomini quando camminavo ancora sulla Terra. Come sono da intendere ora queste Parole, per poter essere prese a cuore da voi. Ho insegnato sulla Terra ed ho vissuto come l’Uomo Gesù, il Quale stava in così intimo contatto con il Padre, che Era entrato totalmente nella Sua Volontà, che quindi il Padre Stesso parlava tramite Lui, che Egli guidava il Suo pensare ed agire, che eseguiva soltanto ciò che era la santissima Volontà del Padre. Quindi poteva pronunciare anche le Parole: Quello che chiedete al Padre nel Mio Nome, Egli ve lo darà, perché non parlava l’Uomo Gesù, ma al Padre Che Era in Lui. Nessun essere poteva vedere Me Stesso, perché Io Sono Spirito, il quale E’ incomprensibile per tutto l’essenziale, che era proceduto da Me, lo Spirito del Padre, perché chi Mi vuole vedere, dovrebbe accogliere in sé l’intero Universo, il mondo spirituale e materiale dovrebbe quindi essere più grande di Me, per poter afferrarMi nella Mia Infinità, nella Mia insuperabile Pienezza di Luce e Forza. A nessun essere da Me creato questo è possibile, dato che è un’Irradiazione di Me Stesso, una scintilla di Luce, che non sarebbe mai capace di immaginarsi l’eterna Luce, la Fonte Ur di tutta la forza come qualcosa di limitato, per lui contemplabile. Ma l’Eterna Luce e la Fonte Ur di tutta la Forza poteva renderSi servibile una Forma e manifestarSi in questa forma, per Essere ora contemplabile per l’essenziale che desiderava vederLa. E questa Manifestazione ha avuto luogo nell’Uomo Gesù, il Quale ne ha adempiuto le necessarie Condizioni. Il Mio Spirito eternamente insondabile Si E’ quindi incorporato in Lui, e così Io divenni Uomo, Gesù divenne Dio, perché solo la Forma esteriore era Uomo, ma ciò che colmava questa Forma Era Dio. Voi invocate quindi ora Dio quando invocate Gesù Cristo. Comprendetelo bene, quando chiedete qualcosa al Padre nel Mio Nome, quando invocate Dio in Gesù Cristo. Allora riconoscete Me Stesso oppure anche, riconoscete Gesù Cristo, credete nella Mia Divenuta Uomo in Lui, vi dichiarate per Me, perché vi dichiarate per Gesù Cristo. Il Mio Nome è diventato il Nome per il vostro Dio, ed ora potete anche sperare nella pienissima fede nell’Esaudimento della vostra preghiera, perché Io Stesso vi ho dato l’assicurazione, che non chiedete invano quando invocate il Padre in Me, in Gesù Cristo. Io sapevo, come l’Uomo Gesù, del Raggiungimento della Mia Meta, sapevo della Mia Missione, che la totale Divinizzazione era il suo Incoronamento, in modo che l’eterno Amore Stesso poteva prendere dimora in Me. Sapevo della totale fusione del Mio Corpo e della Mia Anima con lo Spirito d’amore dall’Eternità. Perciò vi potevo dare anche sulla Terra già questa assicurazione, che trovate l’esaudimento, quando le vostre preghiere sono rivolte all’eterno Amore nel Mio Nome, perché con ciò dichiarate, che credete in Me, che Io Stesso come Gesù Cristo vi ho redento dall’eterna morte, e non lascerò davvero andare in rovina la vostra fede.
Amen
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