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Primer ser creado:.... Portador de luz.... Apostasía de Dios....

Como seres humanos el intelecto de ustedes sólo puede captar la verdad más profunda hasta cierto punto, ya que las cosas espirituales puras sólo pueden ser explicadas espiritualmente, esta explicación es recibida por el espíritu en ustedes y ciertamente, a través del alma, también transmitida al intelecto, pero éste todavía está demasiado cargado terrenalmente y por lo tanto es incapaz de penetrar en el conocimiento espiritual tan profundamente como para que todo sea claro para él. Mi espíritu, sin embargo, se anuncia a través de la chispa espiritual que hay en ustedes, y quien tiene amor también capta el sentido de lo que le anuncio:

Mi voluntad de modelar creaciones era demasiado grande, Mi fuerza inagotable, y encontré Mi felicidad en la realización de Mis pensamientos y planes. Y esta dicha quería compartirse, Mi amor quería regalarse, quería que otro ser además de Mí disfrutara de lo que Me hacía indeciblemente feliz. Sentí que mi soledad era un defecto que podía remediar en cualquier momento en cuanto quisiera.... Y quise reencontrarme en un ser que debía estar lo más estrechamente unido a Mí, al que quise modelar como un espejo de Mí, como Mi imagen, para poder proporcionarle dichas ilimitadas y así también aumentar de nuevo Mi dicha. Quise crear un ser así y esta voluntad fue suficiente, pues Mi voluntad fue la Fuerza y siempre obró con amor y sabiduría.

El ser que surgió de Mí era, en efecto, Mi imagen, pero no podía verme porque, si hubiera podido verme, se habría acabado la beatitud, porque ningún ser podría soportar Mi visibilidad, ya que todo ser, incluso la imagen más perfecta de Mí mismo, sólo es siempre un producto de Mi fuerza de amor, mientras que Yo mismo Soy la fuerza del amor y eclipso, sobreirradio todo con una fuerza incomparable, pero por eso, no era visible para el ser que surgió de Mí. (Nota del Traductor: Ningún ser puede soportar esa visibilidad sin ser consumido por Su fuerza y abundancia de luz – BD 3398). Sin embargo, había creado un recipiente para Mí en este ser en el que podía fluir constantemente Mi fuerza de amor, un ser que, por lo tanto, también recibió Mi voluntad creativa, Mi fuerza, Mi sabiduría y Mi amor en abundancia de Mí a través de la constante afluencia de fuerza de Mí. Por lo tanto, ahora podía sentir la misma dicha, podía según su fuerza exteriorizar su voluntad, podía ser activo creativamente, para su felicidad, y así aumentar constantemente Mi dicha porque Mi fuerza permitía a este ser hacerlo, y Yo me complacía en su felicidad....

Y ahora innumerables seres idénticos surgieron de ese ser.... Todos eran hijos de Mi amor, en luz radiante, en la más alta perfección, pues sólo lo más perfecto podía surgir de la imagen que creé de Mí mismo y de Mi amor infinito, porque ambas nuestras voluntades eran las mismas, ambos amores se reflejaban en los seres creados, porque nada era imperfecto mientras Mi voluntad y Mi amor obraran a través de ese primer ser creado. Era un luminoso mundo de espíritus, había un gran número de espíritus originalmente creados.... la fuerza de Mí fluía sin restricciones hacia el ser que había elegido para ser el portador de la luz y la fuerza....

Y el mismo ser era dichoso.... Pero también quise aumentar esta dicha; quise que no estuviera atada a Mi voluntad, sino que fuera activa por su propia voluntad, que.... si el ser era y permanecía perfecto.... era mi voluntad. Porque el ser, al ser creado por Mí, era incapaz de cualquier otra voluntad. Pero quise que pudiera hacer lo que quisiera porque ésto era, de entrada, la característica de un ser divino, que el amor es tan poderoso en él que determina una voluntad igualmente dirigida hacia Mí. Este amor es lo que quise recibir de Mi primer ser creado, amor que al mismo tiempo también estaba destinado a llevar al ser a la más alta perfección, para que ya no funcionara como un ser creado según Mi voluntad, sino que, habiendo entrado en Mi voluntad por amor, estuviera destinado a disfrutar de una beatitud ilimitada.... Pero para someterlo a esta prueba de voluntad y amor tuvo que moverse en completa libertad de voluntad. No me ha visto, pero me ha reconocido, porque estaba en la luz.... Pero vió a los innumerables seres que su voluntad había hecho nacer y se sintió su productor, aunque sabía que había recibido la fuerza de Mí.... Y el ser me envidió la fuerza.... Siendo él mismo visible para los seres que creó, era sin embargo consciente de su origen en Mí, pero aún así reclamó para sí el derecho a gobernar a estos seres presentándose ante ellos como la fuente de la fuerza, como el único poder capaz de crear.... Al mismo tiempo me retiró el amor para poder gobernar.... Este proceso es incomprensible para ustedes, los humanos, que un ser con conciencia de sí mismo pueda extraviarse hacia un pensamiento completamente erróneo, sin embargo, el libre albedrío explica que, para poder funcionar como tal, también podía, pero no tenía, que elegir negativamente.

El portador de la luz y el poder vio por un lado la evidencia del poder dirigido a través de él, pero no vio la fuente de poder en sí. Así que se elevó a sí mismo a gobernante sobre sus espíritus creados y también trató ante ellos de presentarme a Mí mismo como inexistente. Trató de transferir su voluntad, ahora alejada de Mí, a aquellos.... Y ahora llegó el momento de la decisión, la prueba de su perfección, también para estos seres creados por el portador de luz utilizando Mi fuerza.... Mi fuerza estaba en todos estos seres, estaban llenos de luz y brillaban de amor por Mí, a quien no veían pero sin embargo reconocían. Pero también se volvieron hacia su creador con amor, porque la fuerza que los creó era el amor que había fluido a través del primer ser creado y le permitió a este crear. Este amor debía decidir ahora, y se dividió....

Una impía confusión surgió entre los seres espirituales que se sintieron urgidos a tomar una decisión. Pero esto también era comprensible.... ya que Mi fuerza de amor funcionaba como luz.... que el impulso hacia la fuente original de fuerza era más fuerte en muchos seres, que el amor disminuía hacia el que se separaba de Mí y ahora empujaba hacia Mí con mayor fuerza.... Porque la luz que había en ellos era la constatación de que Yo era el Amor de la eternidad. Aunque todo ser tenía discernimiento, también tenía libre albedrío, que no estaba ligado al mismo, o no habría sido libre. Y el mundo espiritual se dividió.... El ser apartado de Mí tenía sus seguidores, al igual que Yo mismo, aunque no era visible. Pero la fuerza que proviene de Mí tuvo un efecto tan fuerte que muchos seres se apartaron del que quería oponerse a Mí.... Su voluntad permaneció correctamente dirigida, mientras que el portador de la luz y sus seguidores dirigieron su voluntad erróneamente, por lo que se separaron de Mí en términos de voluntad y esto significó su caída en el abismo....

Así, el portador de la luz, el ser más lleno de luz que surgió de Mí, se convirtió en Mi adversario, mientras que lo surgido de él, que nuestras dos voluntades de amor creó, se volvió en parte hacia Mí y en parte hacia él, según el ardor de amor del que estaba lleno. Pues con el momento de la separación del portador de luz de Mí, surgió también en los seres un deseo indeterminado de un polo solidificado. El libre albedrío comenzó a desplegarse.... no fueron influenciados a la fuerza ni por Mí ni por mi adversario, sino sólo iluminados por la fuerza de nosotros que queríamos ganar cada uno a cada ser para sí mismo. Mi flujo de fuerza era sólo amor y tocó a los seres tan poderosamente que me reconocieron sin verme, pero también fueron capaces de reconocer el cambio de voluntad de mi primer Ser creado. Pero desde que pudieron ver a este ser muchos lo siguieron, es decir, se subordinaron a su voluntad y así se alejaron de Mí. Pero igualmente, seres creados originalmente se sintieron hijos Míos y permanecieron fieles a Mí por su propia voluntad, sólo que su número era mucho menor. Estos fueron los primeros seres creados que fueron traídos a la existencia por la más dichosa voluntad creativa de Mi portador de luz y la inconmensurable fuerza de amor que fluía hacia él. Y esta fuerza de amor era también inherente a estos seres y los impulsaba constantemente hacia Mí, ya que reconocían que la voluntad actual de su creador era errónea y, por lo tanto, se alejaban de él. Este reconocimiento también habría sido posible para los otros seres, pero ellos siguieron ciegamente al que podían ver, y su voluntad fue respetada y de ninguna manera influenciada por Mí, porque esta decisión de la voluntad tuvo que ser hecha para dar forma al ser creado en una perfección autónoma. El ser que Me abandonó arrastró consigo a un gran número de seguidores hacia el abismo, ya que apartarse de Mí significa dirigirse hacia el abismo, acercarse a un estado completamente opuesto, que por lo tanto significa oscuridad e impotencia, falta de conocimiento y fuerza. Mientras que Mis hijos permanecieron en la más radiante luz e inconmensurable fuerza, en la dicha.

Después de esta caída de Lucifer, el portador de la luz, su fuerza se rompió.... Ya no podía ocuparse creando y dando forma, aunque no le retiré la fuerza porque era Mi ser creado. Su poder y fuerza fueron sus seguidores sobre los que ahora gobernó como príncipe de las tinieblas. Pero ellos también son Mis productos de amor que no dejo para siempre a Mi adversario. Mientras estos seres sigan siendo portadores de su voluntad, le pertenecen; pero en cuanto Yo haya logrado volver su voluntad hacia Mí, los perdió, y así su poder disminuye en la misma medida en que Yo libero de su control al ser esclavizado a él, lo cual, sin embargo, requiere siempre el libre albedrío del ser. Y este es el propósito de Mi plan eterno de Salvación, que es apoyado con gran entusiasmo y amor por todos los habitantes del reino de la luz, por Mis ángeles y arcángeles, ya que todos ellos son Mis colaboradores que se esfuerzan por devolver a los hermanos caídos la dicha que una vez desecharon voluntariamente.... Y esta obra de liberación tendrá éxito, aunque requiera tiempos eternos hasta que el último una vez caído regrese a Mí, hasta que Mi primer ser, que surgió de Mi amor, también se acerque de nuevo a Mí en deseo de Mi amor.... hasta que también éste regrese arrepentido a la casa del Padre que una vez dejó voluntariamente....

Amen

Traductor
Traducido por: J. Gründinger

L’Etre créé le premier.... Le Porteur de lumière.... La Séparation de Dieu....

Votre raison humaine ne saisit que jusqu’à un certain degré la vérité la plus profonde ; car tout ce qui est purement spirituel ne peut s’expliquer que spirituellement ; cette explication est reçue par l’esprit en vous ; ensuite, en passant par l’âme, elle est en effet transmise à la raison ; mais celle-ci est encore trop accablée par du terrestre, donc elle n’arrive pas à pénétrer suffisamment en profondeur le savoir spirituel pour pouvoir y voir clair. Nonobstant ceci, Mon esprit se manifeste en vous par l’étincelle spirituelle, et celui qui a l’amour saisira bien le sens de ce que Je lui annonce :

Ma volonté de former était immense, et Je trouvais Ma béatitude dans la réalisation de Mes idées et de Mes plans. Et cette béatitude voulait se communiquer, Mon amour voulait gratifier quelqu’un, Je voulais qu’un autre être en dehors de Moi se réjouisse de ce qui Me rendait indiciblement heureux. Je ressentais Ma solitude comme un manque auquel Je pouvais remédier à tout moment, dès que Je le voudrais.... Et Je voulais Me retrouver dans un être qui devait être relié étroitement à Moi, que Je voulais former en miroir de Moi-même, en Mon image pour pouvoir lui préparer des béatitudes infinies, tout en augmentant encore Ma Béatitude propre. Je voulais créer un tel être, et cette volonté suffisait, car Ma volonté était force, et se réalisait toujours en amour et en sagesse. L’être extériorisé était bien Mon portrait, mais il ne pouvait pas Me voir, étant donné qu’il aurait péri de béatitude s’il avait pu Me contempler, parce qu’aucun être, même s’il était Mon portrait le plus parfait, n’est jamais autre chose qu’un produit de Ma force aimante, tandis que Je suis, Moi, la force aimante même dont la force d’irradiation dépasse tout d’une manière incomparable ; pour cette raison, Je n’étais pas visible par l’être que J’avais extériorisé de Moi. Cependant, en cet être, Je M’étais créé un vase en qui Ma force aimante pouvait se déverser sans cesse, un être qui recevait donc outre mesure, par l’influx continuel de la force venant de Moi, Ma volonté de former, Ma vigueur, Ma sagesse et Mon amour. Il pouvait donc maintenant éprouver la même béatitude, il pouvait à volonté extérioriser sa force, il pouvait exercer, pour son propre bonheur, sa force créatrice, et donc accroître toujours Ma béatitude, parce que c’était Ma force qui rendait capable cet être ; et Je Me réjouissais de son bonheur....

Et maintenant un nombre infini d’êtres semblables provenait de cet être-là.... C’étaient tous des enfants de Mon amour, baignés d’une lumière éblouissante, toujours dans une suprême perfection, car il ne pouvait ressortir de l’image de Moi-même, et de Mon amour infini, que toujours du suprêmement parfait, étant donné que notre volonté à nous deux était la même, que notre amour à nous deux se retrouvait dans les êtres créés, étant donné qu’il n’y avait rien d’imparfait tant que Ma volonté et Mon amour agissaient à travers cet être créé en premier. C’était un monde d’esprits pleins de lumière, c’était un grand nombre d’esprits originellement créés.... La force venant de Moi affluait sans limites à l’être que Je M’étais élu comme porteur de la lumière et de la force.... Et l’être lui-même était plus que bienheureux.... Cependant, Je voulais encore augmenter cette béatitude-là ; Je voulais qu’il ne fût pas lié à Ma volonté, mais qu’il se manifeste selon sa propre volonté qui .... à condition que l’être soit et restât parfait.... était Ma volonté.... Car l’être, en tant qu’être créé par Moi, n’était pas capable de vouloir autrement que Moi. Mais Moi, Je voulais qu’il pût agir selon son bon plaisir.... parce que cela seulement caractérise un être divin, et Je voulais que l’amour soit si puissant en lui qu’il soit déterminant et orienté dans le même sens que Moi.... Tel était l’amour que Je voulais recevoir de Mon être premièrement créé, amour qui aurait en même temps valu à l’être la perfection suprême, de sorte qu’il n’aurait plus agi en être créé d’après Ma volonté, mais qu’il aurait joui d’une béatitude illimitée en tant qu’être entré dans Ma volonté par amour....

Mais pour passer cette épreuve de volonté et d’amour, il devait pouvoir se mouvoir dans un libre arbitre absolu. Il ne Me voyait pas, mais il Me reconnaissait, car il était dans la lumière.... Mais il voyait les innombrables êtres que sa volonté avait fait surgir, et il se sentait lui-même comme leur procréateur, bien que sachant qu’il avait reçu la force de Ma part.... Mais cet être M’enviait cette force.... Il était lui-même visible par ses créatures, et bien qu’il fût conscient d’être issu de Moi, il s’attribua le pouvoir sur ses créatures en s’imposant à elles comme source de la force, comme seule puissance qui puisse créer.... Pour ainsi dire, il donnait congé à l’amour pour Moi pour pouvoir dominer.... Un tel comportement est insaisissable pour vous autres hommes : qu’un être qui s’est reconnu lui-même puisse se perdre dans une pensée tout à fait fausse ; mais c’est le libre arbitre qui l’explique car, pour se manifester, il devait pouvoir choisir négativement, sans y être obligé.

D’un côté, le porteur de lumière et de force voyait les preuves de la force conduite à travers lui ; mais il ne voyait pas la source même de la force. Donc, il s’érigeait, lui, en maître des esprits créés, en cherchant à Me présenter à eux comme si Je n’existais pas. Il cherchait à leur transmettre sa volonté dès lors détournée de Moi.... Alors vint le moment décisif pour ces êtres de faire à leur tour la preuve de leur perfection en tant qu’êtres créés par le porteur de lumière avec la force de Mon énergie.... Ma force était dans tous ces êtres, ils étaient extrêmement lumineux, et ils brûlaient d’amour pour Moi Qu’ils ne voyaient pas, mais Qu’ils reconnaissaient tout de même. En même temps, ils aimaient leur procréateur, parce que la force qui les avait créés était l’amour, au travers de l’être premièrement créé en le rendant capable de créer.... Au moment où il fallut que cet amour se décide, il se décida pour lui-même.... Il s’installa un désarroi irréversible parmi les esprits qui se sentaient obligés de prendre une décision. Ma force aimante agissant en tant que lumière, il était bien compréhensible que la tendance vers la source de force originelle soit plus forte dans beaucoup d’êtres, et que leur amour pour celui qui se séparait de Moi diminuât, et, qu’avec une violence accrue, elle les poussât vers Moi.... Car la lumière en eux, était la conscience que Moi, J’étais l’amour de toute éternité. Il est vrai que chaque être avait cette conscience, mais il avait aussi le libre arbitre qui n’était pas déterminé par cette conscience – autrement il n’aurait pas été libre. Ainsi le monde spirituel se partagea en deux.... L’être extérieur à Moi avait ses partisans, tout comme Moi-même, bien que Je ne fusse pas visible. Mais la force originaire de Moi agissait si fortement que beaucoup d’êtres se détournaient de celui qui voulait s’opposer à Moi.... Leur volonté gardait la bonne direction, tandis que le porteur de lumière avec ses partisans donnèrent une fausse direction à leur volonté, c'est-à-dire qu’ils se séparaient de Moi dans leur volonté, et cela signifiait la chute dans la profondeur....

Ainsi, le porteur de lumière, l’être le plus lumineux extériorisé par Moi, est devenu Mon adversaire, tandis que ce qui était issu de lui, créé par la volonté aimante de nous deux, s’est tourné en partie vers Moi, en partie vers lui, selon l’ardeur d’amour dont ils étaient remplis. Car dès le moment où le porteur de lumière se fut séparé de Moi, les êtres commencèrent à ressentir un vague désir pour un pôle solidifié. Le libre arbitre commença à se déployer.... ils n’étaient pas influencés obligatoirement ni par Mon adversaire ni par Moi, ils n’étaient qu’irradiés par nos forces respectives, chacune d’elles voulant gagner chaque être pour elle. Mon afflux de force n’était qu’amour, et touchait si violemment les êtres qu’ils Me reconnaissaient, même sans Me voir, mais ils reconnaissaient en même temps le changement de volonté de Mon être premièrement créé. Mais comme ils pouvaient voir cet être, beaucoup le suivaient, c’est à dire se soumettaient à sa volonté, et donc ils aspiraient à une autre direction que la mienne. Mais d’autres êtres originellement créés se sentaient comme Mes enfants, et de par leur libre arbitre ils Me restaient fidèles, seulement leur nombre était beaucoup moins élevé. C’étaient les êtres premièrement créés issus de l’ardente volonté créatrice de Mon porteur de lumière et de la force aimante illimitée qui affluait en lui. Et cette force aimante était également propre à ces êtres et les poussait sans cesse vers Moi, car ils reconnaissaient comme fausse la volonté présente de leur procréateur, et ils se détournèrent donc de lui. Il aurait été possible aux autres êtres aussi de Me reconnaître, mais eux suivaient aveuglement celui qu’ils pouvaient voir, et leur volonté fut respectée, et Je ne l’influençais nullement, parce qu’il fallait cette décision de la volonté pour former les créatures en êtres parfaits indépendants. L’être qui M’avait quitté a fait choir dans les profondeurs avec lui une clientèle nombreuse, car en s’éloignant de Moi on aspire à la profondeur, on vise à un état complètement différent, ce qui signifie obscurité et impuissance, manque d’entendement et de force, tandis que Mes enfants restaient dans la lumière la plus éblouissante en gardant une force indicible dans la béatitude.

Après cette chute de Lucifer, du porteur de lumière, sa force fut brisée.... Il ne pouvait plus agir en créant et en formant, bien que Je ne lui retirasse pas la force, parce que c’était Ma création. C’était ses partisans qui maintenant faisait sa puissance et sa force, et sur qui il régnait en Prince des Ténèbres. Mais ils sont aussi les produits de Mon amour et Je ne les abandonnerai pas éternellement à Mon adversaire. Tant que ces êtres portent en eux sa volonté, ils lui appartiennent ; mais dès que Je réussis à tourner leur volonté vers Moi, il les a perdus, donc sa force diminue au fur et à mesure que Je délivre ses serfs de sa puissance ; mais ceci présuppose toujours le libre arbitre de l’être.

Voici le but de Mon plan de salut d’éternité qui est appuyé par tous les habitants du royaume de la lumière, par Mes anges et archanges, de la façon la plus zélée et la plus aimante ; car ce sont tous Mes coopérateurs qui s’efforcent de rendre à leurs frères déchus la béatitude que ceux-ci jadis ont gâchée volontairement.... Et cette œuvre de délivrance sera accomplie, même si cela devait prendre un temps infini pour que le dernier être déchu retourne auprès de Moi, et aussi pour que Mon être premièrement créé par Mon amour se rapproche de nouveau de Moi, poussé par son désir de retrouver Mon amour.... jusqu’à ce que lui aussi, pénétré de repentir, rentre dans la maison paternelle que jadis il a quittée volontairement....

Amen

Traductor
Traducido por: Jean-Marc Grillet