La chispa de Dios en el corazón humano es la luz que deber ser encendida en vosotros, para que brille en vuestro interior y podáis alcanzar la cognición. El amor solo enciende la luz, el amor despierta el espíritu divino, que fue puesto dentro de vosotros como una chispa por el Amor Eterno, por el Espíritu Padre desde la eternidad, para extenderse y llenar todo vuestro ser, para reuniros con la Luz primordial, con el fuego del amor que Dios Mismo irradia hacia el infinito....
El Amor eterno es indivisible; Todo lo que puede llamarse amor es esa irradiación omnipresente de Dios, y dondequiera que se practique el amor, allí está Dios Mismo, porque el amor nunca puede estar fuera de Dios, sino que es la sustancia primordial de Sí Mismo. Pero el poder es amor, es algo eficaz, algo vivo; El amor es, en cierto sentido, una corriente de fuego siempre activa que produce vida continuamente.
Entonces una chispa reposa dentro de vosotros tan pronto como ser humano, veis la luz del día, y vuestra tarea ahora en la vida terrenal consiste en dejar que esta chispa de Dios se encienda, para que también tenga un efecto de despertar la vida dentro de vosotros.... Ella es la verdadera vida de Dios la que primero da el verdadero significado a la vida aparente del cuerpo.
Ella es lo espiritual, que es imperecedera, pero que primero debe ser despertada en el ser humano antes de que aparezca como fuerza. Es la chispa la que os conecta con Dios, lo que os marca como parte de Dios; Está puesto dentro de vosotros, pero dejado a vuestro libre albedrío, que tiene que dejarla encender que se convierta en una llama brillante.... también puede permanecer enterrada hasta el final de la vida si el ser humano no quiere reconocer su unidad con Dios y se aparta completamente de Dios.... La conexión permanece, porque el Espíritu de Dios es indivisible, pero el ser humano mismo no siente nada de esto, en él está oscuro y frio, no siente ni el brillo ni el calor de una luz, y por eso la corriente divina del poder del amor, Su Espíritu, no es percibida por el humano, y él está muerto en espíritu, sin impulso para la actividad, sin fuerza, aunque viva en la Tierra.
La verdadera vida es creada primeramente por el Espíritu de Dios, el poder amoroso de Dios, que sólo puede llenar al ser humano cuando éste encienda la chispa de Dios dentro de sí mismo a través del amor.... Sólo entonces entra en la etapa de la vida, la etapa de la actividad, donde aparece el poder de Dios, donde el ser humano madura en cognición, y la fe y el amor producen en él una plenitud del Espíritu divino.... luz y poder crecientes. Despertar la chispa espiritual divina a través del amor y alimentarla continuamente es la tarea más importante de la vida humana en la Tierra, porque entonces establece la unión con Dios, el Amor eterno, y se une constantemente a Él, para no separarse jamás de Él, de Quien no puede separarse en la eternidad.... amén
TraductorA centelha de Deus no coração humano é a luz que se deve acender em si para que se torne brilhante em si e para que alcance o conhecimento. Só o amor acende a luz, o amor desperta o espírito divino que foi colocado em vós como uma centelha de amor eterno, do Pai-Espírito desde a eternidade, para se espalhar e preencher todo o vosso ser humano, para se unir novamente com a luz original, com o fogo do amor que o próprio Deus irradia no infinito.... O amor eterno não é divisível; tudo o que pode ser abordado como amor é esta emanação abrangente de Deus, e em toda a parte o amor é praticado pelo próprio Deus, porque o amor nunca pode estar fora de Deus, mas é a substância original de Si mesmo. O amor, porém, é força, é algo eficaz, algo vivo, o amor é, por assim dizer, um fluxo de fogo sempre activo que traz constantemente vida. Assim uma centelha descansa em ti assim que vês a luz do dia como um ser humano, e a tua tarefa na vida terrena é deixar que esta centelha de Deus se acenda para que também desperte a vida em ti....
Ele é a vida real de Deus, o que apenas dá à vida aparente do corpo o significado correcto. É o espiritual, que é imperecível, mas primeiro tem de ser despertado no ser humano antes de aparecer como força. É o que vos liga a Deus, que vos identifica como parte de Deus; é colocado em vós, mas deixado à vossa própria vontade, que deve inflamá-lo e deixá-lo arder numa chama brilhante. Também pode permanecer enterrado até ao fim da vida se o ser humano não quiser reconhecer a sua união com Deus e se distanciar completamente dele.... A ligação permanece certamente porque o espírito de Deus é indivisível, mas o próprio ser humano não sente nada disso, está escuro e frio dentro dele, não sente nem o brilho nem o calor de uma luz, e assim o fluxo divino da força do amor, o Seu espírito, não é percebido pelo ser humano, e está morto em espírito, sem um impulso para ser activo, sem força, embora viva na terra. Só o espírito de Deus cria a verdadeira vida, a força de amor de Deus, que só pode preencher o ser humano quando ele acende a centelha de Deus dentro de si mesmo através do amor..... Só então entrará na etapa da vida, na etapa da actividade, onde aparece a força de Deus, onde o ser humano amadurece na realização e a fé e o amor geram nele uma abundância de espírito divino.... aumentando a luz e a força. Despertar e alimentar a centelha espiritual divina através do amor é a tarefa mais importante do ser humano na vida terrena, pois então ele estabelecerá a unidade com Deus, o amor eterno, e unir-se-á conscientemente com Ele para nunca se separar d'Ele, de Quem ele nunca poderá separar na eternidade...._>Ámen
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