Comparar anuncio con traducción

Otras traducciones:

Noveno y décimo Mandamiento

Los hombres que todavía languidecen en la materia también se desviven para esta con todos sus sentidos...

Pero el objetivo de la vida en la Tierra como hombre es vencer la materia... soltarse de ella... matar todo deseo por lo que el mundo ofrece a los hombres... Porque únicamente superando todo esto el alma alcanza la madurez necesaria para entrar en el Reino espiritual.

No hace falta que la añoranza de cosas terrenales sea un pecado, a pesar de que estorba al hombre en su desarrollo hacia lo Alto. Pero fácilmente puede inducir al pecado porque el deseo procura conseguir el objeto de su añoranza - y eso frecuentemente de manera ilegal.

Cuanto más grande y fuerte es una pasión por cosas que procuran al cuerpo un placer, tanto más todos los esfuerzos y afanes del hombre están orientados hacia ella... lo que puede despertar en él inclinaciones y propiedades malas que pueden perjudicar al congénere. Por eso, a vosotros los hombres, os he dado el Mandamiento:

“¡No desearás la mujer de tu prójimo ni tampoco sus cosas como casa, campo, siervo o sierva, ni nada de cuanto a tu prójimo pertenece!”.

Para vosotros toda propiedad del congénere debe ser sagrada, pues no debéis procurar de apropiaros de lo que pertenece al prójimo. Tan sólo el pensamiento de querer quitárselo ya es un pecado, pues revela su voluntad y las tinieblas en que se encuentra su alma que aún no conoce el amor.

Aunque ante vuestros semejantes procuréis ocultar la frialdad de vuestros corazones, a Mí me resulta manifiesta por vuestros deseos. Y si tan sólo miráis los bienes de vuestro prójimo con deseos de tenerlos, en vuestros pensamientos ya faltáis al Mandamiento del amor al prójimo, porque en él no veis a vuestro hermano al que debéis amar como a vosotros mismos. El mismo derecho que reclamáis ante él –que respete vuestras riquezas– también lo debéis conceder a él. Debéis alegraros cuando el prójimo está bien, y debéis ayudarle para que aumenten sus bienes. Entonces ya estáis exitosos en vuestra lucha por vencer la materia, y obtendréis más tesoros de los que jamás podríais quitar a vuestro prójimo; porque el amor al prójimo os será recompensado por mi Amor que os dará un Tesoro de Gracia imperecedero - un Tesoro que excede todos los bienes y alegrías terrenales.

Por eso, si no quieres faltar contra el Mandamiento del amor al prójimo –el que sólo os di para facilitaros el camino hacia la Altura–, respeta y protege también la propiedad de tu prójimo y prívate de toda codicia, porque únicamente por el amor al prójimo podéis ganaros mi Amor, y únicamente por el amor podéis llegar a ser bienaventurados.

Amén

Traductor
Traducido por: Meinhard Füssel

Nono e decimo Comandamento

Gli uomini che languono ancora nella materia, la desiderano anche con tutti i sensi. Lo scopo della vita terrena come uomo però è il superamento della materia, lo staccarsi da lei, dall’uccidere ogni desiderio per ciò che il mondo offre agli uomini, perché soltanto con il suo superamento l’anima raggiunge la maturità, che è necessaria per entrare nel Regno spirituale. Il desiderare cose terrene non deve necessariamente essere un peccato, benché impedisca l’uomo nello sviluppo verso l’Alto, ma può condurre facilmente al peccato, perché la brama cerca di procurarsi l’oggetto del desiderio e sovente in modo irregolare. Più forte e vigorosa è una passione per cose che procurano benessere al corpo, più il pensare e tendere dell’uomo vi è orientato e può far scaturire nell’uomo dei cattivi istinti e caratteristiche, che agiscono a danno del prossimo. E per questo Io ho dato a voi uomini il Comandamento: “Non concupire la moglie del tuo prossimo, né la sua casa, né il suo servo, né il suo campo.... ”. Ogni possesso del prossimo vi deve essere sacro, non dovete cercare di appropriarvi di nulla di ciò che appartiene al prossimo; e già il pensiero di prenderglielo, è un peccato, perché l’oscurità dell’anima che non conosce ancora nessun’amore tradisce la sua volontà. E benché cerchiate di nascondere davanti ai prossimi i vostri cuori freddi, a Me sono evidenti mediante il vostro desiderare, e quando guardate con desiderio i beni del vostro prossimo, infrangete mentalmente il Comandamento dell’amore per il prossimo, perché non considerate nel vostro prossimo il vostro fratello, che dovete amare come voi stessi. Lo stesso diritto, che sostenete verso di lui, di rispettare la vostra ricchezza, dovete concederlo anche a lui; dovete gioire, quando al vostro prossimo le cose vanno bene, ed aiutarlo, ad aumentare il suo possesso; allora conducete con successo la lotta del superamento della materia, allora conquistate più tesori, di quello che potreste mai togliere al vostro prossimo, perché l’amore per il prossimo vi viene ricompensato dal Mio Amore, e questo vi da veramente un Tesoro di Grazia imperituro, che soppesa tutti i beni e gioie terreni. Perciò rispetta e proteggi anche il possesso del tuo prossimo e tieniti lontano da ogni desiderio, se non vuoi infrangere il Comandamento dell’amore per il prossimo, che Io vi ho dato solamente, per facilitarvi la risalita verso l’Alto, perché soltanto tramite l’amore per il prossimo potete conquistarvi il Mio Amore e soltanto tramite l’amore potete diventare beati.

Amen

Traductor
Traducido por: Ingrid Wunderlich