En la oscuridad, un rayo de luz ciega el ojo al ser humano y le impide reconocer lo que le rodea. Y así, el destello de luz espiritual es primero una luz cegadora para el alma del ser humano que le imposibilita todo reconocimiento, pues el alma está todavía en la oscuridad cuando el primer rayo de luz la toca. Entonces es imposible que comprenda inmediatamente el conocimiento espiritual. Y, por tanto, tiene que ser guiada lentamente a la luminosidad, primero tiene que salir de la oscuridad a la penumbra que luego aumenta en luminosidad para que el ojo del alma pueda acostumbrarse a las imágenes que ahora se le permite recibir. Una persona que es enfrentada repentinamente a una profunda sabiduría no puede captarla y nunca le parecerá como sabiduría, sino que la misma permanecerá incomprensible para ella hasta que sea introducida lentamente en un conocimiento que ya puede llamarse una verdadera luz. Por eso el ser humano también tiene que ser enseñado desde abajo, tiene que ser educado para un conocimiento más profundo de tal manera que siempre reciba más y más sabiduría, pero sólo cuando esté maduro, es decir, receptivo. Y es por eso que sólo los maestros que dominan lo que deben enseñar son admitidos en un ministerio de enseñanza, con el fin de fortalecer al ser humano con el alimento ligero hasta que pueda soportar el alimento pesado, hasta que el conocimiento espiritual se haya vuelto tan comprensible para él que ahora puede ser activo como un maestro el mismo. Por lo tanto, si quiero que la gente tenga buenos maestros, primero debo formar a estos maestros e impartirles el conocimiento que luego deben transmitir a sus alumnos. Así los instruyo Yo mismo o dejo que los instruyan fuerzas de primera que, sin embargo, sólo actúan en Mi nombre porque quiero proporcionarles la dicha de una transmisión de fuerza de Mí, y que nunca jamás hacen ni enseñan otra cosa que Mi voluntad, la cual ellos mismos llevan dentro de sí como su propia voluntad. Porque, comprensiblemente, sólo son admitidos en la actividad docente aquellos seres que tienen el conocimiento, que han alcanzado un alto grado de madurez por ser receptores de luz y fuerza, por lo que también pueden distribuir luz y fuerza. Conozco el grado de madurez de las personas en la tierra, conozco su voluntad, el grado de deseo de la verdad, conozco también sobre el aprovechamiento de los dones de gracia que imparto a una persona; así también vigilo a cada persona de buena voluntad para que no sea atada ilegalmente por Mi adversario. Y así tampoco toleraré que una persona entregada a Mí caiga en manos de Mi adversario, no toleraré que la voluntad de una persona me sea quitada por la fuerza, así como tampoco toleraré que una persona deseosa de la verdad sea instruida erróneamente por fuerzas que carecen de todo conocimiento. Los espíritus inferiores tienen su reino para sí mismos y están atados a él, es decir, no pueden moverse libremente a las zonas donde está la luz y participar en la transmisión del conocimiento espiritual a las personas. Porque los seres de luz reconocen a todos los espíritus, y conocen la madurez y la capacidad de cada uno. También se preocupan por las personas en la tierra y su estado de alma, y en su amor también conceden al ser humano protección contra todo acoso de las fuerzas oscuras en cuanto sus pensamientos y aspiraciones se orienten hacia el reino de la luz y deteste lo malo. Los seres de luz no pasan por alto la más mínima cosa que pueda poner en peligro a las personas terrenales, y así forman un muro alrededor de aquel que me ha profesado a través de su forma de vida y que ahora va a ser introducido en el conocimiento superior por Mí. Y no se permite que ningún poder inferior intervenga para impartir error o distraer a la gente de la verdad pura. Porque Mío es el reino de la luz, así como también gobierno sobre el reino de las tinieblas.... Los seres de luz trabajan en Mi voluntad, y a los que se oponen a Mi voluntad los destierro de Mi vista, y también les niego el acceso a los que se esfuerzan hacia Mí y así me demuestran con su voluntad que me reconocen como Padre....
Amén
TraductorIn der Finsternis blendet ein Lichtstrahl das Auge und hindert es am Erkennen dessen, was den Menschen umgibt. Und so auch ist der geistige Lichtblitz für die Seele des Menschen zuerst ein Blendlicht, das ihr jegliches Erkennen unmöglich macht, denn auch die Seele befindet sich noch in der Finsternis, wenn der erste Lichtstrahl sie berührt. Dann ist es ihr unmöglich, geistiges Wissen sogleich zu verstehen. Und darum muß sie langsam zur Helligkeit geleitet werden, sie muß aus der Finsternis erst in das Dämmerlicht kommen, das dann an Helligkeit zunimmt, so daß sich das Auge der Seele an die Bilder gewöhnen kann, die sie nun in sich aufnehmen darf. Ein plötzlich mit tiefer Weisheit bedacht werdender Mensch kann sie nicht fassen, und sie wird ihm daher niemals als Weisheit erscheinen, sondern vielmehr ihm unverständlich bleiben so lange, bis er langsam eingeführt wird in ein Wissen, das nun ein rechtes Licht genannt werden kann. Darum muß auch der Mensch von Grund aus belehrt werden, er muß herangebildet werden für ein tieferes Wissen in einer Weise, daß er stets mehr und mehr Weisheit empfängt, doch immer erst dann, wenn er reif, d.h. aufnahmefähig dafür ist. Und darum sind für ein Lehramt nur die Lehrer zugelassen, die selbst beherrschen, was sie lehren sollen, um nun den Menschen mit leichter Kost zu stärken, bis er schwere Kost vertragen kann, bis ihm das geistige Wissen so verständlich geworden ist, daß er selbst nun lehrend tätig sein kann. Wenn Ich also will, daß den Menschen gute Lehrer beigegeben werden, dann muß Ich zuerst diese Lehrer heranbilden und ihnen zuerst das Wissen vermitteln, das sie dann weitergeben sollen an ihre Schüler. Also belehre Ich sie Selbst oder lasse sie von ersten Kräften belehren, die jedoch nur in Meinem Auftrag tätig sind, weil Ich ihnen die Glückseligkeit einer Kraftvermittlung von Mir verschaffen will, die also nie und nimmer etwas anderes tun oder lehren, als Mein Wille ist und sie selbst als eigenen Willen in sich tragen. Denn verständlicherweise werden nur solche Wesen zur Lehrtätigkeit zugelassen, die selbst im Wissen stehen, also einen hohen Reifegrad erreicht haben, weil diese Licht- und Kraftempfänger sind, also sie auch Licht und Kraft austeilen können. Ich weiß um den Reifegrad der Menschen auf Erden, Ich weiß um ihren Willen, um den Grad des Verlangens nach der Wahrheit, Ich weiß auch um die Nutznießung der Gnadengaben, die Ich einem Menschen vermittle; also wache Ich auch über jedem einzelnen Menschen, der guten Willens ist, daß er nicht von Meinem Gegner widerrechtlich gefesselt werde. Und also werde Ich auch nicht dulden, daß ein Mir ergebener Mensch Meinem Gegner in die Hände fällt, Ich werde nicht dulden, daß der Wille eines Menschen zwangsläufig Mir entfremdet wird, wie Ich auch nicht dulde, daß ein nach der Wahrheit verlangender Mensch falsch unterwiesen wird durch Kräfte, denen jedes Wissen mangelt. Es haben die niederen Geister ihr Reich für sich, und sie sind an dieses gebunden, d.h., sie können sich nicht frei in Gebiete begeben, wo das Licht ist, und sich beteiligen an Übermittlung geistigen Wissens auf die Menschen. Denn die Lichtwesen erkennen jeden Geist, und sie wissen um eines jeden Reife und Fähigkeit. Sie sind auch besorgt um die Menschen auf Erden und ihren Seelenzustand, und in ihrer Liebe gewähren sie dem Menschen auch Schutz gegen jegliche Belästigung durch finstere Kräfte, sowie das Sinnen und Trachten dem Lichtreich zugewandt ist und er das Böse verabscheut. Den Lichtwesen entgeht nicht das Geringste, was die Erdenmenschen gefährden könnte, und also bilden sie eine Mauer um den, der sich durch seinen Lebenswandel zu Mir bekannt hat und nun von Mir eingeführt werden soll in höheres Wissen. Und keiner niederen Kraft ist es gestattet, sich einzuschalten, um Irrtum zu vermitteln oder den Menschen abzulenken von der reinen Wahrheit. Denn Mein ist das Reich des Lichtes, wie Ich auch regiere über das Reich der Finsternis.... In Meinem Willen wirken die Lichtwesen, und die sich Meinem Willen widersetzen, die verbanne Ich vor Meinen Augen, wie Ich aber auch ihnen den Zutritt verwehre zu denen, die Mir zustreben und somit durch ihren Willen Mir beweisen, daß sie Mich als Vater anerkennen....
Amen
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