Sacrificadme todo lo que apreciáis en la Tierra, y recibiréis en abundancia todo lo que mi Amor os ofrece y lo que os deleitará sobremanera ya en la Tierra y algún día venidero en la eternidad.
Si queréis recibir, antes vosotros mismos debéis ser solícitos a dar; pero si estáis apegados a bienes terrenales, entonces los bienes del Reino espiritual os resultan inalcanzables. Y de propiedades terrenales forma parte todo lo que os produce alegría mundana - lo que os resulta deseable para satisfacer las exigencias de vuestro cuerpo.
Todo lo que amáis en la Tierra y que no os puede seguir al Reino espiritual, todo esto debéis sacrificármelo voluntariamente Mí, para que recibáis los bienes imperecederos que os siguen a la eternidad. Por supuesto, que es un sacrificio... ¡pero lo cambiáis por algo incomparablemente mejor! Sólo hay un dolor de separación pasajero, al que pronto sigue la certitud bienaventurada de que sólo ahora poseéis los verdaderos bienes - los que valen en toda la eternidad.
De modo que cuando os quito todo, ¡no os desaniméis y no dudéis de mi Amor, de mi Gracia y de mi Protección que os concedo aunque no podáis reconocerlo! Sólo os quito para poder devolveros tanto más. Y si os soltáis libremente de lo que os gusta, entonces, conforme conviene, también vuestro cuerpo será tomado en consideración. Sólo vuestro corazón debe soltarse de todo, porque la plenitud de mi Gracia necesita un lugar limpio de toda clase de avideces mundanas.
Lo que sacrificáis voluntariamente, esto no tengo que quitároslo a la fuerza; pero si queréis aumentar en fuerza y Gracia, en madurez del alma y en tesoros espirituales que formarán vuestras riquezas en la eternidad, entonces vuestra separación de todo aquello debe realizarse...
En todo esto, vosotros que sois mis fieles, también reconoceréis que únicamente mi Amor me induce a quitaros lo que es de la Tierra, porque quiero haceros receptivos para lo que mi Amor os ofrece de manera espiritual... Aprenderéis reconocer que mientras vuestro amor no esté dirigido completamente a Mí sino también a los bienes del mundo, Yo no podré actuar en vosotros en toda plenitud...
De modo que si procuro liberaros de ese amor y os quito aquello de lo que os cuesta tanto el liberaros voluntariamente, se trata de una Gracia. Sacrificadme todo y procurad soltar vuestro corazón de todo lo terrenal, y pronto notaréis la bendición de vuestra capacidad de sacrificio, porque de esta manera me atraéis a Mí mismo a vosotros, porque ya no encuentro obstáculo alguno que pudiera impedir que Yo actúe en vosotros en toda plenitud.
Pues ya no os queda mucho tiempo para que poco a poco podáis vencer las avideces mundanas; por eso debéis separaros más rápidamente y por consiguiente también más dolorosamente, lo que siempre redundará en vuestra bendición - eso si os subordináis a mi Voluntad... si con devoción aceptáis vuestra suerte y no lamentáis la pérdida de los bienes terrenales. Porque cuanto más fácilmente podáis separaros de ellos, tanto más receptivo y dispuesto será vuestro corazón para bienes espirituales que os recompensarán miles de veces.
Pero su verdadero valor sólo lo reconoceréis en vuestra Vida en el Más Allá, en el Reino espiritual; y si entráis en este Reino ricos en bienes de él, y si con estos podéis actuar para vuestra propia satisfacción, entonces llegaréis a ser sumamente bienaventurados.
Amén.
TraductorBringet Mir alles zum Opfer, was euch lieb ist auf Erden, und ihr werdet in aller Fülle entgegennehmen, was Meine Liebe euch bietet und was euch unvergleichlich beglücken wird auf Erden schon und dereinst in der Ewigkeit. Wollet ihr empfangen, so müsset ihr vorerst selbst gebewillig sein; hanget ihr aber an irdischem Besitz, so sind euch die Güter des geistigen Reiches unerreichbar. Zu irdischem Besitz aber gehört alles, was euch irdisch beglückt, was euch erstrebenswert ist für eure Leibesbedürfnisse. Alles, was ihr liebt auf Erden, was euch nicht folgen kann ins geistige Reich, müsset ihr Mir gern und freiwillig opfern, um die Güter zu empfangen, die unvergänglich sind, die euch nachfolgen in die Ewigkeit.... Ihr opfert wohl, tauschet aber unvergleichlich Besseres ein, und es ist nur ein vorübergehender Trennungsschmerz, dem bald eine selige Gewißheit folgt, nun erst die rechten Güter zu besitzen, die Wert haben in der Ewigkeit. Und so Ich euch also alles nehme, so werdet nicht verzagt und zweifelt nicht an Meiner Liebe und Gnade, an Meinem Schutz, den Ich euch dennoch gewähre, wenngleich ihr es nicht erkennt. Ich nehme euch nur, um euch desto mehr wiedergeben zu können, und so ihr euch freiwillig löset von dem, was euch lieb ist, wird auch euer Körper bedacht werden nach Bedarf. Nur euer Herz soll sich lösen von allem, denn Meine Gnadenfülle bedarf einer Stätte, die frei ist von jeglichen Begierden irdischer Art. Was ihr freiwillig opfert, das brauche Ich euch nicht gewaltsam zu nehmen, doch die Trennung davon muß vollzogen werden, wollet ihr zunehmen an Kraft und Gnade, an Seelenreife und an geistigen Schätzen, die euren Reichtum ausmachen in der Ewigkeit. Und also werdet ihr daran auch erkennen, daß nur die Liebe Mich dazu veranlaßt, so Ich euch, Meinen Gläubigen, nehme, was der Erde angehört, weil Ich euch empfänglich machen will für das, was Meine Liebe geistig euch bietet; ihr werdet erkennen lernen, daß Ich nicht in aller Fülle in euch wirken kann, solange eure Liebe nicht Mir allein, sondern auch den Gütern der Welt gilt. Und also ist es eine Gnade, so Ich euch frei zu machen suche von dieser Liebe und euch nehme, was euch schwerfällt, freiwillig aufzugeben. Opfert Mir alles auf, suchet euer Herz zu lösen von allem Irdischen, und ihr werdet den Segen eurer Opferbereitschaft bald spüren, denn ihr ziehet dadurch Mich Selbst zu euch, Der Ich nun kein Hindernis mehr vorfinde, um in euch wirken zu können in aller Fülle. Denn es bleibt euch keine lange Zeit mehr, um irdische Begehren langsam überwinden zu können; ihr müsset euch schneller und darum auch schmerzhafter lösen, doch es wird euch immer zum Segen gereichen, so ihr euch beuget unter Meinen Willen, so ihr ergeben euer Schicksal auf euch nehmet und irdischen Gütern nicht nachtrauert, denn je leichter ihr euch davon zu lösen vermöget, desto aufnahmefähiger und -williger ist euer Herz für geistige Gaben, und diese werden euch entschädigen tausendfach, denn ihren wahren Wert erkennet ihr erst im jenseitigen Leben, im geistigen Reich, und dann werdet ihr selig sein im Übermaß, so ihr reich an geistigen Gütern in dieses eingeht und mit ihnen wirken könnet zur eigenen Beglückung....
Amen
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