Estar inundado de fuerza espiritual compensa más que todos los bienes terrenales, porque las posesiones terrenales nunca llevarán a la perfección ni a la transformación del ser, como lo hace la fuerza espiritual. Los bienes terrenales no conducirán a Dios y, por lo tanto, tampoco al objetivo último del ser humano en la Tierra, a la unificación con Dios.... a la filiación divina. Todo éxito espiritual siempre requerirá el aflujo de fuerza espiritual, pero nunca podrá adquirirse a través de posesiones terrenales.
Quien, por tanto, se preocupa por la salvación de su alma, quien se esfuerza espiritualmente, debe esforzarse también por abrirse a la irradiación divina, a Su Espíritu, que se derramará allí donde haya un receptáculo disponible. Y tiene que eliminar por completo los esfuerzos terrenales, por lo que no debe poner su corazón en cosas transitorias, porque luchar por ellas reduce el suministro de fuerza del reino espiritual. Lo que proviene del ámbito espiritual requiere una voluntad indivisa de recibirlo para que pueda volverse eficaz.
Sin embargo, todo deseo terrenal debilita la voluntad de recepción y es, por tanto, un obstáculo para la divina irradiación de fuerza. Y cuanto menos se deje cautivar el humano por el mundo y sus alegrías, por los bienes terrenales, y cuanto más supere la materia y desee un aflujo de la fuerza espiritual, más se abrirá a ella. Entonces pronto los bienes terrenales le parecen pequeños y sin importancia, porque a través de la fuerza espiritual es llevado al estado de la cognición, y ahora sabe cuán inútil es todo lo terrenal en comparación con el estado del saber y de la verdad, al estado de la iluminación a través del Espíritu divino. Porque sólo ahora sabe acerca de la bienaventuranza del saber, de la bienaventuranza de poseer la plenitud de fuerza, que no tiene nada que ver con las posesiones terrenales.
Y es por eso que en ningún caso debe verse como una limitación del derecho de la vida cuando el humano es pobre en bienes y posesiones terrenales, porque cuanto antes pueda establecer la conexión espiritual que le proporcione bienes mucho más valiosos, más pronto llegará a ser sabiendo y poseer riqueza espiritual en toda plenitud, porque sólo renunciando a los deseos terrenales, se puede alcanzar los bienes espirituales que el Espíritu divino imparte a quienes se forman por iniciativa propia para la recepción de lo que fluye directamente de Dios.... la fuerza espiritual, que ahora capacita al humano de obrar para Dios....
amén
TraductorVon geistiger Kraft durchflutet zu sein wiegt alle irdischen Güter auf, denn irdischer Besitz wird niemals dazu führen, vollkommen zu werden oder sein Wesen umzugestalten, was aber die geistige Kraft zuwege bringt. Irdische Güter werden nicht zu Gott hinführen und sonach auch nicht zu dem letzten Ziel des Menschen auf Erden, zum Zusammenschluß mit Gott.... zur Gotteskindschaft. Jeder geistige Erfolg wird immer den geistigen Kraftzustrom zur Voraussetzung haben, niemals aber durch irdischen Besitz zu erwerben sein. Wer darum auf sein Seelenheil bedacht ist, wer geistig strebt, der muß auch danach trachten, sich der göttlichen Ausstrahlung zu öffnen, Seinem Geist, der überall dort sich ergießen wird, wo ein Aufnahmegefäß bereitsteht. Und er muß irdisches Streben gänzlich ausschalten, also darf er auch nicht sein Herz an vergängliche Dinge hängen, denn ein Streben danach vermindert die Kraftzufuhr aus dem geistigen Reich. Was aus dem geistigen Reich kommt, verlangt ungeteilte Empfangswilligkeit, um wirksam werden zu können. Jedes irdische Verlangen aber schwächt den Empfangswillen und ist folglich ein Hindernis für die göttliche Kraftausstrahlung. Und es wird der Mensch desto mehr sich dieser öffnen, je weniger er sich von der Welt und ihren Freuden, von irdischem Besitz gefangennehmen läßt, je mehr er also die Materie überwindet und geistigen Kraftzustrom begehrt. Dann erscheint ihm auch bald das irdische Gut klein und unwichtig, denn er wird durch geistige Kraft in den Zustand des Erkennens versetzt, und nun weiß er, wie wertlos alles Irdische ist im Vergleich zu dem Zustand des Wissens und der Wahrheit, zu dem Zustand der Erleuchtung durch den göttlichen Geist. Denn nun erst weiß er auch um die Seligkeit des Wissens, um die Seligkeit des Besitzes der Kraftfülle, die mit irdischem Besitz nichts zu tun hat. Und darum ist es keineswegs als eine Einschränkung der Lebensrechte anzusehen, wenn der Mensch arm ist an irdischem Gut und Besitz, denn desto eher vermag er die geistige Verbindung herzustellen, die ihm weit kostbareres Gut einträgt, desto eher wird er wissend werden und geistigen Reichtum in aller Fülle besitzen, weil er nur unter Aufgeben irdischen Verlangens zu den geistigen Gütern gelangen kann, die der göttliche Geist denen vermittelt, die sich aus eigenem Antrieb gestalten zur Aufnahme dessen, was Gott unmittelbar entströmt.... geistige Kraft, die den Menschen nun fähig macht, für Ihn zu wirken....
Amen
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