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Chispa divina.... Amor.... Llamas....

La chispa divina en el hombre puede convertirse en una llama tremenda, y entonces consume todo lo que entra en contacto con ella.... es decir, la llama del amor necesita constantemente nuevo alimento, atrae todo a su esfera; Enciende e irradia calor, purifica y cristaliza lo impuro, vivifica y despierta, ilumina e irradia todo y no descansa hasta que lo que agarra se convierte en una llama como ella. Y entonces el hombre podrá dejar la Tierra, porque entonces habrá logrado su objetivo, se habrá unificado a la Deidad Eterna, Que es puro Amor en Sí Mismo. La chispa divina del amor en el hombre ha entrado en contacto con Dios, Quien es el Amor Mismo.... Pero en la mayoría de los casos es necesaria una larga vida en la Tierra para transformarse completamente en amor.... pero en la mayoría de las veces el fuego del amor en el hombre no se enciende, aunque la chispa está ardiendo; Pero no tiene fuerza para extenderse y hacer que la llama arda intensamente.

Y por eso hay que seguir vivificándola, para que la chispa no se apague, y hay que alimentarla.... hay que estimular el amor en el humano a la actividad.... Una voluntad extremadamente fuerte del semejante tiene que tomar posesión de su alma, el amor de éste tiene que ser tan fuerte que lo transfiera al otro, y a través de esto la chispa ahora se enciende en un fuerte resplandor de amor, para que ambas llamas pueden fusionarse y ahora brillan intensamente.... Donde esta llama está encendida una vez, allí ya no puede apagarse, sino que se volverá cada vez más brillante y radiante porque siempre encontrará alimento.... almas, que se encuentran en una necesidad y que ahora serán apresadas y consumidas por la llama del amor.

Porque un humano que ama no deja a esas almas en apuros, y cada acto de ayuda es un renovado encendido de la chispa divina, la llama en el corazón se hace cada vez más grande, y pronto no quedará nada en el ambiente humano que no caiga víctima de la llama. Pero la llama del amor tiene un efecto benéfico, es suave y sin embargo llena de brasas, no lastimará ni dañará a nadie, sino que hará feliz, despertaré y madurará, pero tampoco dejará a nadie fuera, porque las llamas del amor se propagan muy rápidamente, cuando una vez están encendidas....

La chispa divina en el humano no puede ser extinguida, pero puede ser derramada si aún no es lo suficientemente grande.... Entonces probablemente seguirá ardiendo bajo el manto del desamor, pero es demasiado débil para abrirse paso. Sin embargo, si una pequeña llama de amor viene del exterior, entonces la chispa divina se abre paso y se conecta con la llama del amor, y la llama es suficiente para consumir lo que aún es un caparazón, una escoria, impide un fuego brillante. Porque la chispa divina en los humanos siempre los impulsa a amar desde dentro. La voluntad humana puede entonces encender la chispa hasta convertirla en la llama más fuerte, y esta llama siempre toma la dirección hacia Dios, hacia la salida del amor y de la luz.

Porque el amor de Dios es un fuego eterno que arde con el resplandor más brillante y quiere absorberlo todo.... cada pequeña llamita que se ha unido al Fuego eterno ha alcanzado su objetivo.... Pero innumerables chispas de amor divino aún vagan por ahí, probablemente brillan sin cesar, pero no encuentran alimento para encenderse y arder intensamente.... Su entorno es pobre en luz y amor, rara vez sólo una pequeña llama parpadea en la noche; Pero dondequiera que se enciende, allí la chispa divina se ha abierto paso, y la pequeña llama promete convertirse en una llama brillante, porque no puede apagarse porque la llama del amor atraviesa cada obstáculo, lo consume y su llama aumenta constantemente.

Pero la chispa divina es parte de Dios, la llama del amor es una irradiación del Amor eterno, y por eso nunca puede ser derramada del todo, sino que aparece escasamente y aislada, donde la voluntad humana se mantiene alejada de toda obra de amor, donde no permite que la chispa divina que hay en uno mismo se convierta en una llama mediante la caridad activa. Y es por eso que la humanidad camina en la oscuridad de la noche, y sus pequeñas llamitas sólo brillan débilmente de vez en cuando. Y, sin embargo, la noche puede iluminarse tan brillante como el día, donde a través de la obra diligente del amor, se encienden llamitas tras llamitas, que chocan entre sí, se convierten en una gran llama y brillan en la más plena luminosidad.... que todas se esfuerzan hacia el cielo hacia la gran Luz, la Llama eterna, con La que buscan fundirse para estar cerca de la Luz primordial, del Amor Eterno....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Göttlicher Funke .... Liebe .... Flammen ....

Der göttliche Funke im Menschen kann zu einer ungeheuren Flamme werden, und dann verzehret er alles, was mit ihm in Berührung kommt .... d.h., die Liebesflamme braucht ständig neue Nahrung, sie zieht alles in ihr Bereich; sie entzündet und strahlt Wärme aus, sie läutert und kristallisiert, was unrein ist, sie belebt und erweckt, sie erleuchtet und durchstrahlt alles und ruhet nicht eher, bis das von ihr Erfaßte gleich ihr zur Flamme wird. Und dann kann der Mensch von der Erde gehen, denn dann hat er sein Ziel erreicht, er hat sich der ewigen Gottheit angegliedert, Die in Sich pur Liebe ist. Es ist der göttliche Liebesfunke im Menschen in Verbindung getreten mit Gott, Der die Liebe Selbst ist .... Doch zumeist gehört ein langes Erdenleben dazu, um sich völlig zur Liebe zu wandeln .... zumeist wird das Feuer der Liebe im Menschen nicht entzündet, der Funke glimmt zwar; er hat aber nicht die Kraft, um sich zu greifen und die Flamme hell auflodern zu lassen. Und darum muß fortgesetzt geschürt werden, auf daß der Funke nicht verlöscht, und es muß ihm Nahrung zugeführt werden .... die Liebe im Menschen muß angeregt werden zur Tätigkeit .... Es muß ein überaus starker Wille des Mitmenschen Besitz ergreifen von seiner Seele, die Liebe dessen muß so stark sein, daß er diese überträgt auf jene, und dadurch wird nun auch der Funke entfacht zu starker Liebeglut, so daß beide Flammen verschmelzen können und nun hell erstrahlen .... Wo einmal diese Flamme entzündet ist, dort kann sie nimmermehr verlöschen, sondern sie wird immer heller und strahlender werden, weil sie immer Nahrung finden wird .... Seelen, die in Not sind und die nun von der Liebesflamme ergriffen und aufgezehrt werden. Denn es läßt ein liebender Mensch jene Seelen nicht in der Not, und jede Hilfeleistung ist ein erneutes Entzünden des göttlichen Funkens, die Flamme im Herzen wird immer größer, und es wird bald nichts mehr sein in des Menschen Umgebung, das nicht der Flamme zum Opfer fällt. Doch die Liebesflamme hat eine wohltätige Wirkung, sie ist sanft und doch voller Glut, sie wird niemanden verletzen und schädigen, sondern sie wird beglücken, erwecken und ausreifen, aber sie wird auch niemanden auslassen, denn die Flammen der Liebe greifen sehr schnell um sich, wo sie einmal entzündet sind ....

Der göttliche Funke im Menschen kann nicht verlöscht werden, jedoch verschüttet, wenn er noch nicht groß genug ist .... Dann glimmt es wohl unter der Decke der Lieblosigkeit weiter, aber er ist zu schwach, um durchzubrechen. Kommt jedoch von außen ein kleines Liebesflämmchen heran, dann schlägt der göttliche Funke durch und verbindet sich mit dem Flämmchen der Liebe, und es genügt die Flamme zum Verzehren dessen, was noch als Hülle, als Schlacke ein helles Feuer verhindert. Denn der göttliche Funke im Menschen treibt stets von innen heraus diesen zur Liebetätigkeit an. Der Wille des Menschen kann also den Funken entfachen zur stärksten Flamme, und diese Flamme nimmt stets die Richtung zu Gott, zum Ausgang der Liebe und des Lichtes. Denn Gottes Liebe ist ein ewiges Feuer, das in hellster Glut lodert und alles in sich aufnehmen will .... jedes Flämmchen, das sich mit dem ewigen Feuer vereinigt hat, ist an seinem Ziel angelangt .... Doch zahllose Funken der göttlichen Liebe irren noch umher, sie glimmen wohl unaufhörlich, finden aber keine Nahrung, um sich entzünden und hell auflodern zu können .... Licht- und Liebe-arm ist ihre Umgebung, selten nur zuckt ein Flämmchen durch die Nacht; wo es aber aufzuckt, dort ist der göttliche Funke durchgebrochen, und es verspricht das Flämmchen zur hellen Flamme zu werden, denn es kann nicht verlöscht werden, weil die Flamme der Liebe jedes Hindernis durchdringt, es aufzehrt und seine Flamme sich ständig vergrößert. Doch es ist der göttliche Funke ein Teil Gottes, es ist die Flamme der Liebe eine Ausstrahlung der ewigen Liebe, und sie kann darum nimmermehr gänzlich verschüttet werden, nur spärlich und vereinzelt scheinen, wo der Wille des Menschen sich jedem Liebeswirken fernhält, wo er den göttlichen Funken in sich nicht zur Flamme werden läßt durch tätige Nächstenliebe. Und darum wandelt die Menschheit in Dunkelheit der Nacht dahin, und ihre Flämmchen leuchten nur spärlich hin und wieder. Und doch kann die Nacht taghell erleuchtet sein, wo durch emsiges Liebeswirken Flämmchen auf Flämmchen sich entzündet, die zusammenschlagen, zur großen Flamme werden und in vollster Leuchtkraft erstrahlen .... die alle streben himmelwärts dem großen Licht, der ewigen Flamme entgegen, mit der sie sich zu verschmelzen suchen, um dem Urlicht, der ewigen Liebe, nahe zu sein ....

Amen

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This is an original publication by Bertha Dudde