A los humanos se les da la libertad de pensar y actuar según su voluntad. En consecuencia, también tiene que asumir los efectos de su pensamiento y sus acciones; su pensamiento le traerá verdad o error, según su voluntad, sus acciones recompensa o castigo.... Y no puede responsabilizar a nadie más que a sí mismo. Para que ahora su pensamientos y sus acciones tomen la dirección correcta, lo que le trae verdad y recompensa, Dios en Su amor le viene en su ayuda dándole instrucciones, informándole de Su voluntad, que el humano debe usar como guía de su modo de pensar y actuar.
Por tanto, se establece en contacto con el ser humano a través de Sus servidores en la Tierra y en el más allá, transmitiéndoles a través de ellos Su Palabra, encomendando a sus servidores el encargo de anunciar Su voluntad a los humanos y predicarles la palabra de Dios. Así les da aclaración acerca del bien y del mal, acerca del derecho y la injusticia, pero deja que el humano decida libremente lo qué quiere hacer. Inicialmente no tiene ningún conocimiento de lo que es correcto ante Dios, pero puede obtener este conocimiento si se le transmite la Palabra de Dios. Pero no se le obliga a aceptar esto, sino sólo se le anima a hacerlo, y nuevamente decide su libre albedrío; pero nunca puede decir que éste tiene que decidirse en una dirección, nunca puede decir que carece de conocimiento de la voluntad de Dios, porque Dios siempre le informa, sólo que de diferentes maneras.
Debido a que Dios le dio al ser humano el libre albedrío, esto necesariamente incluye la capacidad de tomar decisiones, y esto nuevamente requiere un conocimiento de la voluntad de Dios; de lo contrario, el ser humano no podría ser considerado responsable. Por lo tanto, Él no le negará este conocimiento acerca de la voluntad divina.... Pero cómo se ajusta a esto, esto depende libremente de Él. Pero correspondiente está también el estado de la cognición, el grado de la verdad en el que se encuentra ahora, y también la medida de bienaventuranza en el reino del más allá, porque ambos son las consecuencias de su libre decisión de voluntad.... por lo tanto, el ser humano mismo es el diseñador de su vida en el más allá a través de su voluntad....
amén
TraductorDem Menschen ist die Freiheit gegeben, zu denken und zu handeln nach seinem Willen. Folglich muß er auch die Auswirkung seines Denkens und Handelns auf sich nehmen, sein Denken wird ihm Wahrheit oder Irrtum eintragen, je nach seinem Willen, sein Handeln Lohn oder Strafe.... Und niemanden kann er dafür verantwortlich machen als sich selbst. Auf daß nun aber sein Denken und Handeln die rechte Richtung nehme, die ihm Wahrheit und Lohn eintrage, kommt Gott in Seiner Liebe ihm zu Hilfe, indem Er ihm Anweisungen gibt, indem Er ihn von Seinem Willen in Kenntnis setzt, den sich der Mensch zur Richtschnur seines Denkens und Handelns machen soll. Er setzt sich also in Verbindung mit dem Menschen durch Seine Diener auf Erden und im Jenseits, indem Er durch diese ihnen Sein Wort vermittelt, indem Er Seinen Dienern den Auftrag gibt, den Menschen Seinen Willen zu verkünden und ihnen das Wort Gottes zu predigen. Er gibt ihnen also Aufklärung über Gut und Böse, über Recht und Unrecht, doch Er stellt es dem Menschen frei, wofür er sich entscheiden will. Der Mensch ist anfänglich ohne jede Erkenntnis, was recht ist vor Gott, doch er kann diese Erkenntnis gewinnen, so ihm Gottes Wort vermittelt wird. Er wird aber nicht gezwungen zur Annahme dessen, sondern nur dazu angeregt, und wieder entscheidet sein freier Wille; doch er kann niemals sagen, daß dieser sich nach einer Richtung entscheiden müsse, er kann niemals sagen, daß ihm jegliche Kenntnis mangelt vom Willen Gottes, denn Gott setzet ihn immer in Kenntnis, nur in verschiedener Weise. Denn da Gott dem Menschen den freien Willen gab, gehört dazu unbedingt die Entscheidungsmöglichkeit, und diese setzt wieder ein Wissen um den Willen Gottes voraus, ansonsten der Mensch nicht zur Verantwortung gezogen werden könnte. Also wird Er ihm auch dieses Wissen um den göttlichen Willen nicht vorenthalten.... Doch wie er sich dazu einstellt, das steht ihm frei. Entsprechend ist aber auch der Zustand der Erkenntnis, der Grad der Wahrheit, in dem er sich nun befindet, und auch das Maß von Seligkeit im jenseitigen Reich, denn beides sind die Folgen seines freien Willensentscheides.... also es ist der Mensch selbst Gestalter seines jenseitigen Lebens durch seinen Willen....
Amen
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