Comparar anuncio con traducción

Otras traducciones:

Grado de madurez al morir.... Filiación de Dios....

Es extremadamente importante en qué estado espiritual el ser humano deja la vida, porque sólo esto determina su vida en la eternidad. Y es por eso que todo pensamiento debe estar dirigido únicamente a la perfección espiritual, que es el propósito final de la vida en la Tierra. Pero si durante la existencia terrenal se ignora la lucha por la perfección, entonces toda la vida terrenal también pierde sentido, por lo que hasta cierto punto se ha vuelto innecesaria e incluso un gran peligro para las almas de los humanos que ya no aspiran a Dios, sino se esfuerzan a Su polo opuesto a través de sus deseos por los bienes terrenales, hacia la materia, que ya deberían haber superado hace tiempo y que ahora han vuelto a ganar mayor importancia.

En consecuencia, el alma de tales humanos se esfuerza cada vez más por alejarse de Dios, por lo que esto no se hace imposible por el hecho de que la muerte física pone fin a su caminar por la Tierra. El estado espiritual logrado en el momento de la muerte física determina ahora su destino en el más allá. El alma tiene que aceptar este destino, pero todavía tiene la oportunidad de mejorarlo tan pronto como su voluntad cambie y desee a Dios, hacia la altura. Sólo que pierde la filiación de Dios, que sólo puede adquirirse en la Tierra, que exige la voluntad dirigida hacia Dios ya en la Tierra y que ya no puede recuperarse en el más allá.

Alcanzar el mayor grado posible de madurez mientras esté en la Tierra debería ser el objetivo de todo ser humano. Sólo entonces vivirá su vida terrenal conscientemente y esto le traerá éxito espiritual. Pero es precisamente esta lucha por la perfección la que se ignora porque no se cree en los efectos de los cambios terrenales en el más allá, y donde falta la fe, no hay lucha espiritual. Y es por eso que el objetivo más alto, la filiación de Dios, sólo lo logran muy pocos humanos, y sólo aquellos que viven para este objetivo, es decir, anteponen a Dios y Su voluntad a todo lo demás y siempre y constantemente cumplir el mandamiento de la caridad, es decir, practicar constantemente el amor.

Éstos ya están íntimamente conectados con Dios en la Tierra que también tienen el conocimiento correcto y, por lo tanto, también saben acerca del significado y el propósito de la vida en la Tierra y no prestan atención a los bienes terrenales. Así que han superado completamente la materia y cuando dejan la Tierra pueden entrar en el reino espiritual sin ningún obstáculo, pueden ver a Dios cara a cara, y la fuerza y el amor de Dios los inundan.... Una bienaventuranza inimaginable es su suerte en el reino espiritual, para poder crear y diseñar para la propia felicidad, como lo fue desde el principio, que todos los seres deben volver a alcanzar....

amén

Traductor
Traducido por: Hans-Dieter Heise

Reifegrad beim Ableben.... Gotteskindschaft....

Es ist überaus bedeutsam, in welcher geistigen Verfassung der Mensch aus dem Leben scheidet, denn diese allein bestimmt sein Leben in der Ewigkeit. Und darum soll jeder Gedanke nur der geistigen Vervollkommnung gelten, die Endzweck des Erdenlebens ist. Wird aber das Streben nach Vollkommenheit während des Erdendaseins außer acht gelassen, dann verliert auch das ganze Erdenleben an Bedeutung, es ist also gewissermaßen unnötig geworden, ja sogar eine große Gefahr für die Seelen der Menschen, die nicht mehr Gott, sondern Seinem Gegenpol zustreben durch ihr Verlangen nach irdischen Gütern, nach der Materie, die sie längst überwunden haben sollten und die nun wieder vermehrten Einfluß gewonnen hat. Folglich strebt die Seele solcher Menschen immer mehr von Gott ab, so dies nicht unmöglich gemacht wird dadurch, daß der Leibestod ihren Wandel auf Erden beschließt. Der bei dem Leibestod erreichte Geisteszustand bestimmt nun sein Los im Jenseits. Es muß die Seele dieses Los auf sich nehmen, sie hat aber immer noch die Möglichkeit, es zu verbessern, sowie ihr Wille sich wandelt und zu Gott, zur Höhe, verlangt. Nur geht sie der Gotteskindschaft verlustig, die nur erworben werden kann auf der Erde, die den Gott-zugewandten Willen schon auf Erden erfordert und die im Jenseits nicht mehr nachgeholt werden kann. Einen möglichst hohen Reifegrad zu erreichen noch auf Erden müßte das Bestreben eines jeden Menschen sein, dann erst lebt er sein Erdenleben bewußt, und es trägt ihm geistigen Erfolg ein. Doch gerade dieses Streben nach Vollkommenheit wird außer acht gelassen, weil an eine Auswirkung des Erdenwandels im Jenseits nicht geglaubt wird, und wo der Glaube fehlt, auch kein geistiges Streben zu verzeichnen ist. Und darum wird das höchste Ziel, die Gotteskindschaft, nur von sehr wenigen Menschen erreicht, und zwar nur von jenen, die nur diesem Ziel leben, d.h. Gott und Seinen Willen allem anderen voransetzen und das Gebot der Nächstenliebe stets und ständig erfüllen, also unentwegt die Liebe üben. Diese sind schon auf Erden so innig verbunden mit Gott, daß sie auch im rechten Erkennen stehen und sonach um Sinn und Zweck des Erdenlebens wissen und den irdischen Gütern keine Beachtung schenken. Sie haben also schon restlos die Materie überwunden und können bei ihrem Abscheiden von der Erde ohne jegliches Hindernis ins geistige Reich eingehen, sie können Gott schauen von Angesicht zu Angesicht, und Gottes Kraft und Liebe durchflutet sie.... Eine unvorstellbare Seligkeit ist ihr Los im geistigen Reich, schaffen und gestalten zu können zur eigenen Beglückung, wie es einst der Urzustand war, den alle Wesen wieder erreichen sollen....

Amen

Traductor
This is an original publication by Bertha Dudde