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La predicación.... Predicadores auténticos - el recipiente de la revelación....

El don de predicar el evangelio presupone el amor a los hombres si deben salir palabras divinas de la boca del predicador, entonces es el órgano a través de lo cual Dios habla Él mismo con los hombres, de otra forma solamente serán palabras humanas.... Palabras que se han aprendido y solamente distribuyen el conocimiento que el hombre ha aprendido en la escuela. Pero mientras el hombre tenga caridad, el espíritu divino trabaja desde Dios para el hombre y entonces puede hablar lo que el espíritu de Dios le transmita.

Entonces un predicador que no vive en caridad nunca podrá defender con éxito el evangelio, porque serán palabras vacías que pronuncia; les falta la vida y no podrán despertar vida. Y es la razón por la que a la mayoría de la gente pasa la palabra divina sin encontrar un eco en el hombre. No son anunciadores verdaderos de la palabra divina, no son sirvientes de Dios como deberían ser para tener éxito en el mundo. Con su cargo van intereses materiales y si el hombre no va con caridad especial, no podrá dar explicación como sería necesario para llegar a tener claridad. Mantendrá las formas necesarias como lo ha aprendido y se sentirá servidor de Dios que está previsto a predicar la palabra de Dios....

La gracia de predicar es consecuencia de una unión íntima con Dios a través de caridad y rezo.... No habrá límites en el trabajo del espíritu en el hombre y ahora no es el hombre quien habla, sino la voz del espíritu santo la que se pronuncia a través de la boca humana. “No os preocupéis de lo que debéis hablar porque Mi espíritu os lo dará a su hora....”Y lo que el hombre piensa y habla será el evangelio que debe pasar, porque es la palabra de Dios, transmitido al hombre a través de Su espíritu. Y cada uno puede ser maestro en cuanto se le habrá ganado el derecho a la acción divina por su trabajo en caridad. Y únicamente ellos deben enseñar.... Unos estudios terrestres no compensan nunca la tarea del espíritu y sino se efectúa al mismo tiempo caridad, solo serán palabras de letras que se ofrecen a los hombres; no llegarán al corazón y no se despiertan sino el audiente este lleno de amor profundo para Dios, luciendo de Su espíritu para que Su palabra se despierta en él.

Hay que tomar el oficio de predicadores eternamente importante y al mismo tiempo está a nivel de un trabajo terrenal, también para los que lo tienen que efectuar. Está metido forzosamente en tiempo y una forma igual que los cargos terrestres, se ejerce como un trabajo común y no desde una necesidad profundamente interna.... El hombre tiene que ser empujado por su espíritu para hablar y no hace falta un sitio especial ni una hora determinada, sino hombres hambrientos que quieren beber de la fuente de la sabiduría divina, que piden el pan del cielo.... A ellos se les debe predicar el evangelio, el oficio divino cuya revelación será únicamente por llegar a una sabiduría. Lo más intenso es la unión del predicador con Dios y más voluntad presta el audiente a su palabra, más claro y más intenso llega la palabra a los oídos del audiente porque lo recibe de todo corazón y no resuena solamente en el oído.

El predicador debe ser una herramienta de Dios, es decir debe someterse a Dios para que pueda trabajar sin límites a través de Él.... Debe ser el recipiente para el espíritu de Dios que quiere echarse sobre los humanos.... El debe pasar este riachuelo a los que no pueden establecer ellos mismos una unión con Dios y enseñarles el camino.... el debe, si él mismo vive para Dios y trabaja por el, traer a los semejantes a Dios y darles a conocer el amor divino que se puede lograr a través de caridad.... Él debe enseñar la caridad a los hombres, porque sin amor nadie logrará ser feliz....

Amén

Preaching ministry.... right preachers - receptacles....

The gift of preaching the gospel requires love for people if divine words are to flow from the preacher's mouth, for then he is the organ through which God Himself speaks to people, whereas otherwise it is human words that he speaks.... words that are learnt and only reflect the knowledge that man has absorbed in a scholastic way. As soon as a person is active in love, the spirit from God works through that person, and then he can only speak what the spirit from God imparts to him. Therefore, a preacher who is not active in love can never successfully stand up for the gospel, for the words he speaks are only empty; they lack life and therefore cannot awaken to life. And that is the reason why the divine word passes by the majority of people without finding an echo in them. They are not true proclaimers of the divine word, not servants of God, as they should be in order to be able to work successfully on earth. Their ministry is also connected to material interests, and if the human being is not exceptionally active in love he will not be able to provide the kind of information which is necessary in order to attain realization. However, he will always comply with the external forms he has been taught by human beings and he will feel like a servant of God who is destined to preach the gospel to his fellow human beings........ The gift of preaching is a consequence of the most intimate connection with God through loving activity and prayer.... There are then no limits to the work of the spirit in man, and now it is not man who speaks, but the voice of the divine spirit that makes itself known through the mouth of man. "Do not worry about what you are to say, for My spirit will give it to you at the same hour...." And what a person speaks and thinks is the gospel that he should pass on, for it is God's word, imparted to people by His spirit. And anyone can carry out this teaching ministry if he has acquired the right to the working of the divine spirit through labour of love. But only these are to teach.... Worldly study never replaces the work of the spirit, and if the activity of love is not practiced at the same time, the words offered to people will be and remain literal; they will not penetrate the heart and awaken it to life unless the listener is gripped by deep love for God and enlightened by His spirit, so that the word comes alive in him. The office of preacher is to be taken as infinitely important and yet will be equated with a worldly task even by those who are to fulfil it. Like worldly offices, it is forced into time and form, it is exercised habitually and no longer out of the deepest inner need.... Man must be urged by his spirit to speak, and for this he needs neither a specific place nor a specific time, but only hungry people who want to refresh themselves at the source of divine wisdom, who desire the bread of heaven.... The gospel is to be preached to them, the divine doctrine of love, the fulfilment of which alone allows man to attain wisdom. The more intimate the connection of the preacher with God is and the more willingly the listener receives his word, the clearer and more comprehensible this word will reach the ears of the listener, because he now desires and hears it with his heart and does not let it fade away at the ear. The preacher should be God's instrument, i.e. surrender himself to God so that He can work through him unhindered.... He is to be the receiving vessel for the spirit from God, which is to pour out on people.... He is to pass on this flow and show the way to those who do not establish the connection with God themselves.... if he himself lives and works with God and for God, he should also lead his fellow human beings to Him and give them knowledge of God's love, which is to be achieved again through loving actions.... He should educate people to love, because without love no human being can be saved....

amen