Sólo eso puede corresponder a Dios, que tiene como guía los mandamientos del amor a Dios y al prójimo, porque si el hombre vive según estos mandamientos, nunca violará la voluntad divina. En consecuencia, un caminar sobre la tierra que no se base en los mandamientos divinos, que por lo tanto contradiga la voluntad divina, debe ser inútil para el alma porque no le trae ningún desarrollo superior. El alma está entonces en un estado de inmadurez, que sólo puede remediarse concediendo la gracia, y esta le viene por la presentación de la Palabra divina, que le muestra que está en peligro y que está viviendo mal su vida terrenal...
Esta concesión de gracia ahora puede ser aceptada, pero también rechazada, dependiendo de su voluntad; pero que el único medio para que el hombre cambie su vida en la tierra y se someta a los mandamientos divinos. Y para ello se le deben presentar las consecuencias de un modo de vida erróneo, así como la vida en la luz que le espera a un alma que se ha sometido a la voluntad de Dios. Pero estas consecuencias nunca se le puede probar al ser humano de tal manera que tenga que creer, en consecuencia siempre se puede dudar del origen de la Palabra divina si el ser humano lo quiere...
Responderá de lo que se difunde como Palabra divina es siempre obra del hombre, y nunca se dejará convencer de que una persona ha bebido de una fuente que se ha hecho accesible a los hombres por el gran amor de Dios para impartirles un conocimiento que corresponde a la verdad... Sólo podrán comprenderlo y creerlo si llevan una forma de vida correcta, una vida de amor, que les trae conocimiento. Entonces ya no les parecerá sorprendente que Dios Mismo sea la fuente Que hace fluir el agua viva a las personas... entonces podrán creer sin pruebas lo que se les enseña acerca de las consecuencias de una forma de vida incorrecta, e impulsarse por propia voluntad a vivir según la voluntad de Dios.
Llevarán una vida de amor y sabrán que entonces también pueden beber constantemente de la corriente de la vida, que reciben la sabiduría de Su mano. de modo que una vida amorosa determinará siempre el grado de madurez del alma, porque aumenta el grado de conocimiento y el estado luminoso del alma depende del conocimiento. El mandamiento de amar a Dios y al prójimo, por lo tanto, no debe apagarse y debe cumplirse primero para que las consecuencias de una vida de amor se expresen en un mayor conocimiento, y por eso se debe instar a las personas a amar y esto nuevamente a través de la mediación de la Palabra divina, que amonesta y educa a los hombres en el amor.
Tan pronto como el incrédulo, quisiera negar a Dios como origen de Su Palabra, está activo en el amor él mismo, todas las dudas desaparecerán para él. Tendrá que considerar la Palabra como expresión de Dios, porque su corazón, que es capaz de amar, la acepta y al mismo tiempo le da el entendimiento para ella. Y ahora ya no es posible que las dudas se apoderen del ser humano en cuanto lleva una vida constante obra en amor. Porque ahora que Dios lo atrae hacia Sí, Que es el Amor Mismo, también reconoce Su Palabra, Su voz, y acepta como verdad sin objeción y sin vacilación, todo lo que se le ofrece por el amor de Dios... lo que le es impartido como Palabra divina...
La palabra divina educa al amor, la actividad del amor trae al hombre el conocimiento, y un mayor conocimiento vuelve a aumentar el amor a Dios y a Sus criaturas. Y una luz cada vez más brillante, es decir, un estado cada vez más clarividente, será el destino de aquel que está amorosamente activo en la tierra. Y por eso jamás se puede buscar la sabiduría en los sabios mundanos si carecen de amor, aunque reconocerán la verdad como tal si llevan al mismo tiempo un vida de amor al prójimo activo. Porque estos también reconocerán a Dios como fuente de Su Palabra, no pueden de otra manera, porque a través de la vida en el amor ya se han unido a Él, por así decirlo, y por lo tanto también reconocen Su obra...
amén
TraductorNur das kann dem Willen Gottes entsprechen, was die Gebote der Gottes- und Nächstenliebe zur Richtschnur hat, denn so der Mensch diesen Geboten entsprechend lebt, wird er niemals gegen den göttlichen Willen verstoßen. Folglich muß ein Erdenwandel, dem nicht die göttlichen Gebote zugrunde liegen, der also dem Willen Gottes widerspricht, nutzlos sein für die Seele, weil er ihr keine Höherentwicklung einträgt. Die Seele befindet sich also dann in einem Zustand der Unreife, der nur durch Zuwendung von Gnade behoben werden kann, und diese geht ihr zu durch Darbietung des göttlichen Wortes, das der Seele vorstellt, daß sie in Gefahr ist und ihr Erdenleben falsch lebt.... Diese Gnadenzuwendung kann nun angenommen, aber auch abgelehnt werden, je nach ihrem Willen; sie ist aber das einzige Mittel, daß der Mensch sein Erdenleben ändert und sich den göttlichen Geboten unterwirft. Und es muß ihm zu diesem Zweck die Folgen eines verkehrten Lebenswandels vorgestellt werden, sowie auch das Leben im Licht, das eine Seele erwartet, die sich dem Willen Gottes unterworfen hat. Doch niemals können diese Folgen dem Menschen so bewiesen werden, daß er glauben muß, folglich wird der Ursprung des göttlichen Wortes immer angezweifelt werden können, wenn dies der Mensch will.... Er wird entgegensetzen, daß immer Menschenwerk ist, was als göttliches Wort verbreitet wird, und niemals davon sich überzeugen lassen, daß ein Mensch aus einer Quelle geschöpft habe, die durch Gottes große Liebe den Menschen zugänglich gemacht wurde, um ihnen ein Wissen zu vermitteln, das der Wahrheit entspricht.... Sie werden dies nur verstehen und glauben können, so sie einen rechten Lebenswandel führen, ein Leben in Liebe, das ihnen die Erkenntnis einträgt. Dann wird es ihnen nicht mehr verwunderlich erscheinen, daß Gott Selbst der Quell ist, Der den Menschen lebendiges Wasser zuströmen läßt.... dann werden sie auch ohne Beweis glauben können, was ihnen über die Folgen eines falschen Lebenswandels gelehrt wird, und aus eigenem Antrieb dem Willen Gottes gemäß leben. Sie werden ein Leben führen in Liebe und wissen, daß sie dann auch unentwegt schöpfen können aus dem Strom des Lebens, daß sie göttliche Weisheiten empfangen aus Seiner Hand. Also wird immer ein Liebesleben bestimmend sein für den Reifegrad der Seele, weil es den Grad des Wissens erhöht und vom Wissen der lichtvolle Zustand der Seele abhängig ist. Das Gebot der Gottes- und Nächstenliebe ist sonach nicht auszuschalten und muß als erstes erfüllt werden, auf daß die Folgen eines Liebelebens sich in vermehrtem Wissen äußern, und darum müssen die Menschen zur Liebe angehalten werden und dies wieder durch Vermittlung des göttlichen Wortes, das die Menschen zur Liebe ermahnt und erzieht. Sowie der ungläubige Mensch, der Gott als Ursprung Seines Wortes ableugnen möchte, selbst liebetätig ist, wird Ihm jeder Zweifel schwinden. Er wird das Wort als Äußerung Gottes ansehen müssen, denn sein liebefähiges Herz nimmt es an und gibt ihm gleichzeitig das Verständnis dafür. Und es ist nun nicht mehr möglich, daß sich des Menschen Zweifel bemächtigen, sowie er ein Leben führt in ständigem Liebeswirken. Denn da nun Gott ihn an sich zieht, Der ja die Liebe Selbst ist, erkennt er auch Sein Wort, Seine Stimme, und er nimmt widerspruchslos und ohne Bedenken alles als Wahrheit hin, was ihm durch die Liebe Gottes geboten wird.... was ihm als göttliches Wort vermittelt wird. Das göttliche Wort erzieht zur Liebe, die Liebetätigkeit trägt dem Menschen das Wissen ein, und vermehrtes Wissen steigert wieder die Liebe zu Gott und zu Seinen Geschöpfen. Und immer helleres Licht, d.h. ein immer hellsichtigerer Zustand, wird das Los dessen sein, der auf Erden liebend tätig ist. Und daher kann die Weisheit nimmermehr bei den Weltweisen gesucht werden, so es diesen an der Liebe mangelt, während sie jedoch die Wahrheit als solche erkennen werden, so sie gleichzeitig ein Leben in tätiger Nächstenliebe führen. Denn diese werden auch Gott anerkennen als Quell Seines Wortes, sie können nicht anders, weil sie durch das Leben in Liebe sich gleichsam mit Ihm schon verbunden haben und also auch Sein Wirken erkennen....
Amen
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