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Poder de la oración..... Huid de las alegrías del mundo..... Cuerpo y alma....

Así que intentad una vez poneros en la condición de que solo estéis dirigiendo vuestros sentidos a Dios, y si vuestros pensamientos quieren perderse, pedid ayuda a Él. Entonces escucharéis cada palabra de nosotros de manera brillante y clara, porque el poder de la oración es indescriptiblemente grande, simplemente que no lo sabéis bien todavía..... En las cosas mundanas podéis captar el cumplimiento de vuestra oración, pero en las espirituales, no es tan notorio para vosotros, pero el alma saca un inmenso beneficio cuando se dirige íntimamente al Padre celestial. Y esa es la bendición de la oración, que os desarrolláis más y más alto y la presión sobre el alma se desvanezca cada vez más. El alma se eleva y ya no participa más en el sufrimiento terrenal, y eso también hace que el cuerpo soporte el sufrimiento con mucha más facilidad.

En las horas de angustia terrenal el alma vuelve al cuerpo y le da la fuerza para tomarlo todo con paciencia en vista de la eternidad, porque cuerpo y alma luchan juntos por la paz interior. ¡Huid de las alegrías del mundo!..... No podéis recibir esta advertencia con la suficiente frecuencia, porque solo entonces vuestro ser espiritual podrá ser puesto ante vuestros ojos. Dirigir los pensamientos hacia Dios es mucho más valioso que dedicarlos a gozos terrenales, y al mismo tiempo comenzáis a separar el alma del cuerpo. Guiada a nuestras esferas, al alma se le ofrece una posibilidad tal que pronto entra en contacto con el espíritu que duerme en ella y la existencia en la tierra es solo un medio para lograr un fin.

Solo estimulará siempre al cuerpo a cumplir con los deberes terrenales y a comprometerse plenamente a obrar en amor..... a cultivar el amor con todas sus fuerzas y, por lo tanto, a suministrar constantemente al alma una nueva fuerza, que de nuevo se aplica a la unificación con el Espíritu de Dios. El trabajo diligente del cuerpo con el alma debe tener un éxito espiritual. Todo lo que se necesita es la bendición de arriba, que se debe implorar en una oración sincera. Cada suspiro, enviado al cielo con la confianza de un niño, también os asegura el apoyo del cielo, y en la preocupación espiritual tampoco pediréis en vano. Porque todo se revela a la Deidad, incluso el rincón más íntimo del corazón, cuando de esto sale un grito de auxilio al Padre.....

Amén

Power of prayer.... flee the pleasures of the world.... body and soul....

So try to put yourself in a state where you only direct your senses towards God, and if your thoughts want to stray, call upon Him for help. You will then hear every word we say brightly and clearly, for the power of prayer is unspeakably great, you just don't know it yet.... In worldly things the fulfilment of your prayer becomes tangible to you, but in the spiritual it is not so noticeable to you, yet the soul derives immense benefit from it when you turn intimately to the heavenly father. And that is the blessing of prayer, that you develop higher and higher and the pressure falls off the soul more and more. The soul lifts itself up and no longer takes such an interest in earthly suffering, and this also allows the body to bear suffering much more easily. In hours of earthly hardship, the soul returns to the body and gives it the strength to patiently accept everything in view of eternity, for body and soul struggle together for inner peace. Flee the pleasures of the world.... This admonition cannot be given to you often enough, for only then will you be able to truly realise your spiritual existence. Raising your thoughts to God is far more valuable than devoting them to earthly pleasures, and at the same time you begin the separation of the soul from the body. Guided into our spheres, such a possibility is offered to the soul that it soon makes contact with the spirit slumbering in it and earthly existence is only a means to an end for it. It will only ever stimulate the body to fulfil its earthly duties and to fully commit itself to a work of love in.... to cultivate love with all its strength and thereby supply the soul with ever new strength, which is again directed towards the union with the spirit of God. Diligent labour of the body with the soul must have spiritual success. It therefore only requires blessing from above, which should be implored in fervent prayer. Every sigh of relief, sent to heaven in childlike trust, also assures you of heaven's support, and in spiritual concern you will not make any request in vain. For everything is revealed to the deity, including the innermost corner of the heart, when a cry for help to the father comes from there....

Amen