8166 “Quién es, El que os habla...?

3 de mayo de 1962: Libro 86

Esta es la señal de Mi presencia, de que podéis oírme, de que os hablo, de que os transmito Mi Palabra, la irradiación de la luz del amor de Mí Mismo, que lleno todo el universo... pero también debéis saber que estoy presente en el más pequeño grano de arena... y así también puedo habitar en el corazón de una persona, que como niño, anhela hablar con su Padre... ¿Por qué creéis que esto es imposible? ¿por qué vosotros mismos queréis crear tanta distancia entre Yo y vosotros, cuando Mi amor os ha creado y este amor también añora constantemente a sus criaturas...

¿Por qué os resulta incomprensible que podáis oír Mi voz, que Yo Mismo Me incline hacia vosotros para dirigirme a vosotros? Es ciertamente entendible que no podáis soportar Mi poder de amor no disimulado, pero siempre podré dároslo con la fuerza que vuestro estado de madurez os lo permita... pero os tocará mientras lo queráis vosotros mismos, así como vosotros mismos os abriréis a Mi irradiación de amor a través de vuestra voluntad. Pero siempre es M irradiación, siempre es la corriente de fuerza que emana de la fuente eterna que fluye hacia vosotros...

Probablemente fuisteis irradiados por Mí como la chispa más pequeña, pero sois y seguiréis siendo lo mismo para siempre... vuestro elemento primario es amor, que también una vez volverá al mar del fuego del amor eterno, porque en esto consiste la ley desde la eternidad. Y también vuestro libre albedrío tampoco ha podido romper el vínculo entre vosotros y Yo, sólo ha tenido el efecto de que Mi fuerza de amor pudiera volverse menos efectivo sobre vosotros, que no ha podido irradiaros con la fuerza de luz como surge de Mí, pero aún os toca porque de lo contrario no habríais podido seguir existiendo.

Por lo tanto, el vínculo existe siempre y para siempre, y aunque vuestra voluntad también reduzca el efecto de Mi irradiación de amor, nunca podréis hacer que restrinja Mis irradiaciones, y tampoco podréis decir de que Yo Mismo Me mantengo alejados de vosotros... esta suposición es errónea porque no podéis evaluar la profundidad de M amor, que está destinado a vosotros y valdrá para siempre. Así que Yo Mismo Me acerco a vosotros como vosotros lo permitáis...

Si vosotros todavía os mantenéis alejados de Mí, entonces tampoco tendréis el deseo de oírme a Mí Mismo... Entonces sería irrelevante para vosotros si Yo soy o donde estoy... Pero si vosotros mismos tratáis de acercaros a Mí, entonces vosotros mismos también reducís la distancia de Mí, y si anheláis Mi discurso, entonces vosotros mismos hacéis posible que Yo esté presente en vosotros, porque entonces ya hay amor en vosotros, y en el amor os juntáis Conmigo... Vuestro deseo por Mi discurso Me abre vuestros corazones y Mi irradiación de amor es posible de nuevo como en el principio...

“Quien permanece en el amor permanece en Mí y Yo en él...” Y el grado en que el amor se enciende en vosotros determina también el efecto de la fuerza de Mi irradiación de amor, por lo que probablemente podéis decir que pereceríais cuando Mi corriente de amor fluyera a través de vosotros con toda su fuerza, porque vosotros como seres humanos aún no sois capaces de ese amor, que originalmente sentisteis cuando todavía eráis felices en el reino de los espíritus. Sin embargo, estoy presente para vosotros porque no sólo soy vuestro Dios y Creador, sino también vuestro Padre... y el Padre nunca se negará a Sí Mismo a Su hijo, el Padre siempre estará cerca del hijo, y es el Padre, Quien habla a Su hijo, cuando este anhela Su discurso...

(03.05.1962) Ciertamente permaneceré inalcanzable para vosotros para siempre, y seré para siempre insondable para vosotros, porque Yo soy el centro primordial y vosotros sois chispas de luz irradiadas por Mí, que por tanto, tampoco pudieron ver el Ser desde el cual emanaron... Porque Yo soy eternamente el Espíritu más perfecto en el infinito, del cual ningún ser creado puede formarse una idea... Pero eso no Me impide acercarse a cada uno de los seres en la fuerza de la luz y el amor que puede tolerar y entonces nunca podréis decir que no soy Yo Mismo, Quien se une a Sus hijos, Quien está presente a ellos...

Mi presencia, sin embargo, es innegable en cuanto Me dirijo al niño, porque es fuerza del amor que ahora llena el corazón de quien Me escucha y porque la “fuerza del amor” es Mi naturaleza original... porque Yo Mismo soy el amor... La medida de fuerza de amor que puede fluir en una persona determina también el grado de divinización que la persona puede lograr en la tierra... como también el hombre Jesús lo alcanzó, lo cual, sin embargo es alcanzado muy raras veces, porque solo hay pocas personas capaz de tal amor que puedan abandonar la vida terrenal completamente espiritualizados.

Y tal divinización significa siempre la unión más estrecha Conmigo... es decir, la presencia de la Deidad Eterna, del Espíritu más supremo en el infinito... Porque soy y seguiré siendo un Dios del amor, y el amor siempre tratará de conectarse con lo que surgió como producto del amor... Siempre buscaré la reunificación con los seres creados por Mí, porque en esto consiste Mi objetivo del proceso de creación: obrar y crear en estrecha comunidad con los productos de Mi amor... Y Yo también lograré este objetivo una vez, porque Mi amor es eternamente inmutable...

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

Descargas

Descargar cotizaciones para libro _book
 ePub  
 Kindle  
  Más descargas

Este Comunicación

 descargar como MP3  
Vista de impresión
 Manuscritos

Translations