7506 Jesús.... Dios.... ¿Hombre?....

23 de enero de 1960: Libro 79

Cuando caminaba por la Tierra sucedió lo impensable, lo incomprensible: la Deidad Eterna Se manifestó en un ser humano, Que no se diferenciaba en nada de los demás seres humanos, sólo que Su alma era pura porque era un alma de lo alto que vivificaba al hombre Jesús. Pero su caparazón carnal consistía de la mismas sustancias que las de otros seres humanos.... También eran partículas que habían pasado por la creación y estaban en el comienzo de su desarrollo y, por lo tanto, todavía eran muy inmaduras.... pero daban cobijo a una alma que era de arriba, pero eso no quiere decir que el cuerpo fuera por tanto intocable pero los espíritus que querían tentarlo y lo han tentado durante toda Su vida terrenal....

Caminé por esta Tierra como ser humano.... Esto significaba que sentía todo humanamente, que tenía que sufrir como ser humano y tenía que luchar humanamente para vencer todas las tentaciones en Mi cuerpo. La Deidad Eterna estaba escondida en Mí.... Pero tuve que haber espiritualizado previamente Mi cuerpo a tal punto que buscó al Eterno Dios Espíritu junto con el alma, que Lo anhelo y así resplandeció llena de amor por el Padre, Quien, por lo tanto, ahora también podría residir en Mí porque Mi amor Lo atrajo.

Porque estaba lleno de amor por Aquel de Quien Mi alma había emanado una vez, y Mi alma trajo consigo este amor a la Tierra cuando descendió del reino de la luz a la Tierra para vivificar el cuerpo humano, que se convertiría en residencia para el Padre desde la eternidad.... Que Se encarnó en el ser humano Jesús para realizar la obra de Redención para toda la humanidad.... Esta encarnación de Dios como ser humano es el misterio más grande y así seguirá siendo....

Con Mi Espíritu llené a un ser humano, es decir, irradié Mi Espíritu de amor a través de él completamente, y el cuerpo y el alma se convirtieron para Mi en un caparazón, porque el cuerpo se unió al deseo del alma y así se espiritualizó por completo, de modo que Yo podía residir en toda plenitud en el hombre Jesús, que Él y Yo éramos Uno, que el hombre Jesús Se deificaba completamente a través del amor que Lo llenaba.... Y este Amor era Yo Mismo....

Entones Yo verdaderamente podía decir que tomé forma humana, o también: la forma humana era sólo el caparazón exterior que Me ocultaba, para poder habitar entre la humanidad sin que ésta desapareciera al verme. Porque los humanos no habrían podido soportar Mi radiación de amor; necesitaba un caparazón detrás de lo cual podía esconderse frente a aquellos que todavía estaban muy lejos de Mí y que, sin embargo, se acercaban a Mí.

Pero el caparazón exterior tuvo que cumplir una misión; sufrir y morir en la cruz, porque esto sólo podía suceder a través de un ser humano, porque la Deidad en él no podía sufrir, pero quería expiar la gran culpa que pesaba sobre toda la humanidad, y para pagar esa deuda descendí a la Tierra.... Y el cuerpo humano realizó la obra de expiación por que el amor.... Mi sustancia original.... le dio la fuerza necesaria para resistir hasta el fin.

Como resultado, el caparazón humano se espiritualizó en todas sus sustancias y pudo unirse con el alma y ascender al cielo después de la resurrección, porque ya nada terrenal pesaba sobre el cuerpo y en él se completó completamente el proceso de maduración.... lo que también requería esos tormentos y penurias inconmensurables que precedieron a su muerte.

Pero el cuerpo de Jesús tuvo que ser creado igual que los demás seres humanos, durante Su camino terrenal tuvo que resistir la lucha contra todos los desafíos por parte de Mi oponente.... Tenía que mostrarle a Sus semejantes la vida que ellos, como verdaderos seguidores, debían llevar para poder ser redimidos. Y por eso tenía que luchar con las mismas tentaciones que tiene todo ser humano, así fuera posible que los hombres alcanzaran la victoria sobre sus oponentes....

Porque si Jesús hubiera sido extraordinariamente dotado de capacidades o ventajas de naturaleza divina, entonces no sería posible que los humanos débiles Le sucedieron a Él, y una y otra vez la debilidad de los humanos, su insuficiencia, representaría un obstáculo en el camino al Padre, que fue iniciado por todos los seres humanos por la muerte de Jesús en la cruz.... que sufrió un “ser humano” Que se había hecho Uno Conmigo por Su amor, es decir, el Amor.... Yo Mismo.... logré la obra de la Redención.

Jesús era un ser humano, Su alma vino de lo alto del reino de la luz y estaba lleno de Mi Espíritu.... Yo Mismo estaba en Él porque nada inmundo Me impedía permanecer en Él. Y así Él era Yo, y Yo era Él.... no éramos dos, sino Uno, y él que será capaz de ver a Jesucristo un día en el reino de la luz, Me verá a Mí cara a cara, Que Yo en Jesucristo Me he convertido en un Dios visible para todos los seres humanos y todos los seres en el reino espiritual.... Yo os redimí de vuestros pecados para que podáis verme cara a cara....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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