7480 “DONDE ESTA TU AGUIJON, MUERTE”

17 de diciembre de 1959: Libro 79

¡Vuestro final será bienaventurado si morís en Mí, en vuestro Salvador y Redentor Jusucristo, El que os prometió que no gustariáis de la muerte si creéis vivamente en Mí!, entonces os traeré a Mi en el Reino espiritual, y la hora de vuestra muerte será un cambio de vuestra estancia únicamente; vuestra alma cambiará (trocará) la tierra por el Reino espiritual, siendo indeciblemente dichosa, porque toda pesadez cae de ella como defección ya, y me sigue en ardiente amor y confianza, porque me ha reconocido a Mí, como a su Redentor que la aguarda en el umbral del Reino espiritual. Por qué teméis la muerte? Por Mi muerte en la cruz y Mi resurreción le he quitaqdo el aguijoñ; Yo os he pagado la vida con mi sangre, y esa vida la vaís a recibir ya ahora sin perderla núnca jamás.

Mientras que estáis en la tierra tenéis miedo de la hora de la muerte ¡es igual lo que puede parecerle a vuestros semejantes!, la fe en Mí, en Jesucristo os da un dichoso final, aún cuando a vuestros semejantes puede parecerles lo contrario .... Porque sólo Yo tiene el dominio sobre la muerte también, y sé a quien puedo darle la Vida Eterna. Ese, no necesita ya más temer la muerte y sus espantos, porque Yo he muerto por él la muerte llena de martirio para que a él le esté evitado de la mía, a los que me siguen, y por eso mismo son y fueron en la tierra verdaderos reconocedores de Jesucristo.

Tomad en serio Mi Palabra y creedlo que Yo soy también un Señor de la muerte y que puedo apartar todos los espantos de un hombre que por su amor y fe ha llegado a ser Mío. Aunque aparente que sufre su cuerpo .... Yo soy el que determina el grado de sufrimiento; y en verdad, que Mi amor entra en cuenta y no lo carga con más de lo que él es capaz y necesario para su alma. Por eso pude decir convencido; “Muerte, dónde está tu aguijón; infierno, dónde está tu triunfo? “ Porque Yo quedé vencedor sobre aquel que había traído la muerte al mundo

y dejaré, en verdad, que los Mios participen en el triunfo que yo he ganado sobre el príncipe de las tinieblas. Yo daré una hora bendita de fallecimiento a todos los que Me han sido adictos y fieles también en tiempos de lucha y de pena, porque Yo les doy la fuerza para aguantar y demostrarme su fidelidad. Esto es el triunfo mayor sobre la tierra: ser un adepto hasta el fin, con fe firme en Mí, y esta creéncia os la dará vuestro amor del cual procede la fe viva. Por lo tanto no temáis la hora de la muerte vosotros, los que os esforzáis por vivir en el amor, porque para vosotros significará sólo la entrada en otro mundo, y con gusto abandonaréis la tierra y cambiaréis gustosos su ámbito por el Reino de la luz y de la bienaventuranza. Pasaréis al otro lado en paz y armonía del alma. No necesitáis trascender ninguna tiniebla, sino que con la túnica de luz podéis entrar en el Reino que es Mio y os promete maravillas que antes jamás habéis visto ni vivido. Porque si habéis hallado a Jesucristo, será El Mismo el que os introduce en Su Reino .... en el Reino que no es de este mundo.

Amén.

Traducido por: Pilar Coors

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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