7249 “Como midáis, así os será medido....”

8 de enero de 1959: Libro 77

Recibiréis una medida sacudida.... como medisteis a vuestro prójimo, asó os será medido de nuevo, conforme a Mi promesa. Mi amor quiere daros y haceros felices constantemente, Mi amor quiere daros mucha atención, pero el amor sólo puede asociarse con el amor, por eso quiero daros felicidad, por eso vosotros tenéis que hacer lo mismo, querer dar y dar alegría a quienes os rodean y quieren aceptar vuestro amor. Yo no puedo dar amor a una persona que tiene un corazón duro, que no realiza ninguna obra de amor, que por tanto no merece amor que no quiere ser feliz....

Pero doy libremente donde reconozco el amor, y Mis dones ciertamente no son escasos. Y cuando ahora veo cómo Mis hijos se esfuerzan por darse alegrías unos a otros, cuando veo que intentan aliviar la angustia, que están dispuestos a dar cuando el prójimo lo necesita, entonces Yo también estoy realmente dispuesto a considerar a un dador amigable porque lo amo. Según midáis, os será medido otra vez. Pero esto no debe entenderse en el sentido de que ahora hagáis tales obras de manera calculada sólo para volver a recibir....

Ante Mis ojos sólo cuenta el verdadero desinterés, el impulso del corazón de hacer feliz. Y en la misma medida también dejaré que Mi amor irradie sobre la persona que sólo deja hablar su amor cuando distribuye, sea lo que sea. Todos los bienes están incluidos en esta promesa Mía, terrenales y espirituales.... y de la misma manera consideraré también al dador, terrenal y espiritual. Porque tanto el prójimo como la persona que está activa en el amor necesitan bienes terrenales y espirituales durante su vida en la tierra, pero se debe prestar más atención a los bienes espirituales, porque sólo éstos aseguran la salvación del alma, y quien piensa primero en la salvación de su alma tampoco necesita preocuparse por la preservación de su vida terrenal.

También ahí será considerado por Mí según su comportamiento hacia el prójimo. Y así podréis recibir sin medida, espiritual y terrenalmente, si recordáis siempre esta promesa Mía: “Como midáis, asó os será medido”.... Nunca debéis temer que vosotros mismos tendréis que sufrir carencias, si os agotáis.... No cuento las nimiedades, os doy “sin medida”, es decir, según el amor que acompañasteis vuestros dones. Y, en verdad, no estaréis en desventaja, incluso si dais sin dudarlo, lo que quizás lo necesitas tú mismo....

No os quedaréis con las manos vacías y podréis volver a tener una cosecha abundante porque Mi amor no conoce límites cuando quiere haceros felices. Es por eso que no tendría haber ninguna necesidad en la tierra, si todos vosotros simplemente quisierais recordaros de esta promesa Mía, porque ayudaríais a los demás, y los ayudaríais cuando fuera necesario. Pero quien temerosamente calcula que él mismo no sufrirá daño si ayuda a su prójimo, no tendrá mucha bendición, porque su amor y confianza en Mí es todavía muy pequeña, pero lo cual tengo que exigirlo para poder dar y hacer feliz a la gente sin límites.

Tenéis un Padre que siempre quiere dar alegría a Sus hijos, pero también quiere que Sus hijos sean del mismo espíritu, que ellos también quieran dar alegría y que el amor se exprese en todo lo que hace un niño. Entonces Mi amor puede dirigirse de manera tan evidente hacia los hijos que los da y los hace felices sin medida ni objetivo, para que los hijos reconozcan a su Padre en Sus dones y Lo amen con todo el fervor que impulsa al niño al Padre para pertenecerle para siempre, para llegar a ser y seguir siendo suyo por toda la eternidad....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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