6605 Expiación representativa por medio de Jesucristo...

25 de julio de 1956: Libro 71

Jesús asumió vuestra culpa a modo de representación, el hombre Jesús se entregó a Sí Mismo para expiar la culpa del pecado por vosotros, los humanos, aunque Él Mismo era el ser más puro e inocente que jamás haya vivido en la tierra. El sufrió por vosotros y murió por vosotros... Pero Dios nunca habría aceptado este sacrificio de un hombre si no hubiera sido por amor. Porque la justicia de Dios exige que cada ser tenga que expiar su propia culpa para ser libre de ella... Pero el hombre Jesús se opuso a esta justicia con su gran amor, que era por los hermanos débiles y cargados, que por sí solos ya no podían reunir la fuerza para asumir y soportar el sufrimiento que hubiera sido necesario para pagar la inmensa culpa, que consistió en la apostasía de Dios en libre albedrío...

Él reconoció la necesidad en la que languidecía la humanidad, y supo que el pecado de la renuncia a su amor por Dios y la defensa contra la fuerza del amor de Dios sólo podía ser compensado por una obra de amor que equivalía este gran pecado de culpa, que por tanto tenía que ser sobrehumano, para expiar ese gran pecado... Sabía que nadie era capaz se semejante obra de amor, porque a todos les faltaría la fuerza necesaria para lograrlo... Y por eso también sabía que los hombres... Sus hermanos caídos una vez... estarían irremediablemente perdidos si no se les llevara ayuda. El hombre Jesús estaba lleno de amor por los desdichados, y en este amor se ofreció a Mismo a Dios como expiación... Y es por eso que Dios acepto su sacrificio, que hizo en representación para los humanos... Dios, por lo tanto, valoró extremadamente el amor del hombre Jesús, porque Jesús resistió a todas las tentaciones del oponente, que debería dejar emerger el amor por sí mismo... porque la persona Jesús era completamente desinteresada y no pensaba en sí mismo, porque sólo tenía en la mente la gran necesidad de Sus semejantes y por eso quería ayudarlos.

Solo el amor Lo impulso a hacer el sacrificio, y este amor movió a Dios a aceptar su sacrificio. De modo que el amor trajo el equilibrio para que la justicia de Dios no fuera eludida... que la expiación fue hecha, pero no por la gente misma, sino en su representación por Jesús, Quien a través de su “ser-humano” se encontró en el mismo escalón, Quien, sin embargo, a través de su extremadamente gran amor construyó un puente hacia Dios, Que es el amor eterno Mismo...

Que Dios Mismo ahora podía encarnarse en este hombre ahora también es comprensible, porque Jesús estaba “llenado de amor”... o también... “el amor Mismo” estaba en el hombre Jesús... y así Dios Mismo realizó la expiación por los pecados de Sus criaturas, el amor de Dios pagó la deuda, Dios Mismo se dejó crucificar para traer la salvación a Sus criaturas en la más profunda necesidad...

El pecado de la rebelión anterior contra Dios era demasiado grande para poder ser expiado por los hombres mismos, pero el amor de Dios era aún mayor... y en el hombre Jesús este amor se ha manifestado ahora en una obra de misericordia, que ha sido y seguirá siendo único en esta tierra. y es por eso que la culpa del pecado será una carga para cada persona, mientras no haga uso de la obra de amor que también se ha hecho por ella... Porque ningún ser humano es capaz de expiar por sí mismo la inmensa culpa, y no importa cuán grandes y dolorosos sean sus sufrimientos en la tierra... Sólo el amor redime, y este amor también os ha traído a vosotros, los seres humanos, la redención a través de Jesucristo... Solo el amor os ha liberado, y por eso Dios Mismo fue vuestro Redentor del pecado y de la muerte...

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

Descargas

Descargar cotizaciones para libro _book
 ePub  
 Kindle  
  Más descargas

Este Comunicación

 descargar como MP3  
Vista de impresión
 Manuscritos

Translations