B.D.-Nr. 6561

La Tierra, un paraíso....

Podría haber un estado paradisíaco ya en la Tierra si todos los seres humanos vivieran según la voluntad de Dios y se sirvieran mutuamente en amor.... Ni las dificultades ni el dolor oprimirían a los humanos, y vivirían juntos en armonía pacífica, buscando siempre el bienestar y la seguridad de los demás, ofreciéndose apoyo mutuo donde se necesite ayuda.... Donde reina el amor, no hay discordia, ni envidia, ni avaricia.... donde reina el amor no hay arrogancia, ni impaciencia, ni enemistad.... Porque Dios mismo está allí donde hay amor, y bendice a los humanos que están unidos a Él a través del amor.

Pero la tierra no es un lugar tan bendito como para llamarse paraíso.... La Tierra está dominada por el adversario de Dios, cuya voluntad se cumple con demasiado afán, y es el lugar de muchos humanos carentes de amor, que por lo tanto viven en enemistad entre sí, y nadie busca el beneficio de los demás, sino que cada uno, por amor propio, piensa solo en sí mismo. Pero se convertirá en un paraíso.... Porque ha llegado el momento en que las actividades de Satanás serán aniquiladas; ha llegado el momento en que la raza humana tiene que ser renovada, en que los pocos que aún conservan el amor en su interior y se esfuerzan por vivir conforme a la voluntad de Dios deben ser separados.... Ha llegado el momento en que la Tierra será purificada y transformada de nuevo en el Jardín de Edén, donde Dios mismo podrá morar de nuevo entre los que son Suyos, porque el amor reina de nuevo en la Tierra....

Vosotros, los humanos, que ahora habitáis la Tierra, estáis enfrentados a esta transformación, esta purificación, el fin de la vieja Tierra.... Probablemente no podréis comprenderlo cómo se lleva a cabo tal transformación, pero para Dios nada es imposible.... y esta transformación ha sido planeada desde la eternidad, porque Él también ha conocido desde la eternidad es estado de desamor entre los seres humanos, que ya no permite ningún desarrollo ascendente y, por lo tanto, también trae consigo el fin de esta Tierra.

Ciertamente la Tierra debe ser una estación de maduración para lo espiritual, durante la vida terrenal las almas deben ser formadas al amor.... Pero también pueden hacerlo y así los seres humanos podrían crear un estado paradisíaco para sí mismos durante su vida terrenal, y en poco tiempo habrían logrado el grado de madurez y podrían entrar en la dicha eterna.... Pero abusan de la gracia de su encarnación en la Tierra....

Pero no se esfuerzan por un cambio de su ser; permanecen en su estado sin amor, que es la consecuencia de su antigua apostasía de Dios, y así ellos se crean una vida de penurias y miseria, enfermedad y dolor.... y perecen física y espiritualmente.... Porque sólo disponen de un tiempo limitado en esta Tierra. Y por eso también se ha establecido un límite para la raza humana, de modo que sólo puede hundirse hasta una cierta profundidad, para entonces ser incorporado nuevamente en un proceso de maduración, lo cual es extremadamente doloroso, pero aun así exitoso.

Pero la Tierra adquirirá un nuevo rostro, tanto creativa como espiritualmente, pues la nueva raza humana se compone por tales almas que se tomaron en serio su transformación, su maduración.... que se formaron al amor y, por lo tanto, podrán experimentar el paraíso en la nueva Tierra. Y Dios Mismo estará en medio de ellas, porque su amor permite Su presencia. Y todo sufrimiento habrá terminado.... Todos vosotros, los humanos, os enfrentáis a esta transformación. Aseguraos de estar entre quienes podrán tomar posesión del paraíso, de que el amor llene vuestros corazones, de que aprovechéis el corto tiempo que queda hasta el final, de que viváis conforme a la , pronto llegará la hora voluntad de Dios, Quien sólo os pide que cumpláis Sus mandamientos de amor.... Porque pronto terminará el tiempo de gracia, pronto llegará la hora del fin....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.