5323 Justicia. Compensación en el Más Allá

24 de febrero de 1952: Libro 59

Hay una Justicia... hay una Compensación... y si no es en la Tierra, entonces en el Reino del Más Allá, donde el alma cosecha lo que ha sembrado. Vosotros, los seres humanos, tened en cuenta que nadie puede llevarse algo que no le corresponde... que tiene que pasar cuentas por cada céntimo y penique, y que tiene que pagar por todo de lo que se ha apropiado contrario a la Ley. Vosotros, los hombres, tened en consideración que no puedo dispensaros de nada, porque soy un Dios justo. Os cargáis con una gran culpa si os imagináis que podéis pecar sin castigo.

Para cada uno que en la Tierra pasa su vida sin escrúpulos vendrá el día del pago porque no cree en que Yo soy un Dios justo y por eso amontona pecado tras pecado. Para todos vosotros la vida terrenal pasará pronto, y lo que os queda es un bien espiritual, ¡y ay de aquel que no lo pueda mostrar! Desnudo y pobre llegará al Más Allá, y en extrema miseria andará errando en las tinieblas - lo que es la compensación por la vida en la Tierra si esta no fue vivida conforme mi Voluntad, observando el Mandamiento del amor a Mí y al prójimo... si el hombre sólo pensaba en sí mismo, viviendo una vida del agrado de mi adversario... si se dio la gran vida, dando curso libre a sus pasiones e instintos...

El que en la Tierra sólo pensaba en sí mismo, en el Más Allá andará abandonado y nadie le prestará un servicio de amor, tal como él mismo dejaba en la miseria a los que en la Tierra precisaban de su ayuda. Él tendrá que pagar cada céntimo y cada penique porque nadie podrá pagar la deuda para él - a no ser Jesucristo, en el que el alma no creía por no tener amor.

Vosotros, los hombres, considerad vuestra vida terrenal desde este punto de vista, y sabed que no debéis pasaros una vida sin miramientos; porque una vez vuestra vida terrenal estará terminada y el alma tendrá que pagar lo que le estaba cargado como culpa... Y sabed que todo lo que como tributo pagasteis al mundo, quedó sustraído del alma, por lo que su pobreza en el Reino del Más Allá es una consecuencia de esto... Sabed también que hay una compensación por cada hora que vitoreasteis a mi adversario, que consagrasteis a las alegrías del mundo, olvidándoos completamente de Mí... porque la vida terrenal os está dada para el perfeccionamiento de vuestra alma.

¿Pero qué hacéis vosotros? Abastecéis solamente vuestro cuerpo, le concedéis la satisfacción de todos los deseos, os embriagáis en diversiones mundanas, y demasiado voluntariosos entráis en las redes que el enemigo de vuestras almas os pone. Quitáis del alma y dais al cuerpo, lo que tendréis que pagar de mil modos; porque cuando entréis en el Reino espiritual donde sólo cuentan los bienes imperecederos que el alma trae con ella, vuestra miseria será enorme... Vuestra alma sufrirá de gran escasez, y nadie le ayudará, a no ser que se dirija a Jesucristo, de Quien, en sus tinieblas, ni siquiera sabe que existe...

Únicamente Jesucristo puede ayudarle, pero fácilmente pasarán eternidades hasta que en el alma empiece a formarse la comprensión y se dirija a Él; pues durante eternidades podrá arrastrar su culpa con ella, porque mi Justicia no puede quitársela mientras no me lo pida ella misma.

Amén.

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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