Yo encargo a Mis mensajeros que lleven el Evangelio a los seres humanos en Mi nombre. Los envío al mundo en Mi lugar, es decir, a aquellos seres humanos que todavía están en medio del mundo y que aún no han dirigido sus mentes espiritualmente. Mi Evangelio, la Enseñanza divina del amor, debe serles presentado para que ajusten su forma de vida conforme a ésta y así actúen siempre en el amor. Esta tarea es espiritualmente de la mayor importancia, pero terrenalmente se considera un trabajo completamente inútil, y por eso sólo unos pocos están preparados para entrar en Mis servicios, es decir, para llevar a cabo la voluntad de su Señor como Mis siervos.

Así que no es frecuente que los mensajeros que son Mis emisarios, que predican en Mi nombre, se crucen en vuestro camino. Sin embargo, hay muchos que actúan enseñando, pero sin haber recibido la orden de hacerlo por Mí, y sin haber sido enseñados ellos mismos por Mí. Ellos pueden afirmar ser Mis mensajeros, pero no han recibido la orden de Mí y, por lo tanto, no han sido formados por Mí para sus actividades docentes. Y así sus conocimientos no serán suficientes, sus enseñanzas sólo serán fragmentarias, pero si son de buena voluntad y sinceramente quieren servirme, Yo iluminaré su espíritu, si ellos mismos lo permiten a través del amor que debe encenderse en ellos, si Yo Mismo debo estar con ellos.

Por eso todos aquellos que quieran ser seriamente Mis servidores, pueden sentirse como enseñados por Mí. Sin embargo, esta voluntad seria no es inherente en todos los que se llaman Mis servidores, y por eso es verdadero Evangelio sólo raramente es comunicado a los humanos, sólo muy rara veces los oyentes tienen la impresión de oírme hablar a Mí Mismo, y por eso la Palabra no llega realmente a sus corazones, piensan más intelectualmente, toman literalmente lo que se debe entender espiritualmente y rechazan fácilmente todo lo que es mejor y más exitoso para los seres humanos, lo que se les ofrece desde lo alto.

Pero a los pocos que están en la posesión de la verdad pura, porque reciben el Evangelio directamente de Mí y tienen la voluntad de llevarlo al mundo, los llamo mis mensajeros, porque transmiten Mi voluntad a los hijos de la Tierra, quienes les abren sus oídos y sus corazones y así Me dejan hablarles a través de ellos. (07.07.1949) La voluntad seria de trabajar para Mí y para Mi nombre y, por tanto, también la correcta forma de vida que de ella surge, convierte el ser humano en Mi mensajero, Mi emisario, que ahora trabaja con los bienes de su Señor, que transmite Mi Palabra a sus semejantes.

Quien haya recibido de Mí esta misión, puede estar seguro que le apoyaré en todo. Le daré la capacidad de enseñar. Le daré la oportunidad de enseñar. Le conduciré hasta los humanos que necesitan Mis Enseñanzas y que son dignos de Mi dirección. También le conduciré a aquellos que se encuentran apartados de Mí y a quienes se les debe lanzar el último salvavidas. Bendeciré su actividad para Mí, terrenal y espiritualmente. Lo sostendré para que no caiga y lo presentaré siempre como Mi apóstol, dándole el don de hablar y de la mente clara, que se manifiesta particularmente en las conversaciones espirituales, porque quiero que los seres humanos tengan una señal de Quien es el Maestro de ese apóstol y a Cuyo servicio se encuentra.

Y podrán reconocerlo en cualquier momento si recuerdan Mi Palabra que hablé a los humanos en la Tierra. Porque Mis promesas se cumplirán visiblemente en ellos.... Quiero que Mi Palabra se difundirá en el mundo.... Quiero que Mis apóstoles, Mis discípulos de los últimos tiempos, Mis mensajeros, hablen para Mí y para Mi nombre, quiero que proclamen Mi enseñanza de amor en todas partes y señalan a los humanos al fin, al Juicio final, a su angustia espiritual.... para que ellos les amonesten y adviertan, para que los seres humanos reflexionen y recuerdan sus almas.... y bendeciré a todo aquel que sea trabajador en Mi viña, que como Mi siervo haga el trabajo que Yo demando....

amén

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.