3154 Amor por todo lo irredento.... Éxito....

11 de junio de 1944: Libro 41

El amor por todo lo irredento debe prevalecer en vosotros tan pronto como queráis ser activos en la tierra para el reino de Dios. Debéis saber que las almas tienen que soportar un destino difícil si pasan al reino del más allá en un estado inmaduro, y acudir en ayuda a estas almas mientras aún están en la tierra es tarea de aquellos que quieren servir a Dios. También debéis saber que la preocupación de Dios es siempre por estas almas porque ama a todas Sus criaturas, y que tú también estás entre esas criaturas que Él cuida en Su amor....

De la misma manera también vosotros debéis dar y distribuir amor a todos los pobres de espíritu, porque al hacerlo también demostráis vuestro amor a Él si os preocupáis de aquellos en la tierra a quienes Dios trata de ganar para su reino. El amor del corazón debe determinaros a hacer esto y no que os ocupéis de las necesidades de vuestros semejantes a aras de vuestro propio beneficio. Porque sólo se valora lo que nace en el corazón, y sólo podréis trabajar con éxito si a través de vuestro amor despertáis el contra-amor a las personas y este contra-amor sólo puede traer la salvación, porque es un paso hacia la perfección.

Donde falta el amor, el hombre no tendrá éxito en el trabajo espiritual, porque la actividad del amor confirma la verdad de lo que se supone debéis transmitir a las almas no redimidas. Cualquier cosa que les ofrezcáis con amor no dejará de impresionar, porque el amor no sólo habla a la mente, sino también al corazón, y el corazón decide si quiere aceptar y qué.... Sin amor no se podéis lograr ninguna obra de redención ni en la tierra ni en el más allá.

Todas vuestras acciones y trabajos deben ser llevados por el amor, y si queréis remediar la angustia terrenal, debéis tratar de imaginaros el estado de sufrimiento de un alma no redimida después de su muerte terrenal, y debéis sentiros impulsado a quererle ahorrar a un alma este sufrimiento.... Por eso debéis ayudarla en el amor y romper las tinieblas espirituales y ofrecerle la Palabra de Dios, impulsados por el sentimiento de dar algo que os haga felices a vuestros semejantes. También debéis cortejar por su amor a través de una naturaleza noble y servicial y, por tanto, trabajar diligentemente como siervos de Dios en la tierra que quieren prepara el camino a su Señor para que encuentre una buena acogida cuando Él Mismo venga.

Sólo el amor os hace aptos para este servicio en la tierra, sin amor sólo podéis tener poco éxito, porque entonces vuestras palabras caerán en tierra seca si anteriormente no se hace receptiva a través del amor para la semilla que se supone debe producir frutos deliciosos. Y es por eso que la Palabra de Dios sólo puede ser difundida con éxito por aquellos que están en el amor, porque incluso si el éxito no es inmediatamente reconocible, la Palabra ofrecida en amor no pierde su fuerza, siempre que se la considere seriamente, incluso durante mucho tiempo después, porque la Palabra transmitida con amor se recibe también actualmente y todavía puede tener su efecto para hacer el corazón receptivo a ella, siempre que la voluntad humana sea buena.

En los últimos tiempos será cada vez más difícil llevar la Salvación a las almas a las almas no redimidas porque ellas mismas resisten fuertemente a cualquier intento de Redención presentando la verdad. Y, sin embargo, no debéis rendiros, considerando la gran necesidad de estas almas en el más allá. Porque incluso si niegan la vida después de la muerte, ellas también un día estarán a las puertas de la muerte, y reconocerán que su existencia no ha terminado, sólo que ellas mismas se encontrarán de nuevo extremadamente miserables en un ambiente desolado y en una situación desesperada. Y entonces estas almas sólo pueden ser ayudadas a través de la oración, para que ellas misma puedan cambiar su voluntad y recibir fuerza para trabajar en el amor, porque nuevamente sólo el amor tiene un efecto redentor, el amor por la persona que sufre aún más severamente, a la que el alma quisiera ayudar....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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